Reformas para la igualdad de género en las empresas y la burocracia, ¿letra muerta?

Pañuelo verde, violeta o rojo, pancarta, celular. Miles de mujeres en todo el país se alistan para tomar las calles y exigir derechos tan básicos y fundamentales como no ser asesinadas ni desaparecidas. No solamente pedirán vivir, sino hacerlo en condiciones dignas en todos los espacios, como el laboral; después de todo, esto comenzó en una fábrica.

25 de marzo de 1911. Trabajadoras de la industria textil en Nueva York inician una huelga para reclamar la reducción de su jornada laboral de 15, e incluso 18 horas, a 10 horas al día. “La manifestación fue brutalmente reprimida por la policía, dejando un saldo de 120 mujeres muertas, unas por disparo de arma de fuego, otras quemadas en el incendio provocado en las instalaciones de la fábrica”, según el Centro de Documentación (Cedoc) del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).

8 de marzo de 2022. “Salió a trabajar y no regresó”. En un contexto de violencia feminicida, miles de mujeres, principalmente en condición de pobreza, han sido asesinadas, violadas o desaparecidas en el trayecto de casa al trabajo o de regreso a su hogar.

Los feminicidios de Ciudad Juárez, Chihuahua, son una herida que no cierra. Según la investigadora Patricia Ravelo Blancas, el 10% de las mujeres asesinadas en esa localidad fronteriza eran trabajadoras de la maquila. Muchas otras eran empleadas de comercios o trabajadoras del hogar.

En enero pasado, sólo el 41% de las mujeres en edad de laborar tenía un trabajo remunerado, en contraste con el 72% de los hombres, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).

A las tareas del hogar y de cuidados no remuneradas ellas le dedican siete horas al día, lo que representa una jornada laboral. De las personas que ganan hasta cinco salarios diarios (más de 26,000 pesos al mes) 29% es mujer y 71%, hombre. En 2021, casi 17,000 mujeres renunciaron por motivos de discriminación y acoso.

¿Paridad en todo?

En los últimos años en México se han impulsado iniciativas para garantizar la seguridad, la igualdad y la equidad de las mujeres, la gran mayoría han sido creadas y apoyadas por las propias mujeres. Muchas de las propuestas se han convertido en políticas públicas o empresariales, en leyes o en reformas a ordenamientos existentes.  Y algunas más no han sido aprobadas.

Del primer Congreso Nacional de Mujeres Obreras y Campesinas, que se realizó en la capital del país en 1931, a estos momentos, las mujeres y los movimientos feministas han avanzado mucho, pero falta un gran trecho.

En mayo de 2019 el Congreso reformó 10 artículos de la Constitución para asegurar que las mujeres estén al frente de la mitad de los cargos de decisión en los tres Poderes del Estado, en los tres niveles de gobierno, en los organismos autónomos y en las candidaturas de los partidos políticos.

Tras ese histórico cambio, en el Poder Judicial (PJ) a nivel federal y estatal así vamos:

• En la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) continúa una mayoría masculina: hay siete ministros frente a cuatro ministras
• La representación de las mujeres en la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) llega a 28%
• Cuatro de los cinco consejeros del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) son hombres

El personal adscrito al PJ local en cada una de las 32 entidades del país está conformado en su mayoría por mujeres, 59%, mientras que el 41% es hombre, de acuerdo con el Censo Nacional de Impartición de Justicia Estatal 2021. Sin embargo:

• En Tribunales Superiores de Justicia los magistrados representan el 66.5% y las de magistradas, el 33.5%
• De 145 integrantes de los diferentes Consejos de la Judicatura, apenas el 26% es mujer

En el Poder Ejecutivo:

“Las mujeres se encuentran subrepresentadas en los puestos clave dentro de las instituciones del gobierno federal, lo que refleja una falta de paridad en los hechos dentro de la estructura gubernamental”, señala el reporte Mujeres en la Administración Pública Federal: Más allá de la foto, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco)

El gabinete del gobierno federal inició con paridad de género, pero ha sido modificado y actualmente de las 19 secretarías de Estado, las mujeres están al frente de 8 y los hombres, de 11.

A partir de ese nivel su presencia disminuye aún más, pues solo el 30% de las direcciones generales y el 28% de las jefaturas son ocupadas por mujeres. Y por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer percibe, en promedio, 74 pesos.

De las 32 entidades federativas, sólo siete son gobernadas por mujeres y es la cifra más alta que se ha tenido en la historia del país.

¿Cómo van en las empresas?

Otro estudio del Imco, Una radiografía del sector privado: la participación y el liderazgo de las mujeres, indica que sólo y 1% de las empresas que cotiza en las bolsas de valores en México están dirigidas por mujeres.

Es verdad que cada vez más organizaciones las han incorporado a sus consejos directivos, pero además de que sólo lo ha hecho el 64%, en promedio, ellas representan apenas el 9% del total de los miembros.

El Congreso de la Unión tiene pendientes varios proyectos que podrían impulsar una mayor participación laboral de las mujeres y garantizarles mejores condiciones. Por un lado, desde 2020 la Cámara de Diputados aprobó una reforma constitucional para crear el sistema nacional de cuidados. Esto permitiría no sólo liberar el tiempo de muchas mujeres, quienes asumen la mayoría del trabajo de cuidados, sino posibilitar la entrada de más mujeres al mercado laboral. La revisión de la reforma está pendiente en el Senado de la República.

En tanto, hace un año, en marzo de 2021, la Cámara Alta aprobó un paquete de reforma a13 leyes federales para garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres tanto en el sector privado como el público.

En promedio, en México las trabajadoras ganan 34% menos que sus compañeros por hacer la misma labor y tener la misma jornada, según el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres). Este problema sucede en todo el mundo, pero el promedio mundial es 23 punto menos. Y en Europa la brecha es de 16%, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La reforma que busca cerrar esta brecha en el país está congelada en San Lázaro.