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Arte e Ideas

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Un gabinete de maravillas para el ojo y la nostalgia

Un recorrido por la feria doble de fotografía y antigüedades en el Centro Citibanamex.

Entrar a Zona Maco es casi como conseguir un pase inmediato al asombro. El primero de esos asombros es cortesía del Laboratorio Mexicano de Imágenes con el retrato del rostro de una mujer cubierto casi por completo por su cabello, mirando hacia arriba. El material con el que está hecha la fotografía a gran escala es atípico. Su nombre es “Burka”, está compuesta por decenas de cuerdas de algodón de más de 10 metros de altura que fueron impresas de manera que cada una complementa la imagen a la perfección. Es un trabajo del fotógrafo argentino Pablo Boneu.

A unos pasos, los encargados de la galería Terreno Baldío Arte atienden a dos coleccionistas interesados en dos piezas. A la distancia, parecen los retratos de dos besos habituales. Lo particular es que se trata de un collage de los retratos de varias personas que forman el rostro de cuatro individuos besándose en parejas, impreso en los costados delgadísimos de un montón de tiras de hojas apiladas.

En el stand siguiente, la galería El Rojo de Tacubaya presenta el trabajo de tres fotógrafos: una serie sobre el dinero da constancia de la obsesión por el orden de Jesús Jiménez, tres poderosos retratos de la serie Brujas y hechizos de Gildardo Gallo, y otra triada de un viajero Fernando Montes de Oca. Quien atiende el stand explica con detalle sobre lo que todo aquel que se detiene está presenciando. Es la directora de la galería, la actriz y productora Patricia Bernal, quien, asegura, no ha dejado el arte de la actuación sino que se ha mudado de disciplina artística.

Flanqueando estas galerías hay una nueva sección en la feria. Se trata de Fotolibros, una serie de stands en los que varias de las editoriales más importantes del rubro en México y EU pretenden incentivar el coleccionismo de libros fotográficos de todos los tamaños y formatos.

Otro espacio más adelante se sale completamente del formato. Es la Y Gallery, de Nueva York, que muestra trabajos fotográficos sobre la tipografía gótica. Pero lo que llama la atención son los artilugios que componen el resto del stand, una investigación plástica de cómo dicha tipografía ha sido utilizada en distintos contextos. El proyecto se llama Fractura y es resultado de la investigación de largo aliento del artista brasileño Mauricio Ianes; habla sobre cómo el primer libro impreso con esa letra fue La Biblia y cómo ésta se ha resignificado a través de los años para distintos fines, entre ellos, los panfletos punk, los tatuajes y los envases de alcohol, por mencionar algunos.

Sobre ese mismo pasillo, pasa Yvonne Venegas de camino a su último proyecto fotográfico, Exposición de archivo de José Luis Venegas. 31 imágenes que su padre guardaba en el álbum familiar. “Se trata de mirar el archivo de mi papá y encontrar imágenes que me hubiera gustado haber tomado, momentos que desechó del año 70 al 76. Me interesaba buscar momentos que pasaron desapercibidos en su tiempo, darles una reinterpretación, pensando en que la fotografía comercial se construye a partir de crear una idea de perfección y yo normalmente estoy buscando la vulnerabilidad”, refiere frente a las imágenes.

Al fondo de la Sala D del Centro Citibanamex, la galería A/A expone una selección de Nick Zinner, reconocido por su rol como guitarrista de la banda Yeah Yeah Yeahs. Son 11 fotos de mediano formato y ocho pequeñas que proponen una visión punk del quehacer fotográfico, desde un grupo de hienas, hasta un par más en la que la vocalista Karen O le sirvió de modelo para sus atípicas imágenes.

En ese mismo pasillo, Patricia Conde exhibe el trabajo de David LaChapelle. Tres fotografías, dos que más bien parecen bodegones surrealistas y rebosantes de color y una más de una estación de gas que ha sido invadida por la maleza. Junto a ella, la Raffaella De Chirico Arte Contemporánea, de Milán, hace lo propio con varios trabajos de sus fotógrafos representados; uno de ellos, la imagen nocturna de un personaje que parece ser Donald Trump abrazado de cuatro encapuchados de blanco. Su nombre es “Trump with KKK” y fue tomada por Alison Jackson. Es la imagen más fuerte de la galería.

Un paso al anticuario

Al final del segundo pasillo, los anaqueles blancos de las galerías de fotografías se diluyen y comienzan las decoraciones eclécticas, los muros de color azul profundo y vino; muebles de anticuario, imágenes de ángeles, santos, vírgenes, jarrones orientales, alfombras, textiles. Es Zona Maco Salón, que este año reúne alrededor de 25 stands.

La galería Safra Antigüedades, con sedes en Barcelona y Miami, exhibe tres enormes jarrones chinos y, detrás, tres resplandecientes óleos de la Virgen de Guadalupe; pero no sólo eso, en los páneles exteriores del stand hay colgadas varias obras de arte moderno, una de ellas, un Rufino Tamayo.

Más allá, está la Daniel Liebsohn. Parece la sala de una casa elegantísima del siglo XIX, con muebles de cuero rojo escarlata, conservados a la perfección, y tres óleos novohispanos en excelente estado, lo mismo que dos biombos japoneses del periodo Edo, trabajados sobre seda y papel a finales del siglo XVIII con imágenes de la vida cotidiana. Parecen tan bien conservados que es como si hubieran sido pintados el día anterior. El precio de cada uno es de 85,000 dólares.

Tres stands más adelante, el anticuario Rodrigo Rivero Lake invita a los seguidores de su galería a no perderse la feria. De todas sus piezas, destaca un alto relieve tallado sobre piedra de jabón del dios indio Ganesha, el removedor de obstáculos, acompañado por sus gurús. Fue trabajado a finales del siglo XIX en la región de Guyarat, al norte del país asiático.

En la galería regiomontana Cactus Fine Art, hay colgados varios ejercicios exhaustivos del artista Eduardo Sánchez, quien trabaja generalmente con arte plumario y concha nácar. Destacan en especial dos obras. Primero, composición de arte plumario colocado de manera minuciosa para emular a todos los textiles representativos de México, en un trabajo que le tomó un año para llegar a su resultado final. Su precio es de 390,000 pesos. Segundo, un mosaico de piezas nácar, importadas de Indonesia, pintadas a mano para representar la Conquista de México. Su precio es de 215,000 pesos.

Por último, la Galería Windsor expone una sola pieza. Está situada al centro del stand y resguardada por una urna. Un grupo de cinco personas la rodea. El galerista Federico F. Pearl les explica el motivo de su singularidad. Es la rarísima carpeta completa de las 82 planchas de Los desastres de la guerra, de Francisco de Goya, impresa por la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en 1863, casi 50 años después de la muerte del artista. Su costo, confirma el galerista sin reparo, 3 millones de pesos.

Zona Maco Foto y Zona Maco Salón permanecerán hasta el próximo domingo 26 de agosto.

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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