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Mentiras en la vida profesional, ¿cuál es el costo de no ser honesto?
Mentir en un proceso de selección o para lograr un ascenso es un fenómeno normal en México, ¿existen las mentiras piadosas en el ámbito laboral?
¿Hasta qué punto una mentira en el ámbito laboral es “piadosa” o “blanca”, y cuándo se convierte en una enorme bola de nieve difícil de parar? En México, mentir sobre la experiencia profesional es un fenómeno que se toma muy a la ligera.
Y es que de acuerdo con el Reporte de Integridad Laboral 2024 de Midot, 23% de los candidatos en México son clasificados como no confiables, ya sea por mentir en su currículum o manipular la información solicitada.
El estudio señala que compartir información falsa o alterada es un tema al que le restan importancia los buscadores de empleo, además de ser un fenómeno normal en la industria del capital humano y la contratación de nuevos perfiles.
De hecho, el estudio refiere que en México uno de cada 5 candidatos miente en el CV; mientras que a nivel Latinoamérica son siete de cada 10 los que alteran información en el currículum, por lo que esta herramienta de contratación resulta cada día más inexacta e ineficaz.
Sin embargo, esto parece ser normal para los candidatos, el 16% de los postulantes a vacantes en México considera que está bien mentir sobre su pasado en términos de trabajo, aunque opinan que no tienen la intención de hacer nada deshonesto en el nuevo espacio laboral.
Por género, son los hombres (65.6%) los más propensos a alterar información en su currículum que las mujeres (63.3%) de acuerdo con la medición 2024 de la Strategic Human Resourcing Management (SHRM).
En una perspectiva a corto plazo si la mentira permitió lograr el objetivo, los candidatos o profesionales pensarán “que tanto es tantito”, “ni fue para tanto”, como símbolo de que no hubo consecuencias por sus actos, pero a largo plazo dicen que “una mentira cae por su propio peso”.
Un ejemplo reciente de esto es el caso de Marilyn Cote, una abogada que fingió ser psiquiatra durante al menos cinco años. Todo fue descubierto por una serie de fotografías e imágenes que resultaron ser fotomontajes, y su consultorio fue cerrado.
Falta de confianza en su capacidad o experiencia
Para Itzel Orozco, coach laboral, uno de los principios de las mentiras sobre la carrera profesional está dado por la falta de confianza que tienen los profesionistas en su capacidad, experiencia o talento que poseen.
"Entonces, cuando hay dudas en cómo te expresas, en cómo transmites lo que sabes hacer, ahí es donde hay que empezar a poner más atención. Porque, bueno, sí hay preguntas, afortunadamente puede permitir averiguar un poco más, no para tener la certeza, pero sí detectar que hay manipulación de la información”, explica.
La experta dice que se pueden detectar dos tipos de personas que mienten, los que se saben capaces de manipular la información, “algo así como mentir por deporte”, con una tendencia a no ser trasparente, de querer manipular sólo por querer ganar”.
Mientras que el otro grupo miente por una situación más profunda, la de no creerse lo suficiente. “Cuando ves las características que buscan en un perfil, dices 'híjole está bien difícil', entonces mejor voy a decir que sí lo sé, aunque no sea cierto”.
Ante esta situación, explica Itzel Orozco, las mentiras pueden impactar en la credibilidad del candidato o profesional, primero que nada.
“Pero yo creo que pega en algo todavía más profundo, que se llama marca personal, que pare efectos de carrera, es eso que se dice cuando tú sales de la sala, hay un grupo de personas y se abre el tema de ti. Eso es tu marca personal. Si eres dedicado, si eres profesional, si eres entregado”, explica.
Las mentiras también pueden impactar dentro de una organización a nivel operación porque se necesita ejecutar actividades que se dijo sabía realizar, pero en realidad no lo hace, esta situación afecta también a los reclutadores que no tienen un proceso profundo para identificar información falsa o alterada.
Itzel Orozco agrega que ante todo este fenómeno es importante que en las organizaciones se tome en serio la capacitación de los reclutadores para que puedan detectar fácilmente las mentiras.
La palabra y la reputación valen oro
Gabriela Espinosa Lortia, coach laboral, coincide en que las mentiras tienen un costo muy alto para los profesionistas, y al final del día no valdrá la pena.
“Mentir sobre tu carrera no es sostenible, hará que pierdas credibilidad y con ello también oportunidades”, refiere.
Y es que, si bien es posible, que con la primera mentira se logre el objetivo de obtener el empleo o un ascenso, la realidad es que cuando ésta se descubra la publicidad de boca en boca hará lo suyo.
Además, agrega, el colaborador se desgastará muchísimo tratando de sostener la mentira, lo que implica un desperdicio de energía, tiempo, esfuerzo y también la pérdida de la salud mental por intentar sostener algo que no es cierto.
Recomienda pensar a quienes las dicen o están tentados a hacerlo sobre “si nuestra palabra y reputación valen oro, ¿si se pierde, qué nos quedaría”, reflexiona.
Advierte que hoy por hoy, en los procesos de selección para una vacante laboral, la mayoría de las personas encargadas estarán entrenadas para detectar mentiras o incongruencias, incluso, dice, ya muchas empresas utilizan herramientas específicas.
“No hay que confundir la mentira con prepararse y resaltar las verdaderas fortalezas, el equilibrio y objetividad son claves para el éxito en la búsqueda de un empleo o ascenso”, considera.
Gabriela Espinosa puntualiza que en lugar de mentir es mucho mejor sacar el mayor partido a todo ese talento que los candidatos tienen para aportar.