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El FMI considera que aún es temprano para monedas digitales de bancos centrales
Son 100 los países que tienen proyectos avanzados sobre el manejo de sus propias monedas digitales, pero no hay aún criterios tecnológicos comunes para su manejo ni un marco regulatorio para su interacción, advirtió la Directora Gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Son 100 los países que tienen proyectos avanzados sobre el manejo de sus propias monedas digitales, pero no hay aún criterios tecnológicos comunes para su manejo ni un marco regulatorio para su interacción, advirtió la Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
Al participar en evento virtual organizado por el Atlantic Council, comentó que es temprano para considerar el manejo de monedas digitales de bancos centrales (CBDC, por su sigla en inglés) de forma generalizada, pues deben desarrollarse con prudencia para garantizar la seguridad de su operación.
En su participación, que coincide con el lanzamiento del documento de trabajo titulado “Central Bank Digital Currency, behind the scenes: Emerging trends, insighst and policy lessons” del FMI, subrayó que las monedas digitales de bancos centrales ofrecerán beneficios superiores a los que otorgan los criptoactivos e incluso las llamadas stablecoins.
Las llamadas “monedas estables” como Tether o DAI, están asociadas al valor de una moneda fiduciaria como el dólar o el euro, a bienes materiales como el oro o algún inmueble, lo que ayuda a mantener un precio estable.
En el documento, el FMI extrae tres lecciones de las CBDC que están ya en fases de prueba: no hay una talla única para todos; son un camino para impulsar la inclusión financiera y mayores tenencias de criptomonedas requieren controles regulatorios más estrictos.
Desde diciembre el Banco de México (Banxico) informó al Congreso que está desarrollando su moneda digital, un proyecto que consta de tres etapas que recurre en primera instancia al ecosistema CoDi.
La Reserva Federal de Estados Unidos divulgó una investigación en enero sobre los beneficios y riesgos potenciales que puede tener un dólar digital y advirtió que el documento es un primer paso para fomentar un diálogo público, amplio y transparente sobre el tema.