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Arte e Ideas

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Me duele la cabeza

Francisco Hinojosa da testimonio de su lucha con uno de los males más misteriosos: la migraña en racimos.

Como machetazo, un dolor que parte la cabeza en dos. Las venas craneales estallan. Algún fantasma trata de sacar un ojo con un cuchillo.

El tormento durará una hora o dos. No hay tratamiento mas que el que el doliente se invente: aspirinas, meter los pies en agua fría, una Coca-Cola helada. Y eso no es todo. Una vez que la tormenta amaine, vendrá un espacio de receso que sólo es anuncio de que una nueva oleada de dolor viene en camino. El ciclo puede repetirse durante varias veces al día, hasta 15 o 20. Imposible imaginar una vida así.

Pero se vive: si reunimos un grupo de 100,000 personas, 10 de ellas conocerán ese dolor. La gran mayoría (ocho o nueve) serán hombres.

Se trata de la migraña en racimos, también conocida como el mal del suicida.

Estoy de humor

El martirio lo vivió por décadas Francisco Hinojosa (Ciudad de México, 1954), el popular escritor de libros para niños como La peor señora del mundo (FCE).

Increíble pensar que alguien que escribe piezas tan divertidas, que es tan chistoso, haya vivido la mayor parte de su vida adulta sufriendo de la cefalea de Horton (otro nombre para migraña en racimos, mal de mil caras). Bueno, el humor también es una forma de sanarse , dice al respecto. El humor es un arma contra la violencia, también contra la violencia del propio cuerpo contra uno mismo. Encontré en la risa otra forma de vencer al bicho .

El bicho . Así le dice Hinojosa a su terrible migraña a lo largo de su libro llamado precisamente Migraña en racimos (Almadía). Escrito originalmente hace una década, la nueva edición de Almadía aporta nuevos datos para lidiar con el mal.

El mal es tan raro que pocos médicos lo toman en serio, hay poca investigación al respecto y a las grandes farmacéuticas les importa poco. Una de las cosas más difíciles, y lo narro en el libro, es encontrar un médico que trate con respeto al paciente. No la toman en serio porque es una enfermedad benigna, que no mata, que no es un síntoma de algo más. Simplemente se instala y vive con uno hasta que decide irse .

La enfermedad es tan rara que por muchos años Hinojosa sólo conoció a otras dos personas que la padecieran: su padre y su hermano. Su padre encontró consuelo con un psicoanalista-gurú que, cuenta Hinojosa en uno de los pasajes divertidos del libro, no lo curó nunca, pero lo hacía sentirse bien.

Su hermano enfermó a los 19 años (la cefalea tiene un componente hereditario) y su remedio era encerrarse en un salón de clases vacío y a oscuras, recargar la cabeza sobre el piso frío y beberse una Coca helada que su familia y amigos le tenían en el refrigerador.

Los muchos (Dizque) remedios

A Hinojosa la migraña en racimos dejó de visitarlo hace 11 años, precisamente en la época en la que escribió la primera versión del libro. Antes pasó por todo: masajes, acupuntura, remedios inventados por él mismo y hasta el consumo moderado de cocaína, porque supo que los ataques eran más frecuentes cuando el cuerpo está en reposo. Qué bueno que no funcionó lo de la cocaína , dice con su estilo de comediante solemne.

Es una de las características del bicho: ataca cuando se está con la guardia baja, en vacaciones o durmiendo. Las vacaciones de Semana Santa son especialmente problemáticas y los viajes de avión son también disparadores .

Ciclos lunares, las hormonas, los horarios de trabajo, el alcohol: se sabe poco de qué causa la migraña en racimos. La economía del cuerpo nos avisa cuando viene el ataque (...) No tiene aura, como otras formas de migraña, pero es una especie de sabor, una especie de malestar que no se quiere reconocer hasta que llega como un latigazo .

¿Mal de escritores?

Padecer la cefalea en racimos tuvo consecuencias inesperadas en la vida literaria de Hinojosa. Se volvió un escritor nocturno ( aunque no necesariamente por la enfermedad , explica) y limitó su vida social, lo que lo hizo muy productivo. Varios de sus más exitosos libros para niños nacieron de su era migrañosa.

El libro de Hinojosa está aderezado con varios epígrafes literarios. A quien más cita es a Oliver Sacks, médico y autor del libro que Hinojosa, dice, más ha releído en su vida ( más que a Borges , sonríe): Migraña (Anagrama).

¿Será que la migraña es un mal de escritores? No lo creo, puede haber migrañosos futbolistas o carniceros. Pero, como en todo oficio, los hay: Salvador Elizondo, Kafka, las precisas descripciones del dolor de cabeza que escribió Cortázar me hacen pensar que él también la padecía . El club de los ojos rojos, lo llama Hinojosa.

Migraña en racimos no da remedios, pero sí opciones terapéuticas. La más escandalosa es el consumo de hongos psicoactivos y el LSD. Hay quien ha recurrido a esos remedios con éxito, yo nunca lo intenté . Escandaloso es que los enfermos tengan que recurrir a remedios ilegales.

A Hinojosa la cura le llegó de manera inesperada: un médico le acomodó una vértebra cervical y santa paz. Desde entonces, nada. Así el misterio del bicho.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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