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Opinión

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Amenazas internas y externas para México

Como anillo al dedo caen en este régimen las amenazas de Donald Trump en contra de los intereses mexicanos, porque más allá de su verdadero peligro, abre la puerta para cargarle al republicano las consecuencias que tengan las malas decisiones legislativas locales en la confianza en esta economía. 

Está en el manual del populista, hay que tener un enemigo externo para que cargue con las culpas y que permita la unidad interna, como dicen, ahí está el himno nacional.

México pasó de haber perdido un sexenio a haber perdido la esperanza después de las elecciones de junio pasado y no por sus resultados, sino por la forma tramposa como operaron la creación de una mayoría calificada inexistente que dio manga ancha al llamado plan C de López Obrador que hoy se mantiene como programa de gobierno.

Donald Trump genera incertidumbre en México y en el mundo, es un hecho que su regreso a La Casa Blanca es un reto mayor para la estabilidad económico-financiera de nuestro país.

Pero las amenazas llegan en un terreno que ya está minado por una buena parte de los cambios constitucionales que ponen en entredicho la viabilidad de un México estable, predecible y confiable como solía ser.

La contrarreforma al Poder Judicial, con toda la cadena de errores que prometen un mal desenlace, es la más grave.

Pero le siguen muchas y cada vez más barbaridades difíciles de contabilizar, como la supremacía constitucional, la extinción de los organismos autónomos, la contrarreforma energética, los aumentos salariales por decreto, los vapeadores al nivel del fentanilo y muchas otras más planteadas desde el rencor y no con una visión de Estado.

El modus operandi ha sido siempre el mismo, desde la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, argumentar la urgencia de destruir, ante supuestos actos de corrupción, que nunca son acreditados, menos denunciados, que acaban por ser difamaciones mentirosas, pero que les abren las puertas ante una sociedad apática y desinformada.

Y el modelo va de nuevo, ahora, con mucha paja y otros cambios, pero para tener el control de los recursos de los trabajadores en el fondo de vivienda administrado por el Infonavit.

El problema de usar la misma letanía de siempre es que este es el segundo sexenio de este régimen y ahora, cuando mencionan al pasado corrupto, se ponen en primer plano y en el caso del Infonavit por partida doble si atendemos los nombres de sus titulares al menos durante la última década.

Este nuevo acto autoritario no se consumó en estos días por los “problemas en el paraíso”, por la lluvia de acusaciones de corrupción entre los líderes del oficialismo en el Congreso, pero que no quede duda que esta intentona de echar mano a más de dos billones de pesos de los trabajadores para el programa de vivienda del régimen va.

Y por ese mismo camino en un futuro ya no se puede descartar que, en el nombre de la agenda del Bienestar, sigan en la lista del manoseo los ahorros de los trabajadores en las Afore.

Sí, Donald Trump es una amenaza real para la estabilidad mexicana, pero lo que realmente dilapida la confianza se maquila 100% al interior de este país.

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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