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La televisión, la gran opción ante la desigualdad cultural
Jorge Volpi llamó la atención al sistema educativo mexicano que no da herramientas de formación crítica a los jóvenes para que las apliquen en el uso de las tecnologías.
Jorge Volpi llamó la atención al sistema educativo mexicano que no da herramientas de formación crítica a los jóvenes para que las apliquen en el uso de las tecnologías: En la educación formal es importante dar herramientas a los jóvenes para que puedan enjuiciar a los medios , opinó el escritor mexicano en el cuarto día de conferencias del Seminario Nuevas Rutas del Periodismo Cultural, organizado por el Conaculta y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
En la ponencia de Volpi titulada Los dilemas del periodismo cultural por televisión , realizada el jueves pasado, el escritor puso el acento en que la televisión pública mexicana es una de las más activas en cuestiones culturales, si se le compara con España y Portugal.
Sin embargo, advirtió Volpi, el periodismo cultural enfrenta una crisis profunda ante la presencia del espectáculo como realidad general: En épocas anteriores existía el prestigio del periodismo cultural, la variante era la crítica cultural en medios que tenía un estatuto central. Basada en el prestigio acumulado de los medios, de las figuras que practicaban el periodismo cultural, se influía en los gustos. Se trataba de tiempos en que las figuras tenían una influencia en el consumo cultural , mencionó, aludiendo así a una crisis de los intermediarios .
Es a partir de las crisis económicas que los espacios culturales sufrieron una erosión por la falta de interés de los medios y por el desgaste ideológico de esas mismas figuras . Apuntó que el gran problema no es la violencia, sino la desigualdad y sobre todo la desigualdad cultural. La mejor forma de atacarla es la televisión con un periodismo crítico .
Nostalgia razonable
De acuerdo con el formato de esta serie de conferencias, se invitaba a un ponente y a un personaje para hacer la réplica de lo dicho por el invitado. Luis Miguel González (director editorial de El Economista) hizo la réplica de lo expuesto por Volpi. Lo primero que hizo fue ponerla en perspectiva al mencionar que había sido una disertación llena de nostalgia, aunque era imposible decir que carente de razón, si pensamos en las oportunidades perdidas en el ámbito de las políticas culturales en México.
Como respuesta a la crisis de intermediación referida por Volpi, González opinó que aquellas figuras sacerdotes están cada vez más de salida, en gran medida por el impacto de espacios mediales como los blogs, cuya mayor aportación ha sido la recuperación y superlatividad del yo , la recuperación de la voz personal que puede opinar según sus propios criterios y ya no bajo la venia de algún sacerdote , entiéndase Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Octavio Paz.
Para no ser reiterativo, Luis Miguel González prefirió ir más allá de la crisis televisiva y habló de la crisis del periodismo cultural en general, la cual, indicó, comenzó mucho antes de que existieran las nuevas tecnologías. La crisis comenzó cuando comenzó el acercamiento farandulero a los personajes de la cultura.
En buena medida, la comunidad más crítica es la que consume cultura. En los periódicos, a pesar de que no son los artículos más leídos, sí son los que van más a fondo para entender los problemas de este país. Este ensanchamiento necesario de tener una gran visión de país sería una tarea de la crítica cultural , opinó el economista.
Renovar los roles
Como una crítica a la pérdida de espacios de crítica cultural, en lo concerniente a cuestiones de mercado, Volpi añadió: Es a partir de las crisis económicas que los espacios culturales sufrieron una erosión por la falta de interés de los medios y por el desgaste ideológico de esas mismas figuras , la crisis (y fin) de la figura del escritor comprometido, en otras palabras.
La opinocracia ha sustituido a los intelectuales. Es a partir de la transición de partidos en el poder (del régimen del PRI al del PAN) que se rompen los lazos entre el poder y los intelectuales , relación caprichosa que en México tiene una gran historia desde su conformación republicana.
González afirmó que el problema también se debe a que no existe una política de recursos humanos para atraer o retener a los intelectuales . Aseguró que es preciso usar las palabras adecuadas. El periodismo cultural tiene que ser hecho por personas cultas.
Mencionó que, de acuerdo con lo compleja que es la labor hoy en día para un periodista cultural o para un columnista intelectual porque uno y otro se ven casi obligados a hacer el mismo tipo de labores, es necesaria una redimensión de roles entre periodistas e intelectuales en materia de crítica cultural. A unos no les vendría mal reportear un poco más y a otros pensar un poquito más , arguyó.
En la última conferencia del Seminario realizada el viernes y titulada Itinerarios del ornitorrinco: el periodismo cultural en la arena pública, que corrió a cargo de Juan Villoro, el intelectual mexicano sostuvo que las redes sociales han desatado una expresividad tan veloz como el Zapping. Para conocerse a uno mismo se recurre a
Google; las páginas de los periódicos se asemejan a monitores de computadoras pasmadas; el número de muertos se informa como si fuera el clima y el periodismo se vuelve un oficio sedentario con reporteros cada vez más gordos y periódicos cada vez más flacos .
aflores@eleconomista.com.mx