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El desarrollo es el antibiótico
La inversión en capital humano es otro factor de desarrollo. Le da a la sociedad los servicios que necesita. La salud, la educación, la seguridad social son las demandas de la población, así como lo son el empleo y la seguridad ciudadana.
Los países que han logrado avanzar en dar a sus sociedades un alto nivel de vida con instituciones eficientes son los países nórdicos y Alemania. Tienen los primeros lugares en el contexto mundial en Estado de derecho y bienestar social. Poseen una población que se ha beneficiado de los esfuerzos y las transformaciones que hicieron sus predecesores y el respeto que tienen de lo logrado. En el siglo XIX, estos países modificaron al gobierno y sociedad con base en proyectos racionales, marcados por el escepticismo en las utopías, creando una interpretación socialdemócrata y un pragmatismo eficaz. Sobresalieron las acciones políticas y constructivas de líderes con visión social positiva como fueron Grundtvig en Dinamarca y Bismarck en Alemania.
El subdesarrollo en los países que la padecen, por contra, muestra sus características más evidentes en la pobreza, la enorme desigualdad, la precariedad de los servicios sociales, la deficiencia de los servicios públicos, un crecimiento económico muy bajo que limita la inversión en acumulación de capital físico para tener empleos crecientes.
El desarrollo económico y social se consolida en buena medida con el Estado de derecho. Es fundamental para avanzar hacia una sociedad democrática. Sus características, de acuerdo con la organización internacional independiente Proyecto de Justicia Mundial, son las siguientes: límites al poder gubernamental, ausencia de corrupción, gobierno abierto, derechos fundamentales, orden y seguridad, cumplimiento regulatorio, justicia civil y justicia penal.
Otro componente del desarrollo es una macroeconomía estable. Esto significa precios bajos, tasas de interés reducidas, deuda y déficits presupuestales manejables. Permite el aumento de la inversión que conduce al crecimiento económico. Asimismo, el financiamiento con recursos nacionales y extranjeros de proyectos que son ejes de la modernización, como es la infraestructura.
Asociado a lo anterior está una microeconomía competitiva. Para ello es importante la absorción tecnológica y la creación de innovaciones, cuyo propósito fundamental es elevar la productividad. Asimismo, el desarrollo de programas de educación para el trabajo, indispensables en el contexto de aumentar la inversión nacional y extranjera.
La inversión en capital humano es otro factor de desarrollo. Le da a la sociedad los servicios que necesita. La salud, la educación, la seguridad social son las demandas de la población, así como lo son el empleo y la seguridad ciudadana. Está demostrado que estas inversiones, además de ofrecer paz social, son fundamentales para el crecimiento económico.
Hay ejemplos paradigmáticos de políticas públicas que resolvieron destinar recursos cuantiosos para hacer de la educación un sostén del capital humano que apalancara la modernización del país. Es el ejemplo de Israel y de Corea del Sur, que dedicaron a ello el 10% del PIB. Transformaron el sistema pedagógico avanzado, informatizaron todas las aulas y elevaron los sueldos y prestaciones a los maestros.
También un componente importante del desarrollo es una vasta relación con el mundo. Significa absorber capitales, conocimiento, ciencia y tecnología y ampliar el comercio de bienes y servicios.