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España sufre, gana ?y evita suspicacias

La Roja no tuvo la contundencia que la caracteriza pero, aún así, avanzó.

Italia y España son cuartofinalistas de la Eurocopa. La Azzurra lo consiguió en un partido sencillo que ganó frente a Irlanda 2-0.

Mientras, Croacia demostró que no había el biscotto (pacto de empate) que aseguraban los italianos y dio a la campeona del mundo los 88 minutos más intimidatorios de sus últimos dos años antes de que ganara 1-0.

Eran los últimos 20 minutos de juego, Giovanni Trapattoni, técnico de Irlanda, se mantenía petrificado desde el momento en que Italia les hizo el primer gol al pie de Antonio Cassano. No era momento de connotar algún favoritismo a su Italia de toda la vida o a su actual conjunto irlandés. Por su parte, Cesare Prandelli miraba su reloj desesperado al otro lado de la cancha.

Mientras, en Gdansk, el estratega croata Slaven Bilic se ponía las manos en las rodillas y Vicente del Bosque apaciguaba su nerviosismo con goma de mascar.

Desde el 2010 La Roja no agonizaba de esa manera, asediada, dispersa, sin mostrar como acostumbra su superioridad a cada segundo. Tuvo que esperar hasta el minuto 88 para que una jugada conjunta cerrara su pase a los cuartos de final del torneo.

Hasta antes de eso era Bilic el que cada cinco minutos extendía los brazos mirando al cielo para preguntar a alguna divinidad por qué la pelota no le hacía justicia a su equipo, a las llegadas peligrosas de Luka Modric o Iván Rakitic. Al timonel se le olvidaba que el futbol no es de justicia, sino de goles, y Jesús Navas hizo lo que tenía que hacer para mantener intacto el orgullo de la campeona del mundo.

La jugada fue sencilla, Cesc Fábregas elevó el balón hasta que llegó al botín de Iniesta, ya con la pelota en el pie, El Fantasma hizo uso de esa vocación de servicio que acostumbra y esperó a que el arquero Stipe Pletikosa saliera a su encuentro, fue entonces cuando le dio un pase a Navas, quien sólo necesitó definir.

Dos minutos después, Mario Balotelli culminaba con un gol el encuentro de Italia contra Irlanda. Hasta entonces, Del Bosque y Prandelli respiraron en calma. Por primera vez en todo el partido, el estratega de La Roja esbozó algo parecido a una sonrisa porque contenía el sinsabor de saber que España ya no es intocable y hay equipos, como Croacia, dispuestos a intimidarla.

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