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Flacos pero entusiastas
Dicen que los Juegos Olímpicos son una llamada a la unión del mundo. Lo repiten los comentaristas cursis que ponen a transmitir la ceremonia de inauguración y entregas de medallas.
Mírenlos, parecen charales. Es 1924 y ésta es la delegación mexicana que va a los Olímpicos de París.
En estos días de Olimpiadas se nos olvida que los deportistas no siempre fueron esos titanes que vemos hoy en prácticamente cada prueba. Vamos, hasta los de ping pong tienen sus músculos. En la foto que hoy nos arroja el Archivo Gustavo Casasola vemos a estos deportistas que son más entusiasmo que fuerza. Hay un par de militares. Desde esa edición de los Olímpicos ?México no ha dejado de participar en justa. El Ejército ha sido surtidor de atletas para la delegación. En 1936, por ejemplo, el coronel Antonio Haro Oliva ganó la plata en esgrima. O ese loco magnífico que fue Humberto Mariles, ganador de dos oros en Londres 48 y luego acabó sus días como criminal internacional.
Los Juegos Olímpicos hoy son puro glamour. Que si Phelps, que si Usain Bolt, que si nos quitaron a Isinbayeva. Nombres y nombres. ¿Quién conoce a los de la foto del Casasola? ¿Quién sabe sus récords, si lograron sus objetivos? Imagínenlo: éramos un país recién salido de una guerra civil y tuvimos ánimos para entrarle a la fiesta internacional.
Dicen que los Juegos Olímpicos son una llamada a la unión del mundo. Lo repiten los comentaristas cursis que ponen a transmitir la ceremonia de inauguración y entregas de medallas.