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Estrategias para crear propósitos laborales alcanzables en 2025
Si la lista de metas para el nuevo ciclo que comienza es la misma que la de años anteriores, es importante considerar un método para que ahora sí se materialicen.
El inicio de un nuevo año es el momento perfecto para hacer un balance de los objetivos que se lograron, del camino recorrido para completarlos y, también, de los que no sucedieron, para conocer si fue porque el plan cambió o simplemente porque no se hizo lo suficiente.
En el plano laboral, también es un momento de reflexión y de toma de decisiones: ¿permanecer en el trabajo actual o buscar nuevos retos?, ¿analizar si se ha crecido o es momento de moverse para hacerlo?, así como realizar una autocrítica, ¿cuánto se aprendió, se adquirieron nuevas habilidades?
Con la llegada de 2025 también aparece la oportunidad de comenzar de cero. Las metas no se cristalizan sólo por falta de voluntad, también se quedan a la mitad porque son inalcanzables.
Convertir los propósitos laborales en decisiones estratégicas
Valeria Vilaseca, especialista en transformación profesional y coach vocacional, explica que muchos objetivos se quedan en buenas intenciones porque no están diseñados para ser alcanzables, inspiradores ni estratégicos.
“Tus objetivos deben ser claros, realistas y accionables, pero también lo suficientemente inspiradores como para desafiarte. Esto es lo que yo llamo el balance perfecto entre el método y el propósito”, considera.
Para que los propósitos puedan convertirse en metas alcanzadas, la especialista recomienda el método SMART para establecerlos, la idea principal es que un objetivo bien definido tiene más posibilidades de cumplirse. Por eso debe ser:
- Específico: ¿Qué se quiere lograr?
- Medible: ¿Cómo se sabrá que se ha logrado?
- Alcanzable: ¿Es realista?
- Relevante: ¿Está alineado con la visión de vida?
- Temporal: ¿Cuándo se logrará?
“Transformar tu carrera no es un sueño imposible; es una decisión estratégica que comienza con claridad y termina con acción”, dice Valeria Vilaseca.
No tener un plan, factor para perder oportunidades
Perder oportunidades es una de las consecuencias más frecuentes por no tener una hoja de ruta, y esto también aplica para el área laboral.
Sobre todo cuando el mercado laboral, así como el mundo en general, se mueve al ritmo de una tendencia de Tiktok, dice Theresa White, experta en carrera y coach certificada.
Por eso es tan importante tener una hoja de ruta que permita saber cómo afrontar esos sucesos inesperados que siempre, siempre llegan.
Algunas preguntas que se tienen que responder para crear este mapa de ruta podrían ser: ¿a dónde quiere estar en 2025?, ¿qué habilidades o logros se necesitan para llegar ahí?, ¿qué se puede comenzar a hacer para materializarlo?
Algunos propósitos laborales generales que pueden ir a la par de este plan de carrera son:
1. Trabajo ideal. Si bien es un adjetivo muy subjetivo, es una realidad que hacer algo que te guste y no sólo que te ayude a pagar la renta, el coche, la casa, puede hacer una gran diferencia.
Hoy que escuchamos tanto sobre el balance entre la vida y el trabajo es más importante que nunca entender que el camino es más fácil ver los frutos, como la remuneración.
2. Nuevas habilidades. Estamos en la era del aprendizaje continuo, ese que no termina con la educación formal.
El mundo laboral actual exige que adquieran nuevas habilidades. La buena noticia es que hoy hay muchas formas de hacerlo, y también que no se requieren años, sólo unas horas frente a la computadora para aprender esas competencias que se están demandando. Y esta es una manera de encontrar nuevos caminos laborales.
3. Marca personal. Actualmente la marca personal es la ruta para abrir puertas que no se tenían visualizadas, además es clave en la creación de desarrollo profesional.
“Comenzar a publicar constantemente en LinkedIn sobre sus trayectorias de aprendizaje, objetivos profesionales y aspiraciones, sucede algo asombroso: la gente se da cuenta”, dice Teresa White.
4. Liderazgo y mentoría. Ser líder no tiene nada que ver con un cargo, se puede tomar desafíos como ser mentor u ofrecer soluciones para problemas en la empresa.
El liderazgo también puede ser una habilidad que se adquiere. “El liderazgo tiene que ver con lo que haces, no con tu nombre. Tiene que ver con la inteligencia emocional, con tomar la iniciativa y con crear valor de manera constante, sin importar en qué puesto te encuentres en el organigrama”, refiere la especialista.
5. Equilibrio entre vida y trabajo. Trabajar después del horario establecido o en descansos no son ningunas medallas de honor, y tarde o temprano pasarán factura, así que encuentra la manera de establecer límites.
Algunas ideas pueden ser no correos electrónicos después de una hora límite; descansos para almorzar sin mirar una pantalla o concentrarse en trabajar de forma más inteligente, no durante más tiempo.
“La adaptabilidad ya no es solo algo bueno, es la clave para prosperar en un entorno laboral en constante cambio. Trabajo remoto, integración de inteligencia artificial, mercados laborales cambiantes. Sea lo que sea lo que venga, mantenerse ágil es la mejor estrategia”, recomienda.