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Buena semana para la moda
Continuidad, un cartel fortalecido y diversidad de colecciones dieron pie a que el encuentro cumpliera expectativas.
La expectativa se cumplió. Los diseñadores participantes en la novena edición del Mercedes-Benz DFashion México (MBDFM) crecieron en cuanto a tendencias y a la realización de sus conceptos y prendas. El evento tuvo el impacto mediático que es parte fundamental de la razón de ser de este foro para la proyección de la moda nacional.
Sin duda, hoy por hoy es el foro más consolidado en el país, de ahí que, a pesar del cambio de sede al Infield en el Hipódromo de las Américas, que lució improvisado y resultó de difícil acceso, los seguidores de la moda pudieron ser testigos de colecciones más apegadas a la realidad del mercado de la mujer contemporánea.
Sin perder su estilo, cada creativo se impuso retos de los cuales, la gran mayoría, salieron airosos. Con 32 pasarelas y tres exhibiciones se refrendó la razón de ser parte de esta plataforma al mando de Beatriz Calles, directora general del MBDFM, quien ha sido clave para el posicionamiento del foro gracias al trabajo de equipo con Raúl González Fillard, gerente de Mercadotecnia y Relaciones Públicas de Mercedes-Benz.
Grandes apuestas
Del 26 al 30 de septiembre, se presentaron los trabajos de diseño de modas y México se vistió de tendencias frescas, con gran colorido, personalidad propia, así como prendas en las que predominaron apuestas geométricas y arquitectónicas.
Durante el primer día estuvieron en pasarelas las escuelas de Diseño de Modas.
En la semana destacó el trabajo de JI+B con su colección Zaha Hadid, inspirada en la obra de la célebre arquitecta anglo- iraquí. El colombiano Jorge Duque con Fractus, presentó prendas con inspiración en la psicodelia de los años 60.
Gustó la colección de Carlo Demichelis, el concepto y realización de Ver Sacrum de Julia y Renata, la propuesta Seekers de Toni Francesc, Pepa Pombo con su colorido y texturas en Cineticongo y la pasarela de Elle México Diseña.
También Veneno en la piel con Butterfly 2.0, la fidelidad de Lydia Lavín al trabajo textil nacional en Texturas de una hacienda mexicana y el enfoque orgánico de Trista con Las primeras voces.