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Se ven cosas extrañas en los mercados
Hay una fascinación en los mercados financieros con las nuevas tecnologías, desde apostarle a los cripto activos, hasta invertir cuanto dólar sea posible en las empresas desarrolladoras de chips o modelos de Inteligencia Artificial generativa.
Y es que hay promesas fantásticas de desarrollo de productos que todavía hoy suenan a ciencia y ficción como un chip cuántico que promete resolver, en minutos, problemas que la tecnología de hoy tardaría trillones de años en resolver.
Ante esas maravillas estamos los que nos asombramos por tal avance de la ciencia y están, también, los que tienen recursos para invertir en los mercados y ponen su dinero en esas apuestas que superan la imaginación humana.
Pero, aun en ese contexto de Inteligencia Artificial y tecnologías de alcances inimaginables, en el mundo real sigue rigiendo el principio de los bienes escasos y el dinero es uno de los más socorridos.
Si hoy tengo un dólar que puedo destinar a la siguiente Nvidia, empresa que en cinco años aumentó su valor en 3,450%, prefiero ponerlo ahí que en una acción de la industria manufacturera tradicional que, además, podría enfrentar los aranceles de Donald Trump si manufactura fuera de Estados Unidos.
Por supuesto que hoy todos los mercados están nerviosos y llevan días mostrando precaución ante el anuncio que se dará, al medio día, de la decisión de política monetaria de la Reserva Federal.
Pero el sector industrial ha tenido un desempeño más precario que otros mercados.
Mientras los indicadores de las nuevas tecnologías están en jauja, el Índice Industrial Dow Jones de la Bolsa de Valores de Nueva York lleva nueve días consecutivos de una caída que sólo es comparable con una mala racha similar a 1978.
Hay factores muy específicos, como todo lo que ha rodeado al asesinato de Brian Thompson, CEO de UnitiedHealthcare, cuya acción se ha derrumbado en el mercado y eso ha arrastrado al Dow.
Pesa la incertidumbre de las futuras políticas públicas de Trump para los manufactureros estadounidenses con operaciones off shore. Además, claro del futuro de la tasa de interés.
Pero la moda, la fascinación actual con las nuevas tecnologías y el mercado de criptoactivos consumen los recursos de inversión que suelen destinarse a esos mercados bursátiles tradicionales.
Los expertos piden tener mucha atención a esa combinación existente de una burbuja en los indicadores bursátiles, como el Standard and Poor’s 500, donde participan muchos de esos nuevos gigantes del desarrollo tecnológico y el viejo mercado mecánico e industrial del Dow Jones, que ahora enfrenta una racha negativa histórica.
Y más allá de las cábalas de la relación de precios entre indicadores, hay que poner atención a las exageraciones y a los episodios de irracionalidad en los mercados, y sus consecuencias.
Hay miles de expertos allá afuera que vierten sus conocimientos en función, claro, de sus propios intereses y lanzan todo tipo de análisis y recomendaciones.
Sin duda, lo que más vale la pena es poner atención a los signos de sentido común que pueden preceder un ajuste significativo en los precios de los activos.
Hay en el mercado grandes oportunidades en el mundo de la tecnología, pero también hay en los mercados financieros “tulipanes” que hoy ya tienen precios irracionales.
Mientras los indicadores de las nuevas tecnologías están en jauja, el Índice Industrial Dow Jones de la Bolsa de Valores de Nueva York lleva nueve días consecutivos de caída, sólo comparable con 1978.