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ATF falló en la investigación del asesinato de Jaime Zapata
La ATF ha fallado en procurar justicia en el caso del asesinato del agente especial Jaime Zapata, muerto a tiros en el 2011, en un tramo conocido de una carretera en el centro de México, de acuerdo con información dada a conocer en el Reporte semianual del Congreso: 1 de octubre del 2015 31 de marzo del 2016 .
La Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su abreviatura en inglés) ha fallado en procurar justicia en el caso del asesinato del agente especial Jaime Zapata, muerto a tiros en el 2011, en un tramo conocido de una carretera en el centro de México, de acuerdo con información dada a conocer en el Reporte semianual del Congreso: 1 de octubre del 2015 31 de marzo del 2016 .
Este documento, hecho público este martes, revela que la Oficina General de Inspección (OIG) del Departamento de Justicia de Estados Unidos revisa las acusaciones en contra de la ATF, en relación a su falla por no investigar en tiempo ni arrestar a los sujetos involucrados en el tráfico de armas que fueron empleadas durante el ataque del agente de Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus iniciales en inglés).
La sección de investigación de la OIG examina la información que estuvo viable para la ATF sobre traficantes de armas, previo al ataque y muerte del agente Zapata, reporta el documento.
De acuerdo con información del ICE, el agente estadounidense salió en febrero del 2011 de la Ciudad de México con destino a Monterrey, Nuevo León, para llevar a cabo labores relacionadas con vigilancia de recursos y narcotráfico.
El director del ICE, John Morton, manifestó en ese momento que Zapata perdió la vida sirviendo a su país . Este agente viajaba con un compañero, quien recibió un disparo en la pierna y que fue trasladado a EU, donde se recuperó. En México, la Procuraduría General de la República atrajo el caso por los delitos de homicidio.
Según información publicada por el diario estadounidense The Washington Post, el agente especial Zapata conducía una Chevrolet Suburban blindada de 160,000 dólares. El vehículo estaba construido con los estándares gubernamentales más exigentes y diseñado para proteger contra disparos de alta velocidad, granadas de fragmentación y minas terrestres.
Sin embargo, cuando se vio forzado a orillarse sobre la carretera en una emboscada bien coordinada, rodeado por hombres armados con fusiles AK-47, Zapata puso el vehículo en parking.
Las cerraduras de las puertas se abrieron. El complejo blindaje de la Suburban resultó inútil debido a un ajuste automático, el cual resultó contraproducente para agentes de EU que conducen a través de zonas rojas en México.