Lectura 3:00 min
Y ahora, ¿quién protege ?al Polyforum Siqueiros?
?El GDF declaró al inmueble Patrimonio Cultural Urbano de la Ciudad de México mediante un decreto publicado en la Gaceta Oficial.
Poco importó que su legítimo dueño, el empresario Alfredo Suárez, asegurara que el Polyforum Cultural Siqueiros, que construyó su padre con sus propios recursos, estaba seguro y sus murales a salvo.
Ayer, el Gobierno del Distrito Federal publicó en la Gaceta Oficial el decreto que declara como inmueble afecto al patrimonio cultural urbano el predio, construcciones, obra plástica y escultórica en él situadas .
Hace unos meses Esteban Suárez, nieto del empresario Manuel Suárez, quien contrató a David Alfaro Siqueiros para realizar los murales del recinto en 1966, aseguró a El Economista que ese tipo de medidas no es necesario cuando nosotros tenemos una solución de fondo. Nadie va a tocar los murales, legado de mi abuelo al pueblo de México .
Pero Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno, dio a conocer la noticia en sus redes sociales: Publicamos declaratoria que convierte al Polyforum Cultural Siqueiros en Patrimonio Cultural Urbano de la CDMX , con esto, los dueños no podrán hacer ningún tipo de remodelación.
Se prohíbe cualquier intervención sobre el predio, obra pictórica y construcciones en él que menoscabe su valor cultural, histórico o urbano arquitectónico , dice el decreto.
¿El problema? Suárez aseguró que el Polyforum Siqueiros vive una crisis con menos de 2,000 visitantes y un déficit de más de 4 millones de pesos. El espacio, según cálculos de su propietario, necesita 100 millones de pesos para la remodelación y 5 millones mensuales para operar.
Con la declaratoria el espacio queda en manos de la Secretaría de Cultura que, según el decreto, se encargará de el seguimiento y valuación del programa cultural de fomento del Polyforum que implementará acciones que permita la protección, conservación y restauración de su valor arquitectónico .
En el documento no queda claro de dónde saldrán los recursos para la restauración y qué acciones seguirán; pero lo cierto es que sólo hay dos caminos: la expropiación del espacio por parte del Gobierno, en cuyo caso sólo se le pagaría a los dueños el precio del terreno, no de la obra de Siqueiros; o que el GDF consiguiera los recursos públicos para el mantenimiento del espacio.
Veremos si los dueños están dispuestos a entregar su patrimonio.
El Colegio de Arquitectos de México ha advertido en múltiples ocasiones que existen arbitrariedades en el uso y en la aplicación de los recursos destinados a la protección y mantenimiento del patrimonio cultural urbano.
El Economista buscó al dueño del Polyforum Cultural Siqueiros para conocer su opinión pero hasta el cierre de la edición no pudo ser localizado.