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Con Trump, nuevo cambio de ruta en telecom y grandes tecnológicas
Después de su contundente triunfo en las elecciones del pasado 5 de noviembre, Donald Trump ha perfilado ya varios nombramientos de funcionarios en posiciones clave, que desde ahora anticipan un enorme reto para la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum. Los anuncios preliminares de nombramientos continuarán en las siguientes semanas. Un común denominador de todas las personas que ya han sido anunciadas preliminarmente por Trump es su marcado sesgo hacia la parte más radical de la derecha en el espectro político. Algunos de ellos vinculados con el famoso Project 2025, un documento de 900 cuartillas elaborado por la Heritage Foundation desde 2023 pero que ganó notoriedad durante la campaña presidencial en los EUA, que contiene una visión ultra conservadora sobre lo que podría ser un segundo mandato de Trump.
En su momento fue considerado tan radical en sus ideas o propuestas que obligó al propio Trump a desmacarse del mismo. Contiene propuestas en muy diversas materias o ejes de política, como temas migratorios, energía, educación, familia, aborto, entre otros temas de gran relevancia. En varios de ellos sobresalen propuestas radicales, como la de eliminar de todo el marco normativo de los EUA conceptos como la orientación sexual, igualdad de género, aborto y derechos reproductivos.
En este contexto, no puede pasar desapercibido que Donald Trump anunció el pasado domingo 17 de noviembre que designará a Brendan Carr como presidente de la Federal Communications Commission (FCC), el órgano regulador de las telecomunicaciones y la radiodifusión en EUA. Se trata de un funcionario que hoy ya es comisionado de ese organismo, en el cargo desde 2017, pero con clara agenda de derecha. Pues resulta que el futuro presidente de la FCC es quien elaboró justo el capítulo sobre dicha autoridad reguladora en el Project 2025 al que me referí antes.
En ese capítulo enumeró cuatro ejes de política prioritarios: i) controlando a las grandes tecnológicas; ii) promoviendo la seguridad nacional; iii) desatando la prosperidad económica; y iv) asegurando la rendición de cuentas y buena governanza de la FCC. A partir de lo anterior, resulta claro que Brendan Carr buscará hacer un marcaje regulatorio a las grandes plataformas tecnológicas a las que acusa de afectar el derecho a la libertad de expresión, por lo que él, y Trump desde luego, consideran como políticas arbitrarias, como son aquellas que buscan contener la propagación del discurso de odio o de noticias falsas. Asimismo, anuncia la intención de obligar a las grandes tecnológicas a contribuir al financiamiento de la infraestructura de telecomunicaciones que es la que permite que los usuarios se puedan conectar con esas plataformas. Así que es probable que esas plataformas experimenten un incremento en sus costos durante la presidencia de Trump.
Por otro lado se anticipa un enfoque regulatorio más laxo para los operadores de telecomunicaciones establecidos, como ya ocurrió durante el primer mandato de Trump o incluso durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009). Se trata de un enfoque que propicia una mayor concentración en los mercados.
Al mismo tiempo, existen temores fundados sobre qué tanto se alineará la FCC a las tentaciones autoritarias de Trump que molesto por la cobertura de las principales cadenas de televisión ha insistido en que a algunas de ellas se les revoque la licencia, en un claro ataque contra la libertad de expresión y la libertad de prensa.
En el segundo eje de políticas prioritarias, se anuncia una reforzada ofensiva contra los fabricantes chinos de equipos de telecomunicaciones, como Huawei y ZTE, que inició desde la primera presidencia de Trump. Con relación a esto, habrá que estar atentos a conocer qué es lo que planea hacer la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones (ATDT), sobre el tema de la presencia de las marcas de fabricantes chinos en las redes de telecomunicaciones mexicanas, porque tarde o temprano el gobierno de Trump intentará tocar el tema nuevamente con México.
Se anticipa pues un cambio importante en la ruta de los sectores telecomunicaciones, radiodifusión y plataformas digitales en EUA. Sería importante que en México pongamos más atención a lo que se pretende instrumentar en materia de gobernanza de estos sectores, porque parece que nadie reflexiona sobre los efectos de la desaparición del IFT y la Cofece, por ejemplo.