Buscar
Arte e Ideas

Lectura 7:00 min

El servicio del Lago de Texcoco será ecosistémico

Sus propiedades son únicas en el mundo, por lo que se debe conservar como patrimonio edáfico. Los suelos son de muy mala calidad para cualquier actividad económica, por lo que se debe conservar su estado natural. Un uso diferente requeriría mantenimiento permanente y de costo extremadamente elevado, aseguran especialistas.

Este martes, el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la declaratoria del Área Natural Protegida del Lago de Texcoco. En este marco también se dio a conocer a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) la referencia científica que sustenta la designación.

Se trata del Área Natural Protegida número 184, con categoría de Área de Protección de los Recursos Naturales, esto quiere decir que tiene un enfoque no solamente de conservación, también de aprovechamiento sustentable. Estas 14,000 hectáreas se suman a las más de 90 millones que México tiene bajo estatus de protección.

El documento denominado "Primera Entrega del Ecosistema Nacional Informático, capítulo Rescate del Lago de Texcoco" presenta un diagnóstico y recomendaciones para la restauración socioambiental de la región, que incluyen una memoria de levantamiento de suelos y sedimentos, y un acervo de información estadística y cartográfica.

Un suelo único en el planeta

La doctora María del Carmen Gutiérrez Castorena, profesora investigadora del programa de Edafología del Colegio de Posgraduados presentó los hallazgos de la zona. De entrada, reveló que en el fondo del lago de Texcoco, se encontró una máxima profundidad de 70 metros, en los que se han acumulado ciertos sedimentos lacustres (hidrogel hipersalino). “En su condición natural alcanzó a retener más de 500% de humedad, es decir, que el 80% de ellos es agua (63 metros) y el 20% son sólidos (7 metros) dominados por cationes y aniones que le dan una naturaleza muy especial a sus propiedades químicas, físicas y biológicas, por lo tanto se considera un suelo único en nuestro planeta”.

Sin embargo, explica que hace 100 años, cuando se decretó el secamiento artificial del lago y comenzó un proceso continuo de pérdida de humedad, esto fue drástico, por lo que comenzaron los hundimientos, agrietamientos, problemas de tolvaneras y se incrementó la salinización, lo que trajo problemas de salud pública.

Hace 50 años, también se decretó que valía la pena pastizar la zona, sin embargo estos problemas no se han resuelto en todo ese tiempo a pesar de inversiones millonarias. “A partir de 2014 que se decretó como área para un aeropuerto, el impacto fue mucho mayor sobre el secamiento de materiales, pues se propuso como una innovación tecnológica acelerar el proceso de hundimiento a través de la extracción del agua en un proceso agresivo, sin tomar en cuenta que es una cuenca donde toda la ciudad está relacionada”.

En la actualidad, dijo, después de un muestreo y caracterización del suelo, se determinó que en la zona hay una gran diversidad de suelos, 44 en total, cada uno con ciertas particularidades, “lo que lo hace extremadamente heterogéneo”, algunos no se han reportado a nivel internacional, por lo que se debe conservar como un “patrimonio edáfico”.

Sobre la calidad del suelo, la investigadora aseguró que “está determinado por la altísima concentración de sodio”, lo que es un serio problema para el crecimiento de plantas, pues es muy tóxico.

Las repercusiones de ello son dos: En la superficie, “hay un alto riesgo de erosión eólica, que significa desprendimiento de partículas y por lo tanto contaminación al área conurbada”. En el subsuelo, “se asocia con el agua y automáticamente forma sosa cáustica, es decir, aguas corrosivas,  lo que incrementará más la alcalinidad y por lo tanto mucho más difícil que se tenga éxito con cualquier cosa que se haga en la zona”.

En conclusión, Gutiérrez Castorena, asegura que los suelos son de muy mala calidad para cualquier actividad económica por lo que se deben conservar en su estado natural, “la idea es ya no alterarlos, y cualquier uso requiere un mantenimiento constante y elevado, con el riesgo del fracaso y abandono”.

El servicio del lago tiene que ser ecosistémico

Los especialistas aseguran que no podemos darnos el lujo de quitarle la humedad a la zona, por lo que se tiene que mantener y conservar su función reguladora hídrica, para permitir la fauna silvestre e incrementar la captura de carbono en esos sitios; también su función sería como regulador del clima. 

En este sentido Ignacio José March Mifsut, director de evaluación y seguimiento de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales dijo que los estudios revelaron que por lo menos hay 650 especies de flora y fauna que se mantienen en esta área, pero esta puede duplicarse o triplicarse conforme avancen las investigaciones.

Como ejemplo, entre las especies detectadas está el ajolote mexicano, importante bioculturalmente y de interés para la investigación biomédica, "pues se usan para estudiar una serie de procesos para la salud humana, tiene una ruta evolutiva como pocas especies. Con ello se pueden analizar los efectos de la vejez humana”.

También recibe a más de 150 millones de aves acuáticas procedentes de Canadá  y Estados Unidos, son especies que tienen impacto a nivel continental. “Esperamos que bajo esta protección el ecosistema lacustre se vaya restaurando de manera paulatina, y que se vayan sumando otras áreas, para constituir un espejo de agua que pueda recibir el triple de estas aves”. Agregó que es un lugar interesante para observar aves en México, recurso importante para la educación ambiental.

Además se definió como un vaso regulador en las lluvias atípicas, pues con el cambio climático se establecen patrones de lluvia totalmente anómalos, con esto se podrían mitigar estos comportamientos. Además de alimentar los mantos acuíferos de los que obtenemos agua para esa parte del territorio.       

En la presentación del documento que plantea el rescate del lago de Texcoco, María Elena Álvarez Buylla, directora de Conacyt, informó que este proyecto forma parte de las agendas de investigación e incidencia del Programa Nacional Estratégico Sistemas Ecológicos y Sustentabilidad que se impulsa desde Consejo como parte de los ejes programáticos.

Álvarez-Buylla añadió que se continuará acompañando este proceso, “alimentando al repositorio a través de los proyectos nacionales que están ya aprobados para la zona”.

El reto es que sea un ejemplo de aprovechamiento sustentable: INECOL

El doctor Juan Martínez Gómez, investigador del Instituto de Ecología A.C. (INECOL), opina: “Escuchar que esta zona de Texcoco será una zona protegida de entrada puede brindar esperanza, nos puede ayudar a pensar que su manejo puede generar un ambiente más sano cerca de la Ciudad de México y que pueda ayudar a regular los flujos de agua”, pero hay otra parte importante, dijo.

Las ANP del país requieren una inversión, cuidados y “aquí debemos pensar que debe ir dotada con un equipo, un consejo asesor y una comunidad involucrada en la gobernanza y el manejo del área. Por último con un presupuesto y reglas claras”.

Explica que cuando tenemos un lago como Área Natural Protegida se tienen que mantener las zonas de vegetación en condiciones adversas a la existencia de un lago, porque hay un proceso de degradación, con el azolve y con ello la pérdida del lago. Este es el siguiente reto, “hay que conservarlo y entrarle con todo…Cuando se dan consensos, programas de manejo incluyentes, se da la construcción de una democracia participativa, se tienen éxitos, y tenemos varios ejemplos en el país, eso debería pasar en esta zona”. 

Recordó que a partir de que se establece un ANP, en un tiempo no mayor a un año se tiene que dar a conocer el programa de manejo. “Estos se envían a consulta pública para que puedan participar ampliamente todos quienes pueden aportar, tanto especialistas como habitantes de la zona”.

nelly.toche@eleconomista.mx

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete