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Arte e Ideas

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Ramón Vargas, del Met a la UNAM

El tenor mexicano acompañará a la OFUNAM, en sus futuros conciertos por su 75 aniversario, que se realizarán el sábado y domingo próximos en la Sala Nezahualcóyotl.

Este sábado 29 en su aparición en el Metropolitan Opera House de Nueva York, Ramón Vargas recibió tres minutos de aplausos al final de Don Giovanni, según pudimos apreciar en la pantalla del Auditorio Nacional de la Ciudad de México en la transmisión en vivo, en el marco del proyecto The Metropolitan Opera HD Live. De este modo, sin querer queriendo, Ramón celebró sus 200 actuaciones en ese recinto neoyorquino.

Y es que a Ramón la gente se le entregó, se notó el cariño que sienten por él: las cámaras del MET pudieron captar el momento en que el público se puso de pie para vitorear al cantante mexicano. Lo vimos el sábado y la crítica también ha alabado su interpretación en las arias II mio tesoro y Dalla sua pace, que provocaron que la gente interrumpiera con sus aplausos por unos momentos la representación operística.

Aunque el papel de Vargas como Don Ottavio no es lucidor, de todas maneras el tenor supo sacar provecho de estas dos piezas, que no por ser de uno de los antagonistas de Don Giovanni dejan de tener su alto grado de complejidad. A Vargas le vimos una correcta colocación de los acentos e inflexiones amén de una buena técnica respiratoria; en el umbral de sus 30 años como cantante, su voz, lo dijo y lo presenciamos, sigue siendo joven. Y por qué no afirmarlo: el cantante mexicano es de los mejores tenores mozartianos del momento.

Pero Don Giovanni no sólo es Ramón Vargas, sino un elenco muy bien armado, muy sólido en su expresión vocal, en su capacidad histriónica, en esta representación que sigue convocando espectadores en las salas donde se presenta, desde aquel 29 de octubre de 1787, en Praga, cuando se estrenó (por cierto el sábado cumplió 224 años).

El libertino castigado o Don Juan (Il dissoluto punito ossia il Don Giovanni) es un drama jocoso en dos actos con música de Wolfang Amadeus Mozart y libreto en italiano de Lorenzo da Ponte, basado sobre todo en El burlador de Sevilla del gran dramaturgo español Tirso de Molina (1583-1648).

La puesta en escena es tradicional, se ubica en Sevilla a mediados del siglo XVII. La escenografía es sobria, balanceada; es funcional, aunque en ocasiones muy monótona. Hay abundancia de tonos tanáticos, grises, bermejos, blancuzcos. Esto establece un contraste (tal vez buscado) con el estupendo vestuario instalado en los registros de lo erótico.

La representación se mueve en los terrenos de un melodrama superficial, en el que se cuentan los amoríos de Don Giovanni, pero en el cuadro cinco del segundo acto, la acción dramática da un giro repentino hacia lo sobrenatural, hacia lo oscuro, cuando la estatua del Comendador se mueve al ser invitado a la cena en casa de Don Giovanni.

Después el Comendador insta al libertino a corresponderle la visita pero ahora en los infiernos. Entonces aparecen los trombones en la orquesta (símbolos mozartianos de la muerte), se abre la tierra y Don Giovanni es castigado.

En cuanto a los demás cantantes, Marina Rebeka (soprano letona en el papel de Doña Anna) tiene un estupendo manejo de voz, su legatto es admirable (así lo consignan los aplausos), y casi a la par de ella escuchamos a Barbara Frittoli (soprano italiana) como Doña Elvira (nada más hay que recordar su In quali eccessi... Mi tradì quell'alma ingrata.

Luca Pisaroni (bajo-barítono italiano) es Leporello notable en su interpretación de Madamina, il catalogo è questo (Señorita, este es el catálogo), un cuadernito que saca de su bolsa en el que están anotadas todas las amantes que ha tenido Don Giovanni: 640 en Italia, 231 en Alemania, 100 en Francia, 91 en Turquía, y en España la cifra se dispara a 1003 (más las que se acumulan a lo largo de tres horas de ópera).

Mojca Erdmann (soprano alemana) también luce como Zerlina sobre todo en el dueto con Leporello (Per queste tue manine) y con Don Giovanni en Là ci darem la mano (¡Allí nos daremos la mano!).

Y por supuesto, el protagonista Mariusz Kwiecien (barítono polaco) como Don Giovanni, cuya participación este sábado estuvo en veremos dado el accidente que sufrió durante los ensayos (tuvo que ser sustituido en las anteriores funciones por Peter Mattei), pero gracias a su coraje y profesionalismo, brilló en esta representación del libertino de Sevilla. Recordamos el Aria del champán y su ejemplar participación en Deh vieni alla finestra (Ven a la ventana), serenata dedicada a la doncella de Doña Elvira.

No obstante, notamos en Kwiecien algunos titubeos y un desempeño desigual en su canto, que tal vez obedezca a que no se ha recuperado del todo de su lesión en la espalda.

Por último, dejamos un tema para la reflexión: ¿por qué razón Mozart le asigna tantas conquistas en España a Don Giovanni? ¿Pretendía decirnos el pícaro Amadeus que las españolas son más facilonas?

apr

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