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Marketa Vondrousova, celebridad en tatuajes a la caza de un Grand Slam
El atractivo de la checa ya no está sólo en los trazos sobre su piel, sino en su talento deportivo, al convertirse en finalista de Wimbledon 2023 contra Ons Jabeur.
Lo primero que llama la atención cada vez que Marketa Vondrousova (Sokolov, República Checa; 28 de junio de 1999) se presenta en una cancha de tenis son sus tatuajes. Los tiene en sus antebrazos, en los hombros, alrededor de sus muñecas y codos; cada vez que mueve la raqueta tiene una sinfonía gráfica sobre su piel.
Pero puede estar satisfecha de que ahora no sólo es reconocida a nivel mundial por los particulares trazos en su cuerpo, sino por ser la primera finalista en singles femenil de Wimbledon en la Era Open que no fue cabeza de serie. Su fortaleza deportiva, a prueba en un Grand Slam, ya luce más contundente que su aspecto.
“Cuando vi el sorteo (de Wimbledon 2023), no fue fácil. Le gané a (Veronika) Kudermetova y a (Donna) Vekic, que son geniales en hierba. Pensé que estaba bien y que podría mejorar y hacer algo aquí. Para mí es realmente una locura que esto esté sucediendo, pero creo que cualquier cosa puede pasar en el tenis”.
Marketa Vondrousova disputará la final femenil de Wimbledon este sábado ante la tunecina Ons Jabeur, definiendo a una campeona inédita del torneo. La checa dejó fuera en semifinales a Elina Svitolina, ex número 3 del mundo, mientras que Jabeur dejó fuera a Aryna Sabalenka, la actual número 2; es un choque inesperado por el trofeo, pero garantizado en cuanto a calidad.
Ninguna de las dos es néofita en finales de Grand Slams. A sus 19 años, Vondrousova fue finalista de Roland Garros en 2019, aunque su voluntoriosa juventud fue bloqueada en dos sets por la entonces figura mundial, Ashleigh Barty.
Por su parte, Jabeur experimentará su tercera final de Grand Slam en menos de 12 meses, ya que también llegó a esta instancia en Wimbleon y en el US Open de 2022, aunque perdió ante Elena Rybakina e Iga Swiatek, respectivamente. La tunecina tiene un poco más de experiencia para la cita de este sábado.
“Siento que somos iguales en algunas cosas. Jugamos con dejadas y con slice. Ese es más mi juego que el de Sabalenka. Pero hemos jugado pocas veces este año. También jugó la final del US Open y está acostumbrada a jugar finales en un Grand Slam. Va a ser un partido difícil sin importar quién esté allí”, expresó Marketa tras vencer a Svitolina en semifinales.
Aunque no tenga amplia experiencia en finales de Grand Slam y con apenas 24 años de edad, la checa ya entiende perfectamente lo que son conceptos como la resiliencia, recuperación y paciencia. Una muestra clara está en uno de sus tatuajes más llamativos, el de su antebrazo derecho, que reza: “Sin lluvia no hay flores”.
El contexto viene de los momentos difíciles entre lesiones y la pandemia que han mermado su ascenso en el tenis. Empezó con gran expectativa tras ganar su primer título del WTA Tour a los 17 años en un torneo 250 en Suiza, lo que le permitió meterse al top 100 del ranking mundial antes de cumplir 18.
A sus 19 concretó tres finales más, incluida la de Roland Garros, pero inmediatamente después de eso exhibió molestias en la muñeca que la obligaron a someterse a dos cirugías. Cuando parecía estar otra vez en estabilidad física, apareció el covid-19 para detener al mundo y, otra vez, la resiliencia fue su bandera.
Por eso agradece la fantasía que está viviendo en Wimbledon, cuatro años después de su primera final de un Grand Slam: “Después de todo lo que he pasado, dos cirugías, no siempre es fácil volver. Sí, no sabes si puedes jugar a este nivel y si puedes volver a la cima y volver a estos torneos. Estoy agradecida de estar en una pista nuevamente y de jugar sin dolor”.
El primer tatuaje de Vondrousova se impregnó en su esencia a los 16 años como parte de un regalo de cumpleaños, pero eso le abrió el apetito por tener más. Actualmente luce más de una decena, en los que se identifican aves, flores, letras y caminos que cruzan todo el largo de sus brazos, combinando con sus patrocinios de Nike y Emirates.
Si consigue el título en Wimbledon extenderá su vínculo con los tatuajes, aunque no precisamente en su piel: “Tengo una apuesta con mi entrenador. Si gano el Grand Slam, él se pondrá un tatuaje, así que espero hacerlo. Veremos qué pasa y si yo también me haré uno. Para mí, los tatuajes son arte, simplemente me gustan y aprecio a las personas que los hacen”.
Vondrousova está regresando a su nivel mágico de adolescente. En verano de 2019 llegó a ser la número 14 del mundo, el mejor ranking de su historia, y ahora, aunque está en el número 42, su nombre vuelve a ser sinónimo de fortaleza en el tenis. No le quedaría nada mal que su segundo título en el WTA Tour fuera el de Wimbledon.
“La otra vez era muy joven, así que creo que fue demasiado para mí en ese entonces. Ahora también soy un poco mayor y creo que soy una persona un poco diferente. Estoy muy feliz de haber pasado por esto otra vez”.
El sábado será el séptimo enfrentamiento entre Ons Jabeur y Marketa Vondrousova, con palmarés repartido de tres victorias para cada una. La tunecina ostenta cuatro títulos y es sexta del ranking actual, pero como la propia Marketa dijo tras avanzar a la final de Wimbledon, en el tenis todo puede pasar.