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Estadio Azteca: un foco de lesiones
El mal estado del campo aumenta la probabilidad de que los jugadores presenten lesiones musculares y articulares. Sin embargo, las directivas de América y Cruz Azul optaron por quedarse a jugar sus partidos de local.
En la cancha enlodada y desnivelada del Estadio Azteca aumentan las posibilidades de que los futbolistas presenten lesiones musculares y articulares, coinciden los preparadores físicos Daniel Ipata —encargado del primer equipo de Pumas— y Rafael Díaz —egresado de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales de Bogotá—.
Ipata señala que los futbolistas más vulnerables a las lesiones son los más veloces, como los laterales, extremos y algunos mediocampistas. A jugadores con estas cualidades les cuesta más trabajo que sus tobillos y rodillas cambien de dirección en campos enlodados.
“En estas canchas, que generalmente tienen flojo su pasto, los jugadores utilizan tacos con los tachones más altos para afianzarse mejor a la superficie. Pero esto puede provocar que sus pies se queden atorados en el pasto y tener lesiones de rodilla, también que haya resbalones que lastimen los abductores o que cuando inicien una carrera les cueste más trabajo arrancar y terminen lesionados de los isquiotibiales”, menciona Díaz.
Las lesiones más frecuentes por jugar en este tipo de superficies son los desgarres, las distensiones de ligamentos y en un caso más grave, las rupturas de los mismos, añade el colombiano.
En el partido del pasado miércoles en el Estadio Azteca, Toluca sufrió en el primer tiempo la baja de su goleador Enrique Triverio, quien resbaló y al estirar las piernas se lastimó el abductor izquierdo. Tampoco Antonio Ríos pudo continuar en el partido, luego de chocar con un jugador a consecuencia del campo mojado.
“Es un hecho que en época de lluvias los jugadores están más propensos a lesionarse, pero un campo enlodado incrementa más estas posibilidades. No sólo se trata de las lesiones musculares como las abductor e isquiotibiales, también las articulares de rodillas y tobillos”, añade Ipata.
El campo del Estadio Azteca comenzó a enlodarse a raíz de que el pasado 20 de julio se colocó el pasto híbrido y apenas un día después empezaron a utilizarlo para que fuera la sede de los partidos de local del América, Cruz Azul y América femenil.
Desde entonces ha recibido 11 encuentros y se tiene programado que esa cifra aumente a 13, con los partidos del América frente a Pumas de mañana y del Cruz Azul contra Veracruz del 1 de septiembre, antes de que la empresa Tarkett Sports rehabilite el campo mientras se desarrolla la fecha FIFA, que propiciará que se detenga la actividad en la cancha del Azteca, al menos, del 2 al 15 de septiembre.
En varias ocasiones, las directivas del América y Cruz Azul fueron cuestionadas por la prensa si tenían planeado mudar sus partidos de local a otros estadios, pero ambos clubes mantuvieron sus juegos en el Azteca. Sólo los azulcremas movieron los partidos en casa de su plantel femenil a las instalaciones de entrenamiento en Coapa.
“Los pocos lesionados de ambos equipos es una muestra de lo bien que han trabajado los preparadores físicos. También habla de una planificación antes, durante y después del encuentro para recuperar a los jugadores. Cuando se juega en ese tipo de cancha, el esfuerzo físico es mayor y la recuperación es un poco más tardada para los futbolistas en comparación que cuando se juega en campo seco”, señala Díaz.
Ipata agrega que los fisioterapeutas tienen un “plan vacuna” cuando sus equipos juegan sobre este tipo de canchas. Por ejemplo, en la pretemporada trabajan en arena media, que simula un campo enlodado e irregular para acostumbrar las piernas de los jugadores a ese tipo de superficie. Mientras que en el gimnasio, los jugadores se paran sobre algunas pelotas de gimnasia para fortalecer sus tobillos y rodillas.
“Se trata de reproducir los escenarios que tengamos en los partidos y evitar que se lastimen los jugadores”, agrega el fisioterapeuta de Pumas.
Sin embargo, al menos para los jugadores de América, Pumas, Cruz Azul y Veracruz, el riesgo sigue latente por el campo maltratado, debido a que aún tienen un partido por jugar. Será otra prueba para sus preparadores físicos.