Buscar
Política

Lectura 9:00 min

México debe elevar los costos de medidas radicales contra inmigrantes en Estados Unidos

Académicos, expertos en el tema, vislumbran poco acuerdo y mucha intención de Estados Unidos para imponer medidas extremas contra personas en situación de movilidad

Foto: Reuters

El escenario de la relación entre México y Estados Unidos para atender el problema de la migración durante el próximo gobierno del presidente, Donald Trump, expone un panorama complicado: puede haber muy poco acuerdo y mucha intención de imposición. Ante esa situación, las autoridades mexicanas deben evidenciar que se trata de un asunto trasnacional y elevar los costos que le significarían a los estadounidenses realizar medidas unilaterales y radicales como las anunciadas durante la reciente campaña presidencial, plantearon académicos expertos en la materia, consultados por El Economista.

En entrevista, Tonatiuh Guillén López, Investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM, expuso que es probable que haya poco acuerdo y diálogo y sí, mucho de pretensiones de imposición de objetivos por parte del presidente Trump, con lo cual el espacio de maniobra para el gobierno mexicano será reducido y dependerá, principalmente de la capacidad que tenga para influir en otros actores en Estados Unidos que equilibren, desde allá el tono agresivo del hoy virtual mandatario electo.

Esa es la ruta que debería de estarse explorando con los gobiernos de los estados del vecino país del norte que ya se han declarado en resistencia contra Trump e, incluso, con congresistas, especialmente del partido Demócrata, que están siendo críticos de los planteamientos del republicano, indicó.

El reconocido especialista dijo que también debe explorarse esa posibilidad con asociaciones civiles y, por supuesto, con las grandes empresas que pueden resultar afectadas con medidas de esa índole.

“De lo que se trata es de ponerle los objetivos caros a Trump, quien quiere convertir a México en un aparato de contención”, mencionó.

Asimismo, planteo la necesidad de hacer una defensa de los derechos humanos de las personas migrantes, incluso en México, especialmente con las que están en calidad de solicitantes de asilo.

Por su parte José María Ramos García, profesor investigador del Departamento de Estudios de Administración Pública de El Colegio de la Frontera Norte, destacó que en los últimos años en Estados Unidos se ha fortalecido la contención migratoria.

Refirió que si se revisan las estadísticas de detenciones de la Patrulla Fronteriza se ha reducido alrededor de 70% la detención de personas intentando cruzar de manera ilegal a esa nación y eso se debe a los diferentes programas de contención que ha implementado el gobierno de Estados Unidos.

Para el especialista, lo que se debe buscar es seguir conteniendo la migración, pero que también Estados Unidos abra vías de legalización.

En ese sentido mencionó que, muy probablemente, una vez iniciado el gobierno del presidente Trump, muchos programas de atención a migrantes se van a suspender, porque seguramente se va a fortalecer el control para los menores no acompañados.

Desde su perspectiva, los únicos programas que se mantendrán serán el H2B y el H2A, que son los permisos para actividades laborales.

Al respecto, apuntó que México puede solicitar que se incrementen ese tipo de espacios para migrantes, sobre todo porque Texas y Florida requieren de esa mano de obra en actividades agrícolas.

Además, recalcó, también es importante que se sigan fortaleciendo las acciones de asilo y refugio, sobre todo ante el hecho que hay una demanda.

A su vez, Oscar Misael Hernández Hernández, profesor-investigador de El Colegio de la Frontera Norte, recordó que durante su primer campaña presidencial, Donald Trump usó la misma retorica antiinmigrante y de cierre de fronteras desplegada ahora.

Eso le funcionó en términos de rating político, pero una vez en el poder, durante su primera gestión como presidente, el número de deportaciones no fue tan elevado, comparado con administraciones anteriores, como la del presidente Barack Obama.

En su opinión, puede ocurrir que, en su segunda administración, el presidente Trump reproduzca el mismo esquema, porque es consiente que una parte de su triunfo se explica por el voto de comunidades latinas y porque la mano de obra de éstas sigue siendo muy importante para la economía estadounidense. Bajo esa lógica, quizá la amenaza de las deportaciones masivas no sea tal cual.

En cuanto a la amenaza de cierre de fronteras, comentó que la experiencia lo que dice es que sí lo llevó a cabo en su administración anterior y es probable que lo vaya a intentar nuevamente, solo que anteriormente operó a favor de ello la implementación de medidas para contener la pandemia de Covid-19 y los desplazamientos masivos desde Centroamérica.

Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos.Reuters

Debe haber más compromiso de países expulsores

Por otra parte, Tonatiuh Guillén López y José María Ramos García coincidieron en señalar que debe haber un mayor compromiso de los países expulsores de migrantes, a quienes corresponde implementar programas de mayor responsabilidad y generar opciones laborales para sus comunidades.

Tonatiuh Guillén López destacó que los países de tránsito y destino pueden gestionar la problemática, pero, de fondo, los orígenes de la expulsión están en los lugares de dónde vienen.

