Lectura 4:00 min
Sueños de justicia
La puesta en escena cuenta la historia de dos indígenas de la sierra Tarahumara que se enfrentan a un mundo de injusticias.
Lo que más me gusta de esta obra es que hace visible lo invisible. Yo quizá no hubiera sabido de los rarámuris si no fuera actriz y hubiera hecho este proyecto , nos dice la actriz Olivia Lagunes, sobre la obra Jacinto y Nicolasa, que se presenta en La Teatrería.
Continuó: Sé que suena a Discovery Channel, pero sí quiero invitar a la gente a que venga a conocer un pedazo de México y a estos personajes que son los más invisibles. Cuando uno hace teatro en el tercer mundo, es importante que tenga contenido social. A mí me gusta hablar de las oscuridades del corazón, pero me parece importante hablar de las cosas sociales .
Jacinto y Nicolasa es una obra de Camila Villegas, dirigida por Alberto Lomnitz y estelarizada por Olivia Lagunas y Bernardo Velasco, que gira en torno a dos historias de la comunidad Rarámuri de la Sierra Tarahumara.
Por un lado, tenemos el drama de Jacinto, quien en una borrachera mata a su compadre. Su fuero interno le dice que se entregue, así que hace precisamente eso, confiesa su crimen con las autoridades de su pueblo, pero al final lo mandan a que enfrente la justicia de los mestizos. Y ahí es cuando comienza su viacrucis, porque cuando Jacinto llega se topa con el hecho de que no hay juez que lo pueda atender, por lo que deberá regresar otro día. Y así una y otra vez.
Por otro lado está la historia de Nicolasa, una mujer cuyo hijo es secuestrado por el narco. Ella hará lo imposible para recuperarlo, pero la situación es tan difícil que llega un punto en que desea que esté muerto para darle un cierre al asunto.
En este país a los indígenas se les tiene muy relegados. Y una manera de hacerlo es decir que todos son buenos y dulces y tienen maneras de hablar muy poéticas. Lo que la obra nos dice es que ellos son iguales a nosotros y que odian y tienen envidias (...) Para encontrar justicia, estos dos personajes pasan por miles de cosas, como confrontarse con la sociedad mestiza, y con el hecho de que no se tenga interés por resolver los problemas de ambos personajes.
Si hace dos años desaparecieron 43 y no han hecho nada, pues que desaparezca un niño indígena no es relevante tampoco. Tanto Nicolasa como Jacinto son personajes ejemplares de su comunidad, que no dejan de pelear hasta el último momento. Jacinto mata a su compadre, y te das cuenta de que se lo merecía; sin embargo, Jacinto no puede vivir con eso. La obra cuenta con momentos muy luminosos, cómicos, y de esperanza para que el corazón se sienta calientito , comenta Olivia.
La dramaturga Camila Villegas escribió dos monólogos por separado, pero cuando Lomnitz comenzó con el montaje, decidió unir las dos historias.
Al preguntarle a Olivia sobre aquello que más le gusta de la obra, nos habla de los sueños: Los rarámuris todo lo significan a través de los sueños. Cuando ellos se encuentran en la calle su saludo es preguntarse ¿qué soñaste?. Y así, con los sueños se explican si les va a ir bien en la cosecha, en el día (...) Cuando Nicolasa desea que su hijo esté muerto, ella deja de soñar, lo cual es muy importante. Mis papás eran troskistas-leninistas, ateos-ortodoxos (ríe) y no fue hasta la actuación que puede empatizar con mi lado espiritual, y esta cosa de los sueños a mí también me empató .
Otro de los temas con que Olivia se enganchó fue con la búsqueda de justicia: A todos nos pega, yo creo. Y hemos estado en algún momento ahí, en una situación en donde a nadie le importa un rábano lo que te pase. Ella (Nicolasa) tiene un orgullo grande por su etnia, y yo también estoy orgullosa de ser mexicana. Y creo que en este país hay personas muy buenas que hacemos lo mejor que podemos para hacer una mejor sociedad .
Jacinto y Nicolasa se presenta todos los sábados a las 19:00 horas en la Sala B de La Teatrería (Tabasco 152, colonia Roma).