Outplacement: Cuando la relación laboral termina con respeto a la persona

El mundo laboral se vuelve muy pequeño, como se dice coloquialmente, la vida da muchas vueltas y hacer que los trabajadores tengan un buen ciclo profesional en las organizaciones deja a todos con buen sabor de boca y una buena reputación como marca empleadora. Los programas de outplacement son una valiosa y positiva práctica que ayudan a este objetivo.

En México, la dinámica laboral puede ser muy volátil, las reestructuraciones empresariales son frecuentes, por lo que estos programas de recolocación se vuelven clave para generar bienestar laboral.

Al proporcionar este tipo de soporte, las empresas no sólo cumplen con una responsabilidad ética hacia sus exempleados, sino que también fortalecen su imagen como empleadores socialmente responsables.

La consultora de recursos humanos Randstad señala que el outplacement se ha convertido en una herramienta valiosa para brindar apoyo a los trabajadores que son desvinculados la empresa.

“Ya sea por despidos, reestructuraciones empresariales o cambios en las preferencias profesionales, muchos empleados se enfrentan al desafío de encontrar un nuevo empleo”, refiere.

Este tipo de programas ayuda en cuatro dimensiones a los excolaboradores:

» 1. Gestionar emociones

 Las desvinculaciones son complejas, por ello, el outplacement ofrece apoyo psicológico y asesoramiento para ayudar a los empleados a lidiar con el estrés, la ansiedad y la incertidumbre.

» 2. Desarrollo de carrera

Un proceso de búsqueda de trabajo implica también identificar las fortalezas, habilidades e intereses. Con esta herramienta, la persona puede desarrollar un plan y estrategias para su siguiente desafío laboral.

» 3. Efectiva búsqueda del empleo

Aunque hablemos tanto de ello, la búsqueda de empleo no siempre se realiza de la mejor manera, estos programas ayudan a generar un currículum vitae efectivo; además de prepararse adecuadamente para las entrevistas de trabajo e incluso utilizar herramientas como bolsas de empleo.

» 4. Ampliar la red de contactos

Crear una red de contactos profesionales y potenciales empleadores siempre será una buena estrategia, los programas de outplacement brindan esta oportunidad, lo que facilitará muchísimo encontrar una nueva posición.

La puesta en práctica

Las empresas que decidan cerrar de esta manera el ciclo profesional de los colaboradores que están en la transición laboral, pueden hacerlo de tres maneras, principalmente:

» Empresa especializada

Esta es la opción más común, ya que las empresas especializadas tienen la experiencia y los recursos necesarios para ofrecer outplacement de alta calidad.

» Desarrollar un programa interno

Las empresas más grandes pueden optar por desarrollar su propio programa. Esto puede ser una buena opción si la compañía quiere tener buenas prácticas o le interesa darse a conocer como una buena marca empleadora.

» Subsidio para que los empleados contraten el servicio

Ofrecer a los empleados un subsidio para que puedan contratar sus propios servicios es una opción más flexible, e incluso les dará la alternativa de elegir lo que más se adapte a sus necesidades.

Decir adiós, pero seguir siendo amigos

De acuerdo con Ranstad, los programas de recolocación sirven para disminuir la incertidumbre del colaborador que se queda sin empleo, además mejora de forma positiva el clima laboral de la compañía y potencia la responsabilidad social corporativa.

“Al final, los programas de transición de carreras se convierten en una herramienta de doble beneficio, tanto para la empresa como para los profesionales”, refiere la firma.

Incluso, uno de los efectos secundarios de la implementación de este tipo de servicios es que mejora la calidad de la contratación de la empresa hasta en 70 por ciento.

Los finales no adecuados en las relaciones de trabajo pueden traducirse en demandas que podrían evitarse con este tipo de programas que se convierten en un ganar-ganar.

Al final, terminar de buena manera una relación laboral, permitirá a la empresa que excolaborador se convierta en un embajador y no en un detractor, porque el día de mañana se puede convertir en un cliente.