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Messi es libre y el Barcelona atraviesa austeridad
El delantero argentino llegó al fin de su acuerdo y factores como el control económico entre los clubes de la liga española no permitiría un fichaje estratosférico.
Una gran estrella del futbol es agente libre. Lionel Messi y el Barcelona han mantenido en el último año una relación fría, sin hablar de acuerdos largos, con episodios de falta de comunicación.
Sin anticiparse a la fecha del fin del contrato, el Barcelona mantuvo la confianza en un nuevo contrato con el delantero, para extender su estadía de 20 años en el Camp Nou.
Fuentes cercanas a la negociación comentaron a ESPN que el Barça está en el proceso de cuadrar los números con LaLiga y la oficina de impuestos para asegurarse de que no haya problemas para avanzar. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, advirtió al club que es posible que no puedan registrar el nuevo contrato de Messi si no hacen recortes en otros lugares.
Antes de la pandemia, el Barça tenía la masa salarial más alta de la liga con más de 600 millones de euros por temporada.
Sin embargo, desde entonces se ha reducido a poco más de 300 millones de euros. El contrato más reciente de Messi con el club, firmado en 2017, valía más de 500 millones de euros durante cuatro años, incluido su salario, bonificaciones y derechos de imagen. El Barça, cuya deuda bruta supera los 1,000 millones de euros, no puede permitirse pagar tanto a Messi esta vez y ha tenido que ser creativo con su oferta de contrato.
El diario El Mundo publicó que el contrato del argentino con el Barcelona firmado en 2017 ascendió a 555.2 millones de euros brutos, a cobrar en cuatro temporadas entre la 2017-18 y la que está en curso.
La cifra es la suma de salario fijo, derechos de imagen, una serie de primas multimillonarias inéditas hasta la fecha y una serie de variables dependiendo del cumplimiento de diversos objetivos.
Según la prensa, Messi ya tiene desde hace algún tiempo una propuesta de renovación del Barça, que estaría "pendiente de algunos flecos" para su firma, lo que hace confiar al club azulgrana, aunque se mantenga la incertidumbre.
Hace 10 meses, Messi hizo oficial su deseo de salir del equipo enviando un burofax a la dirección del club, que hizo saltar las alarmas y acabaría contribuyendo a la dimisión del presidente, Josep María Bartomeu, en octubre de 2020.
Desde entonces, Messi ha mantenido la incertidumbre, dando sólo dos entrevistas en diciembre y al término del campeonato, insistiendo en que no tenía nada decidido.
"Es muy especial ser el capitán de este equipo donde llevo toda la vida", decía Messi al levantar en abril la Copa del Rey, único trofeo ganado por los azulgranas esta temporada.
La ‘Pulga’ podría mantener un poco más el suspenso, ocupado en la Copa América, donde destaca con Argentina: máximo goleador con tres tantos y mejor asistente con dos pases decisivos, también clasificó a la albiceleste para los cuartos, donde se enfrentará a Ecuador.
Pese a todo, el Barça tiene razones para creer en la continuidad de su capitán, como el hecho de que acudiera a votar en marzo en las elecciones que dieron la presidencia a Laporta, algo que no había hecho nunca.
La elección de Laporta, con el que tiene una buena relación, ha pesado en la balanza y, desde su vuelta a la presidencia azulgrana, el mandatario se ha centrado en retener a su estrella, a pesar de su contrato estratosférico revelado en febrero, que ha tenido que adecuar a la dura situación financiera del Barça.
Pero lo más importante es la mejoría en el proyecto deportivo en la última temporada y de cara a la próxima. Con Ronald Koeman, el Barça ha fichado al gran amigo de Messi, Sergio Agüero, y un delantero centro puro con Memphis Depay, a los que se une la eclosión de jóvenes como Ansu Fati, Pedri o Riqui Puig, para volver a poner al Barça en primera línea.
Entre todos los clubes vinculados con Messi, Manchester City y PSG han sido los casos más destacados.