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Ante turbulencia, hay que profundizar lazos
México y Chile comparten procesos reformadores y deben apostar por la creación de encadenamientos productivos, dice el funcionario.
México y Chile tienen una gran oportunidad de impulsar un mayor comercio bilateral y estimular encadenamientos de valor nacionales para diversificar sus mercados y economías, lo cual se vuelve vital en medio de la turbulencia que acecha a la economía mundial, dijo Luis Felipe Céspedes, ministro de Economía, Fomento y Turismo de la República de Chile.
El funcionario destacó que las economías chilena y mexicana comparten similitudes y complementariedades que los convierten en socios idóneos, por lo cual ambos países deben saber aprovechar las oportunidades comunes que ofrecen iniciativas como la Alianza del Pacífico y el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
Al igual que México, Chile se ha embarcado en una ambiciosa agenda de reformas estructurales para elevar su competitividad y abatir la desigualdad, por lo que el país sudamericano también comparte con México el desafío que representa la construcción de la confianza y la credibilidad en el proceso reformador, que en el caso chileno abarca también la educación, los impuestos y el mundo laboral, indicó Céspedes.
Previo al inicio de sus actividades como miembro integrante de la comitiva diplomática que acompaña a la presidenta chilena Michelle Bachelet en su visita a México, El Economista platicó con el ministro Céspedes, en cuya hoja de vida destaca el haber fungido como gerente de investigaciones económicas del Banco de Chile, investigador del Fondo Monetario Internacional, del Banco Interamericano de Desarrollo y asesor económico del ministro de Hacienda durante el primer mandato de Michelle Bachelet.
¿Cuáles son las oportunidades que ofrece la relación económica México-Chile?
La economía chilena ha tenido un éxito importante en los últimos 25 años basada en sus recursos naturales, pero en el actual entorno requerimos una fuerte diversificación de nuestra economía y una mayor agregación de valor.
En ese tema México ha tenido un camino muy importante. La economía mexicana se ha ido complejizando y diversificando y ésa es una oportunidad muy importante en términos de compartir experiencias.
¿Qué le dicen los nombres de empresas como la maderera Masisa o Grupo México en la relación México-Chile?
El caso de Masisa es una de las experiencias chilenas que nosotros queremos seguir replicando, empresas chilenas que han sabido crecer y llevar su know-how a otros mercados, como es el caso de Masisa en el mercado mexicano. El caso de Grupo México es un muy buen ejemplo de los beneficios que genera la internacionalización de las empresas mexicanas para los chilenos. Si tenemos más inversión mexicana en sectores clave como telecomunicaciones, infraestructura y minería, vamos a tener muchas posibilidades de incrementar nuestros lazos de colaboración y por lo tanto de generar más crecimiento económico.
¿Qué les ofrece la Alianza del Pacífico a México y a Chile?
Tenemos una oportunidad de construir una alianza que nos permita desarrollar áreas donde tenemos vocaciones comunes. Como región compartimos la necesidad de incrementar nuestra productividad y la asociación nos permite abrir los espacios que nuestras empresas precisan para exportar su know-how. Cuando hablamos de productividad y desarrollo hay muchas externalidades que se generan: el desarrollo de emprendedores en Chile puede potenciar el crecimiento de la economía mexicana y viceversa, en la medida en que los impulsemos con una visión de crecimiento de la región y agregación de cadenas de valor.
Ahora mismo México y Chile comparten también procesos reformadores...
Así es. El gobierno debe ser capaz de otorgar oportunidades y para eso la educación es fundamental. En Chile pusimos en claro que si no mejoramos la calidad de nuestra educación no estamos en capacidad de otorgar esas oportunidades, de ahí la necesidad de reformar el sistema educativo, pero para ello hubo que reformar también el sistema tributario, para tener los recursos permanentes para financiar la educación.
Tuvimos que retomar la capacidad de dialogar de manera distinta y asumir una actitud propositiva y constructiva en el diálogo. Los empresarios comparten objetivo de incrementar los niveles educativos, pero al mismo tiempo no se puede decir que Chile no valore la responsabilidad fiscal. Hubo tensiones al respecto, pero al final la reforma tributaria fue apoyada por la alianza de gobierno y la oposición, lo cual habla de la capacidad de negociación mostrada.
Puntal contra desigualdad: Céspedes
Productividad, desafío común
La lucha contra la desigualdad que aqueja a los países de la región latinoamericana pasa por incrementar la productividad y Chile no es la excepción, por lo que el país se ha embarcado en una estrategia de política económica para elevarla, comentó Luis Felipe Céspedes, ministro de Economía, Fomento y Turismo de Chile.
El funcionario comentó que, en el caso de Chile, la brecha de productividad respecto del mundo desarrollado explica el diferencial del ingreso per cápita entre el país sudamericano y países como Estados Unidos, de 40%, por lo que el gobierno tiene bien claro que sus políticas deben cumplir con el propósito de incrementar esta variable.
El país andino ha desplegado una estrategia en cuatro ejes: elevar las inversiones, diversificar la economía, estimular el emprendimiento y la innovación y fortalecer el ecosistema de competencia del país.
La productividad de una empresa pequeña en Chile es 25% de la productividad de una empresa grande, que es similar a la de empresas grandes en el mundo, mientras que la productividad de una empresa pequeña en otros países desarrollados es 60-70% la productividad de una empresa grande , diagnosticó.
Añadió que en el caso del cobre, producto del cual Chile es productor líder, el país no ha podido convertirse en un exportador de minería, sino únicamente de cobre, por lo cual busca generar las capacidades productivas que le hagan un auténtico exportador de materias primas, pero con alto valor agregado.