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Colaboraciones decembrinas: Teté, cocina de barrio llega a Xaak
Las colaboraciones entre chefs impulsan la creatividad, el aprendizaje y la generación de experiencias únicas, demostrando que la unión de talentos puede transformar la gastronomía. Ejemplo de ello será la cena colaborativa que ofrecerán Carlos Hannon y los hermanos Papa el próximo 7 de diciembre.
La gastronomía es más que la práctica culinaria, es un acto de conexión humana, un espacio para compartir historias y crear experiencias. Así lo demuestran Carlos Hannon, Karla y Mario Papa, dos chefs que han encontrado en la colaboración una forma de transformar la cocina en un puente entre estilos y culturas. Su próxima cena conjunta, el 7 de diciembre, será un testimonio de cómo estas sinergias pueden elevar la gastronomía.
"Cuando dos cocineros se unen, no solo hablamos de sabores, sino de hospitalidad y emociones," comenta Hannon, quien lleva años orquestando encuentros que celebran la riqueza de la cocina mexicana como director gastronómico en Xcaret. Por su parte, Mario Papa, chef de Teté, cocina de barrio, ubicado en Guadalajara, destaca el carácter transformador de estas experiencias: "Es un ejercicio de humildad. Llegar a una cocina ajena te hace volver a tus orígenes, preguntar, aprender y replantearte cómo trabajas."
En el caso de Teté, una cocina de barrio, local, con enfoque vegano, la colaboración con Xcaret representa una oportunidad para llevar su propuesta a un escenario más amplio, al tiempo que descubren los recursos únicos de la península de Yucatán. "La idea es ser embajadores de nuestros territorios. Nosotros llevamos nuestra esencia, pero también aprendemos de los ingredientes locales," explica Papa.
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El menú: un diálogo creativo
Diseñar un menú colaborativo implica encontrar puntos de encuentro entre dos estilos culinarios. En este caso, Teté aportará su enfoque en la frescura y la complejidad que radica en la misma simplicidad de los ingredientes, mientras que Xaak añadirá el toque sofisticado y técnico también. "Es fascinante cómo, con una llamada o un encuentro, comienzas a pelotear ideas y, de repente, el menú toma forma," señala Hannon.
Papa comparte que, en estas dinámicas, lo más importante es respetar las visiones de cada chef: "Hemos trabajado para que las cocinas hablen por sí mismas, pero creando una experiencia homogénea. No se trata de imponer, sino de sumar." Hannon añade que, en este tipo de eventos, el plato fuerte suele ser responsabilidad del chef invitado, lo que permite que los comensales experimenten algo verdaderamente especial.
Más allá del menú, la magia de estas colaboraciones radica en la experiencia única que ofrecen. "Lo que servimos en estas cenas no se repite. Es algo pensado específicamente para ese momento," dice Papa. "Cada plato es como una foto que captura un instante irrepetible, algo que los comensales llevarán consigo como un recuerdo imborrable."
Estos encuentros para Xcaret son una extensión de su filosofía de abrazar la diversidad de la cocina mexicana. "Hace años, teníamos que viajar a Europa para vivir algo similar. Hoy, los ojos del mundo están en México, y es nuestro deber promover esta riqueza," afirma Hannon con orgullo.
Un aprendizaje compartido
Una de las grandes virtudes de estas colaboraciones es el impacto que tienen en los equipos de cocina. "Nuestros cocineros son como esponjas, absorben todo lo que ven y aprenden nuevas técnicas y formas de trabajar," comenta Hannon. Mario Papa coincide: "Es emocionante ver cómo los equipos se emocionan con estas dinámicas. Se genera un intercambio de conocimientos que beneficia a todos."
Además, para los chefs, estas experiencias son un ejercicio constante de adaptación. "Llegar a una cocina nueva es como tu primer día de trabajo: todo es desconocido, pero encuentras la forma de que funcione," dice el chef Mario Papa. Hannon añade que estas adaptaciones son parte del encanto: "A veces terminas cambiando algo sobre la marcha, y el plato resulta aún mejor de lo que imaginabas."
Ambos chefs coinciden en que la cocina es un espacio donde no existen barreras. "Aquí no hay egos, no hay rivalidades. Lo único que importa es crear algo que emocione al comensal," afirma el chef Hannon. Mario Papa, por su parte, destaca que estas colaboraciones son un recordatorio de que la gastronomía es una herramienta poderosa para unir culturas y compartir historias: "Cuando alguien te invita a su casa, lo único que puedes hacer es comportarte como la mejor versión de ti mismo."
Cena maridaje en restaurante Xaak:
Cuándo: 7 de diciembre.
Hora: 19:00hrs.
Dónde:Hotel Xcaret Arte, Cancún, Quintana Roo.
Precio: $2,800 por pesona.