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Arte e Ideas

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El espía mexicano ?del universo

Con un espectrómetro y el bolómetro Aztec, la máxima inversión científica mexicana está lista para la exploración.

La misión científica denominada el Gran Telescopio Milimétrico (GTM), contó con una inversión mexicana de 1,500 millones de pesos y 60 millones de dólares de Estados Unidos, es decir, es el proyecto más caro del país en su tipo y la colaboración más importante entre las dos naciones.

A siete años de su inauguración, el radiotelescopio con la antena más grande del mundo inició este domingo su vida científica enfocada a la exploración del universo con dos instrumentos: el espectrómetro y la cámara de bolómetros Aztec (un bolómetro mide cantidades de radiación muy pequeñas).

Este último aparato capta ondas de longitudes de 1 milímetro, ocupa helio líquido para enfriarse y logra una temperatura de -273 grados centígrados 10 veces más frío que el fondo cósmico , para obtener una mejor recepción de la información medida, indicó David Hughes, investigador principal del GTM.

El investigador aseguró: La ventaja de la combinación del tamaño, la altura, las condiciones del sitio y la calidad de los instrumentos científicos, es la necesaria para investigar la estructura y formación de la naturaleza del Universo… y su evolución en los últimos 14,000 millones de años .

Por su parte, el director del Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica, Alberto Carramiñana Alonso, informó que los dos receptores con lo que trabaja el GTM fueron desarrollados en Estados Unidos, pero que la siguiente generación de la cámara de bolómetros será mexicana. La actual tiene 144 bolómetros y nosotros estamos trabajando en laboratorio para desarrollar otra de 10,000 bolómetros que podría estar lista en un par de años (…); en cuanto al espectrómetro, es un instrumento a la vanguardia, es de lo más novedoso (y capta ondas de longitud de 3 milímetros) , agregó.

VISITAS

Con un testigo majestuoso a 7 kilómetros en línea recta, el Pico de Orizaba, el colosal plato con un diámetro de 50 metros, algo así como media cancha de fútbol, atrapa luz de las zonas más oscuras y frías del Universo, pero además busca entusiasmar a muchos de los 4,000 estudiantes de secundaria y de universidad que visitan anualmente el GTM en la cima del volcán Sierra Negra, en el municipio de Atzitzintla, Puebla.

CONDICIONES SEVERAS

A 4,580 metros de altitud no hay vegetación, el único jardín posible es el de rocas. Los pasos, las palabras y las actividades humanas, en general, tienen que ser lentos, de lo contrario el mal de montaña podría hacer de los visitantes sus víctimas, provocándoles sus más comunes efectos por falta de oxígeno: mareos, náusea, dolor de cabeza, somnolencia, falta de aliento, tos seca o vértigos.

En el volcán Sierra Negra o Tliltépetl, la temperatura puede llegar a ?0 grados centígrados y la radiación ultravioleta es fuerte.

Protegerse de la radiación solar con un bloqueador y lentes para sol, aún si estuviera nublado, son cosas que no se deben olvidar. El último pueblo que se puede encontrar en el camino es el de Santa Cruz Texmalaquilla, municipio de Atzitzintla. Luego de pasar la flecha de registro para ingresar al Parque Nacional Pico de Orizaba, considerada Área Natural Protegida; donde se ubican el GTM y el proyecto Hawc (un observatorio de rayos gamma, a 4,100 metros sobre el nivel del mar), son los pinos y el pasto endémicos de la zona los que empapan la visión.

Después de varias curvas, vibradores naturales, subidas empinadas, piedras en el camino, falta de vegetación (a 4,000 metros aproximadamente) y unos 4 grados centígrados menos respecto del último pueblo, indican que se ha llegado al proyecto astronómico más ambicioso del país.

ANTECEDENTE

El GTM opera longitudes de onda entre 0.85 y 4 milímetros, gracias a su antena parabólica, la cual está ubicada sobre una estructura de acero que se mueve con una precisión de relojería suiza, que utiliza tecnología de frontera y que fue construida por una empresa mexicana.

De hecho, de los 1,500 millones de pesos que ha invertido el país en el proyecto, 85% se ha destinado para el pago de empresas mexicanas participantes en la construcción del telescopio tales como: Cemex y CFE, por mencionar un par de ellas.

Actualmente, cuenta con 32 metros de diámetro habilitados para la observación, los cuales ya permitieron que 11 proyectos fueran seleccionados para repartir 400 horas, por lo que el calendario de las observaciones se dará a conocer de manera oficial a finales de este mes.

elizabeth.ruiz@eleconomista.mx

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