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Recomendación 116: Claves de una buena reforma para reducir la jornada laboral
La OIT cuenta desde hace seis décadas con directrices para que los países reduzcan su jornada laboral. Entre otros criterios, el organismo aconseja que la disminución se haga de manera gradual y sin recortar sueldos, aunque debe adaptarse a la realidad de las diferentes actividades económicas.
La reducción de la jornada laboral no es un tema nuevo. Desde hace poco más de 60 años la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cuenta con directrices para que los países implementen una política pública para disminuir gradualmente el límite legal de horas de trabajo. La meta ideal es llegar a 40 horas semanales.
Pero antes de hablar a detalle de la Recomendación 116 de la OIT sobre la reducción de la duración del trabajo, lo que tienes que saber es que estos instrumentos son directrices detalladas para la aplicación de un convenio, aunque también pueden ser autónomas.
En el caso de la Recomendación 116, ésta contiene los puntos básicos para disminuir las horas de trabajo tanto en los casos que se rebase el límite semanal reconocido por el organismo (48 horas), o bien cuando se pretenda reducir la duración de la jornada de trabajo que ya se encuentra en un máximo de 48 horas o menos.
De acuerdo con lo establecido por la OIT, las claves para implementar la disminución de la jornada laboral son:
- Debe ser progresiva y sin reducir sueldo.
- Se puede realizar por vía legislativa, reglamentaria o por contrato.
- El proceso debe considerar las circunstancias de cada país y de cada sector, esto incluye el nivel de desarrollo de la nación, los progresos obtenidos con la implementación de tecnología y la necesidad de elevar el nivel de vida de la población.
- El principio de progresividad puede aplicarse en el tiempo, por rama o sector, o cualquier otra fórmula más apropiada a las condiciones del país.
- Dar prioridad a las industrias o actividades con un esfuerzo físico o mental especial o con riesgo para la salud de las personas trabajadoras.
- La autoridad de cada país debe determinar en qué circunstancias y dentro de qué límites podrán autorizarse excepciones a la duración normal del trabajo.
“Cada Miembro debería fomentar y, dentro de los límites en que sea compatible con las condiciones y costumbres nacionales, asegurar la aplicación del principio de la reducción progresiva de la duración normal del trabajo, empleando medios apropiados a los métodos vigentes o que pudieran establecerse para reglamentar la duración del trabajo”, indica la OIT en el instrumento.
El ejemplo más reciente de una reducción gradual de la jornada laboral es el de Colombia. Tras aprobarse una reforma legal, a mediados de este año inicia el periodo de transición para disminuir el límite de 48 horas de trabajo de forma progresiva, hasta llegar a 42 horas semanales en 2026.
La Recomendación 116 y el Convenio 47 son los instrumentos de la OIT que establecen la semana de 40 horas de trabajo como el escenario ideal y que abordan los elementos a considerar para reducir la jornada.
¿Qué puntos se consideran en México?
En México, el Congreso de la Unión acumula una docena de proyectos para reducir la jornada laboral. Algunos los plantean por una disminución en las horas de trabajo; otros, por días, para así contar con dos días de descanso por cada cinco de trabajo.
Sin embargo, sólo un proyecto plantea que la reducción de la jornada laboral tenga una transición gradual, y sólo uno prohíbe textualmente que la disminución de las horas de trabajo no venga acompañada de una baja en el salario de los trabajadores.
De acuerdo con especialistas de Derecho Laboral, México tiene margen para reducir el límite legal de horas de trabajo, especialmente en un contexto donde las dinámicas laborales han cambiado con las tecnologías. Sin embargo, para que nuestro país avance en un proyecto como este, sí se requiere de un buen período de transición.
“Tenemos que empezar a medir y a visibilizar la jornada de otra forma, porque cada vez va ser más difícil tener a la persona trabajadora in situ. Con tantas tecnologías, con el teletrabajo, hablar de cuánto tiempo estás a disposición se vuelve algo difícil”, expone Carlos Ferran Martínez, socio director de Ferran Martínez Abogados.
Por su parte, Rodolfo Trampe, socio de Von Wobeser y Sierra, considera que una clave para avanzar en este tema, son políticas públicas y programas pilotos que den claridad en el margen que puede reducirse la jornada laboral sin afectar la productividad. “No se han realizado pruebas piloto que nos den claridad y certidumbre, y tomar medidas sin estos datos podría resultar contraproducente, y ningún país se puede dar el lujo de perder productividad”.
Luego de la entrada en vigor de la reforma de vacaciones, un derecho laboral que en nuestro país tenía más de 50 años sin actualizarse, este año el Congreso podría abrir finalmente la puerta para analizar la reducción de la jornada de trabajo.
Luego de la entrada en vigor de la reforma de vacaciones, un derecho laboral que en nuestro país tenía más de 50 años sin actualizarse, este año el Congreso podría abrir finalmente la puerta para analizar la reducción de la jornada de trabajo.