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El cine como espejo cóncavo del portugués João Canijo en la Berlinale
"Mal viver", del director portugués João Canijo cuenta la historia de un trío de mujeres (abuela, hija y nieta) que regentan un hotel en el norte de Portugal y que viven ahogadas en un mar de resentimiento mutuo y de secretos familiares nunca resueltos.
El director portugués João Canijo compite por el Oso de Oro de la 73ª Berlinale con "Mal viver", una película acompañada de su "reverso" cinematográfico, "Viver mal", que concursa en otra sección del mismo certamen, algo poco habitual.
"Mal viver" cuenta la historia de un trío de mujeres (abuela, hija y nieta) que regentan un hotel en el norte de Portugal y que viven ahogadas en un mar de resentimiento mutuo y de secretos familiares nunca resueltos.
La hija de la fundadora del hotel está al borde del suicidio, y la incomprensión de su madre parece ser transmitida a su propia hija.
En entrevista con la AFP, Canijo explicó que ensayó durante dos años con las actrices para rodar esta película bien engrasada, en la que las réplicas son punzantes.
Los diálogos se cruzan con fragmentos de conversaciones de los huéspedes del hotel, que sufren sus propias miserias.
La segunda parte, "Viver mal" retoma precisamente ese telón de fondo y lo pasa al primer plano.
Los huéspedes se convierten en protagonistas, y de fondo, como un decorado conocido pero intrigante, deambulan esas tres mujeres atrapadas por su relación tóxica.
"No creo en las familias funcionales"
Canijo, que ganó en 2011 un premio de la crítica cinematográfica en San Sebastián con "Sangue do meu sangue", reconoce que no es muy optimista a la hora de abordar las relaciones familiares.
"No creo que haya esperanza. No creo en las familias funcionales; no conozco ninguna", explicó en entrevista con la AFP antes del estreno en Berlín, en la noche del jueves.
"Las abuelas arruinan la vida de sus hijas y luego esas madres arruinarán a su vez la vida de sus hijas. Es así, un ciclo que no se acaba nunca", explica.
Canijo considera "extraordinaria" su doble selección en la Berlinale. De las dos, su preferida es la que concursa para el Oso de Oro. "Obviamente", dice.
"Cada una de ellas, en la competición oficial y en la sección Encuentros, tiene su lugar", dice con una sonrisa orgullosa.
Para la segunda parte, Canijo se inspiró en tres obras de teatro del sueco August Strindberg (1849-1912).
Una madre que presiona a su hija para que se case, para así poder continuar acostándose con su yerno. Una pareja que vive entre el amor y el odio. Y dos jóvenes lesbianas que no logran desembarazarse de la sombra de la madre de una de ellas.
En términos de toxicidad, "creo que en la actualidad las parejas homosexuales son tan normales como las heterosexuales, no creo que haya una gran diferencia", opina.
Antecedentes distintos
En la Berlinale hay otro director en liza en dos secciones diferentes, el iraní Mehran Tamadon con "Mon pire ennemi" (sección Encuentros) y "Jaii keh khoda nist" (sección Forum). Pero son historias diferentes, rodadas en lugares distintos.
"Viver mal" y "Mal viver" fueron rodadas simultáneamente durante doce semanas en el mismo hotel.
"Cuando rodábamos sabíamos perfectamente lo que iba dentro de un film, y lo que iba en el otro", asegura. Fue un auténtico trabajo de "bisutería cronológica", explica con tono ufano.
En la historia del cine no abundan los antecedentes, ni son exactamente el mismo ejercicio cinematográfico.
Clint Eastwood rodó "Cartas desde Iwo Jima" y "Banderas de nuestros padres", sobre la batalla de Iwo Jima, con el punto de vista japonés y el estadounidense, entre 2005 y 2006.
"Smoking/No smoking", del francosuizo Alain Resnais, fue rodada en 1993 en un jardín británico, en torno a una pareja. Es una sola película, con distintas alternativas.
"La desaparición de Eleanor Rigby" (2014, Ned Benson) también ofrece dos puntos de vista sobre una relación de pareja, la de ella (Jessica Chastain) y la de él (James McAvoy).
kg