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Ella es una revolución
No es Teherán y por ello muchas mujeres iraníes pudieron ir al estadio. Curitiba fue una sucursal de la libertad. La mala noticia es que su país, Irán, apenas rescató un empate.
Las mujeres de Irán tienen una obsesión por la belleza. Es posible que ella sea una de esas chicas que en su país gasta más de 3,000 dólares al año para perfeccionarse, una de las 300 mujeres que a diario se opera la nariz, que les encanta delinearse la ceja y cuando utiliza labial sea de color carmín, el preferido en su tierra. La aficionada, que ayer asistió a un estadio de futbol en Curitiba, forma parte de una revolución que se ha acentuado hace más de 15 años: ser más libre.
Ha decidido romper algunas de las tradiciones musulmanas como no llevar velo o una cinta que cubra al menos tímidamente una parte del cabello. En Irán, las mujeres de las grandes ciudades han decidido revelarse y para muchas el tema del velo es sólo una cuestión tradicional, mas no obligatoria. Incluso las chicas ya optan por utilizar pantalones ajustados y hace unos meses la llegada de los leggins (prenda totalmente ajustada al cuerpo) causó una indignación entre los más radicales.
Pero todavía hay muchas cosas que esta aficionada - a quien algo o alguien le ha robado la atención- no puede realizar. Para empezar, vale la mitad que cualquier hombre; no puede estudiar carreras como Negocios, Informática Nuclear o Arqueología; y nada más pueden tener un marido mientras ellos al menos cuatro. Además, como parte de la tradición en este país, todavía se celebra el Festival del velo y del recato para recordarles a ellas que tienen sus límites.
Esta iraní, quien puede mover su cabellera libremente y coquetear sin que sea señalada como impura , disfruta lo que pocas mujeres en su país: ir a un estadio. En Irán, desde 1979, ninguna chica puede ir a ver futbol porque está prohibido ver a hombres en pantalones cortos , pero sí es posible que tanto ellas como ellos puedan tener matrimonios temporales por horas, días o meses para evitar el adulterio.
Ayer vio a muchos hombres en short. Además no llevó velo, si le apeteció pudo insultar a gritos, le pudo hacer un guiño a un chico. Lástima que Irán y Nigeria empataron 0-0, porque entonces sí, ella habría podido vivir un grito de gol.