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Capital Humano

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“México está en pañales para dejar de contratar personal por sus títulos universitarios”

El reclutamiento basado en habilidades puede ser una respuesta a la escasez de talento que reportan algunas industrias, pero los títulos universitarios aún tienen un valor importante para acceder al mundo del trabajo en México... y el avance para derribar este paradigma es lento.

Foto: Shutterstock

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“En México estamos en pañales y en el gran grueso de las organizaciones se siguen privilegiando los títulos académicos como llave de entrada”, expresó Mauricio Reynoso, director general de la Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos (Amedirh). Aunque hay una tendencia a centrarse en competencias en el reclutamiento, en nuestro país el avance hacia la contratación por habilidades, sin importar grados académicos, “avanza muy lento”.

Durante el panel ¿Cómo cerrar la brecha de habilidades para mejorar la competitividad profesional y empresarial? del Tecmilenio, especialistas coincidieron en la necesidad de transformar los modelos de formación de talento y al mismo tiempo, derribar paradigmas en los procesos de contratación.

Seguimos privilegiando los títulos, incluso el posgrado. Pero nos van a causar ruido todas estas tendencias de interesarse más en lo que puede aportar la persona, la experiencia que tienen, las actitudes y valores”, señaló Mauricio Reynoso.

De acuerdo con Manpower, el reclutamiento basado en habilidades y la reducción del título universitario como requisito pueden ser una alternativa para hacerle frente a la escasez de talento que reportan algunas industrias por la falta de perfiles adecuados.

La brecha de habilidades en el mundo del trabajo es la desalineación que existe entre las competencias que tiene el talento y las que demandan las empresas, y para cerrarla es necesario “entender que no todo el talento necesita tener un alto nivel de preparación académica para poder llevar a cabo actividades. Como organizaciones, no sólo debemos centrarnos en personal con credenciales, sino que se cuente con la capacidad de hacer el trabajo”, indicó Lorena Manrique, HR business partner de áreas comerciales de Natura.

Este desbalance está más latente que nunca, indicó Mauricio Reynoso, especialmente después de la pandemia y su impacto en la digitalización, lo que le dio más valor a nuevas competencias.

Para Lorena Manrique, un punto importante para transitar al reclutamiento basado en habilidades es que las propias empresas cuenten con un mapa de las competencias que requieren para poder buscar al mejor talento “sin el paradigma de cuánta preparación académica tiene o de qué universidad viene la persona”.

En eso coincidió el director general de Amedirh, quien consideró que parte del desafío para cerrar la brecha de habilidades es realizar un ejercicio serio sobre las competencias que requiere el negocio. “Ese ejercicio no siempre se da, y muchas veces se contrata por urgencia o emergencia, y resulta que la persona que contrataste ni es lo que quería hacer ni para lo que estaba preparada”.

Desde la perspectiva de Lorena Manrique, hay cuatro competencias clave que requieren las personas para el mundo del trabajo actual: mentalidad ágil, conocimiento técnico, habilidades blandas como colaboración o asertividad, y aprendizaje continuo y ágil.

¿Hacia dónde va la formación de talento?

Luis Gutiérrez, vicerrector académico de Tecmilenio, reconoció que en términos generales aún hay una distancia entre las universidades y las empresas. Esta falta de comunicación en buena medida explica el por qué el desarrollo de nuevos profesionistas no siempre se alinea con las necesidades de las compañías.

En este sentido, señaló el especialista, la formación de talento debe encaminarse hacia una mayor cooperación entre las universidades y los negocios. Pero con independencia de esto, un aspecto importante es “preparar a los estudiantes para adaptarse a nuevos entornos de trabajo, que puedan presentar proyectos innovadores y soluciones a problemas reales de las empresas”.

Los estudios formales, puntualizó, se mantienen como una llave para entrar al mundo del trabajo y son sinónimo de movilidad social, pero la experiencia práctica ya comienza a tener mayor relevancia y la educación superior debe atender esa realidad.

“Si una clase se puede reemplazar por un video de YouTube, hay que hacerlo, no tiene caso que los alumnos se desplacen hora y media para escuchar una conferencia que pueden ver en YouTube 20,000 veces. Esas clases donde teníamos maestros que hablaban sobre una teoría de hace 20 años no son prácticas cuando se necesita incorporar más rápido al mundo laboral a los jóvenes”, expuso.

Los especialistas concluyeron que la educación formal debe transformarse y trabajar de la mano con las empresas para desarrollar perfiles con las competencias que requiere el mercado de trabajo, pero también es necesario que al interior de las compañías se rompan paradigmas en los procesos de selección.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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