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Opinión

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Trigo y maíz, por los cielos: ¿Qué tan vulnerable es México?

FILE PHOTO: Corn cobs and yellow corn are on display at a market in Mexico City, Mexico May 19, 2017. REUTERS/Henry Romero/File Photo-NARCH/NARCH30REUTERS, X90174

¿Cuál es el plan de AMLO frente al alza del maíz y el trigo? El presidente ha dedicado mucho tiempo a hablar de energía y ha puesto en marcha un controvertido programa de subsidios a la gasolina, pero no ha arrojado luz sobre lo que hará el Gobierno en este asunto que es tan importante para los hogares como la gasolina o el gas. El trigo ha subido 50% en lo que va del 2022 y el maíz acumula alzas de 27.7% de enero a la fecha. Con el trigo se hace el pan y con el maíz las tortillas, imposible encontrar un par de productos de consumo más generalizado en nuestro país.

Los incrementos del trigo y el maíz se relacionan en las últimas semanas con la invasión de Rusia a Ucrania, ya que estos dos países son grandes productores y exportadores de granos. Entre los dos aportaron 29% de las exportaciones mundiales del trigo y aproximadamente 14% de las de maíz. La guerra es suficientemente grave, pero no es la única razón de las alzas de los precios en estos granos. El maíz y el trigo empezaron a subir con fuerza en el 2021, como consecuencia del aumento de la demanda en la recuperación “post” covid y también por las malas cosechas, asociadas a temperaturas extremas en Estados Unidos, Canadá y Eurasia. En 2021, el precio del maíz subió 44%, según la FAO. En el caso del trigo, los incrementos fueron de 31% el año pasado.

Llevamos dos años de fuertes alzas en los precios de los granos y eso obliga a países como México a revisar qué tan preparado está para unas circunstancias donde los granos básicos están en sus niveles máximos desde el 2008, según las cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

¿Qué quiere decir estar preparados? México desarrolló una estrategia agroalimentaria en la que se convirtió en una potencia productora y exportadora de frutas y hortalizas. Un cuarto de siglo después de la entrada en vigor del TLCAN es evidente que nos convertimos en la huerta de América del Norte, somos líderes en producción de aguacate, tomate y frutillas o berrys, por ejemplo. El liderazgo en estos productos se hizo a costa de una vulnerabilidad creciente en los granos básicos, donde hemos incrementado nuestras compras a Estados Unidos, al punto de convertirnos en su principal cliente.

En 2021, importamos 4.9 millones de toneladas de trigo y 17.9 millones de toneladas de maíz. El año pasado gastamos o invertimos 4,595 millones de dólares en las compras de maíz, 77% más que en el 2020. En el caso del trigo, fueron 4,011 millones de dólares, cifra superior en 52% a la del 2020. Sin afán de molestar, vale la pena incluir a la soya en el carrito. En 2021, nuestras importaciones de este producto totalizaron 4,011 millones de dólares, 52% más que en 2020. En lo que va de 2021, la soya ha subido 24% en los mercados internacionales.

Seguirán los altos precios de los granos en el 2022 por el conflicto en Ucrania y por el desorden climático. Este será uno de los factores que impulsarán la inflación en México. De hecho, los alimentos registran alzas bastante superiores al índice de precios al consumidor. Esto es un reto para las autoridades y un problema severo para las familias mexicanas, en particular para los grupos de ingresos bajos y medios, que destinan alrededor del 50% de sus ingresos a la adquisición de alimentos.

Los focos rojos en los alimentos obligan a poner la lupa en Segalmex, un organismo público que supuestamente nació en 2019 para garantizar la seguridad alimentaria, entre otras cosas a través de la importación de los granos básicos que las políticas públicas de México requieren. Digo supuestamente porque su breve historia está marcada por observaciones de la Auditoría Superior de la Federación y acusaciones creíbles de fraudes por más de 8,000 millones de pesos, además de versiones novelescas de transacciones con despensas a Venezuela. Su director, Ignacio Ovalle, fue también director de la tristemente célebre Conasupo, en tiempos de Carlos Salinas.

En ciernes está una crisis por el alza de precios en el trigo y el maíz. Tenemos para enfrentarla a un organismo que quiere replicar políticas de los 70’s que fracasaron, ¿qué puede salir mal?

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara. Estudió el Master de Periodismo en El País, en la Universidad Autónoma de Madrid en 1994, y una especialización en periodismo económico en la Universidad de Columbia en Nueva York. Ha sido reportero, editor de negocios y director editorial del diario PÚBLICO de Guadalajara, y ha trabajado en los periódicos Siglo 21 y Milenio. Se ha especializado en periodismo económico y en periodismo de investigación, y ha realizado estancias profesionales en Cinco Días de Madrid y San Antonio Express News, de San Antonio, Texas.

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