Eso implica acuerdos de cooperación reales, serios y de gran escala de iniciativas de modernización política para evitar que la gente tenga que salir, pero tampoco esa ruta se está siguiendo seriamente.

Eso empezando por México, porque hay un número importante de mexicanos solicitantes de asilo en Estados Unidos porque tenemos un grave problema de desplazamiento forzado en varios estados del país ocasionado por severos problemas de violencia.

Al respecto, José María Ramos García enfatizó que lo que vimos en este año es una situación atípica singular porque tan solo en Tijuana llegaron migrantes de alrededor de 60 nacionalidades, cuando anteriormente eran mayoritariamente mexicanos y centroamericanos los que llegaban.

Para el académico, eso refleja que lo que estamos experimentando es una movilidad humana global, para lo cual se requiere una respuesta eficaz de los países expulsores de migrantes.

También comentó que esa migración global se debió, en gran medida, a los programas implementados por el gobierno del presidente Biden, con un enfoque de migración ordenada, segura y humana, los cuales ahora seguramente van a desaparecer.

México se ha dedicado a contener

Por su parte, Tonatiuh Guillén López destacó que, hasta ahora, México ha mostrado una estrategia muy clara hacia el fenómeno migratorio y es la contención. Lo que ha estado haciendo es detener personas. Si están en el norte, las bajan al sur y otra vez.

Lo relevante, añadió, es que además de eso se debiera tener una estrategia paralela de inclusión social y económica y en eso no tenemos casi nada.

En este sentido recalcó que la inclusión social de personas que están en situación de movilidad y solicitantes de asilo podría traducirse en estrategias de beneficio mutuo. “En otras palabras, convertir ese desafío en una oportunidad de crecimiento económico y social”.

La explicación de por qué no se hace son los acuerdos con Estados Unidos. “Estamos muy concentrados en la contención y no hemos dialogado sobre otras alternativas”.

En otro aspecto, Oscar Misael Hernández Hernández opinó que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum debe tener un equipo de asesoría especializados en materia de migración y de desplazamiento forzado pues la idea de instrumentar una migración segura y ajustada al respeto de los derechos humanos, más bien se volvió un cliché en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El primer paso es que el gobierno mexicano deje claro que debe implicar una migración segura y ordenada, apegada a derechos humanos y, sobre todo, como se va a aplicar.

El segundo asunto es que debe haber una coordinación entre las diferentes dependencias relacionadas con el fenómeno migratorio, pues parece ser que hay confusiones en lo que debe hacer cada institución.

11 millones de inmigrantes en EU son indocumentados; 4 millones mexicanos

De acuerdo con el Pew Research Center, la población inmigrante de EE. UU. ha crecido considerablemente a lo largo de las décadas. Pasó de 9.6 millones en 1970 a 31.1 millones en 2000 y a casi 48 millones en 2023.

La población estadounidense nacida en el extranjero alcanzó un récord de 47.8 millones en 2023, lo que supone un aumento de 1.6 millones con respecto al año anterior. Se trata del mayor aumento anual en más de 20 años, desde el año 2000.

Representan 14.3% de la población de los Estados Unidos, un aumento de aproximadamente tres veces desde el 4.7% en 1970.

México es el principal país de nacimiento de inmigrantes estadounidenses. En 2022, aproximadamente 10.6 millones de inmigrantes que viven en Estados Unidos nacieron en territorio mexicano, lo que representa el 23% de todos los inmigrantes estadounidenses. Los siguientes grupos de origen más grandes fueron los de la India (6%), China (5%), Filipinas (4%) y El Salvador (3%).

Foto: Reuters

Si bien México sigue siendo el mayor país de origen de inmigrantes estadounidenses la inmigración mexicana se ha desacelerado desde 2007 y la población nacida en México en Estados Unidos ha disminuido. La proporción mexicana de la población inmigrante estadounidense cayó del 29% en 2010 al 23% en 2022.

La mayoría de los inmigrantes (77%) están en el país legalmente. Los datos de 2022 señalan que 49% eran ciudadanos estadounidenses naturalizados; 24% residentes permanentes legales; 4% eran residentes temporales legales y 23% eran inmigrantes no autorizados, unos 11 millones, de los cuales cuatro millones son mexicanos.

Casi 600,000, de diferentes nacionalidades, son del programa Acción Diferida para los Llegados en la infancia (DACA).

Periodista mexicano, originario de Amealco, Hidalgo. Editor del suplemento Los Políticos de El Economista. Estudié Sociología Política en la Universidad Autónoma Metropolitana. En tres ocasiones he ganado el Premio Nacional de Periodismo La Pluma de Plata que entrega el gobierno federal. También fui reconocido con el Premio Canadá a Voces que otorga la Comisión Canadiense de Turismo, así como otros que otorgan los gobiernos de Estados Unidos y Perú.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas