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“El artista se hace en el momento de la acción con la materia”
Para un artista plástico, pertenecer a la Colección IBEX es el equivalente al Nobel. Arizabalo lo ha conseguido.
Entrevista con Javier Arizabalo, artista plástico.
Mi trabajo es la confluencia de un momento actual, de la materia con la que cuento, con mis habilidades, y eso es irrepetible y nuevo, y puede que a alguien le parezca que descubre algo nuevo, si no pasarían de largo”.
Javier Arizabalo, pintor.
Si para un escritor ganar el Premio Nobel de Literatura es la máxima distinción, pertenecer a la Colección IBEX es el equivalente para un artista plástico realista o hiperrealista. Javier Arizabalo, maestro de maestros, lo ha conseguido.
Si se pudiera definir con una sola idea, sería con una frase de Gabriel García Márquez: “He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada”.
El artista español Javier Arizabalo (San Juan de la Luz, Francia, 1965) goza de fama mundial como uno de los más destacados en su estilo, el realismo, a pesar de esto, su humildad y nobleza como persona lo siguen caracterizando.
“Nunca he sido ni he pretendido ser un contador de historias o ser un narrador, sino que la historia sea la propia imagen. Pasado el tiempo, la obra ya no es tuya, te es ajena, no sabes cómo fue que la materia se hizo de esa manera. Es la materia la que se ha organizado. Resignificamos o volvemos signo inteligible la realidad, la imagen, el tiempo, el espacio, el volumen, el color, mediante el arte, podríamos decir que no tendríamos conciencia de la vida sin él”, comparte el artista.
Su obra invita a reflexionar sobre la fragilidad del ser humano y sobre la importancia del tiempo, pero también provoca sensaciones profundas sobre la belleza innata en momentos cotidianos casi imperceptibles, mismos que el maestro Arizabalo inmortaliza con una maestría exquisita.
Se percibe como “una persona que se ha ido definiendo en relación con el arte, o a la imagen. Sus amistades, sus aficiones y lo que ha hecho con sus manos y su cabeza”.
—¿Cómo fue tu infancia?
“Fue una infancia normal, desde la escuela primaria ya me refugiaba en el trabajo manual. La sociedad española de aquel entonces, la verdad es que era difícil, un poco oscura, y lo impregnaba todo. Fue en mi adolescencia en que me fui definiendo respecto a mis habilidades, y también fue el momento en que España despegaba de su periodo reciente más negativo”.
La pregunta sobre si un artista hace una obra o si una obra hace un artista, me ha rondado varias veces por la cabeza; hoy lo tengo claro gracias a él, son los momentos sublimes en que el artista y la obra se entrelazan para crearse a sí mismos.
—¿Un artista hace una obra o una obra hace a un artista?
¿Qué es una obra y qué es un artista? En algún momento marcamos sus perímetros, pero es el artista el que se hace en el momento de la acción con la materia.
—¿Se requiere locura para ser artista?
Se han creado historias alrededor de los personajes, se los ha novelado, se los ha mitificado. Los artistas locos sirven para pasar un rato entretenido en una lectura o en una película.
—¿Por qué el arte es importante en nuestra vida?
Resignificamos o volvemos signo inteligible la realidad, la imagen, el tiempo, el espacio, el volumen, el color, mediante el arte, podríamos decir que no tendríamos conciencia de la vida sin él.
—¿Por qué tu trabajo aporta algo nuevo al arte?
¿Qué es la novedad? Resulta difícil con todas las interacciones de las personas con la materia que han sido, decir que algo es nuevo, basta con que a mí me aporte algo, un pequeño pensamiento, y encontrar a la persona o personas que se sientan reflejadas frente a la obra. Quiero seguir pensando que hay personas que frente a una pintura de mi autoría reconocen la excepcionalidad del momento, del espacio, de la persona, de la luz y que los valoran. Mi trabajo es la confluencia de un momento actual, de la materia con la que cuento, con mis habilidades, y eso es irrepetible y nuevo, y puede que a alguien le parezca que descubre algo nuevo, si no pasarían de largo.
—¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción en la industria del arte?
El arte es algo que surge separado de la industria, otra cosa es que haya o no industria, el arte no es por ella. Lo mejor que he podido tener es conocer a las personas y establecer vínculos con ellas, no es ni siquiera hacer una obra maestra o no.
—¿Cuál es tu meta como artista?
Seguir sorprendiéndome cada día que pinto o dibujo, en donde las cosas salen. Los premios, el currículum, o el dinero son aspectos que le interesa a lo social, como persona me interesan mis vivencias.
—¿Qué consejo le darías a alguien que quiere ser artista?
Como a cualquier persona, le deseo que tome las mejores decisiones en su vida, y que busque la mejor manera de ser un ser moderadamente equilibrado, que equilibre en lo posible sus emociones y lo que desea, con lo que piensa, con lo que le es permitido hacer, y a partir de ahí que trabaje y se esfuerce, que la formación personal no le va a venir dada.
—¿Cuál consideras que será tu legado?
¡Dios mío qué pregunta.! Ahí me veo en una escultura de bronce del siglo XIX y las palomas cagando encima de mi cabeza. Mi legado será pequeño, pero sí que me hace sentir curiosidad. Me dan ganas de poder mirar por el ojo de una mirilla, dentro de cien o doscientos años, en qué lugar están situadas algunas pinturas y cómo se comportarán las personas a su alrededor.
—¿Cómo te gustaría ser recordado?
Me gustaría ser recordado durante un tiempito, servir de inspiración para alguien, lástima que no seamos más que un átomo en el infinito, donde todo lo que nos importa se va a perder y todo va a cambiar.