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Sébastien Ogier, el nuevo campeón del mundo de rallys WRC
El francés Sébastien Ogier, que se proclamó este jueves en su país nuevo campeón del mundo de rallys WRC, es calificado por sus allegados como un piloto "impaciente, determinado y eternamente insatisfecho".
El francés Sébastien Ogier (Volkswagen Polo), que se proclamó este jueves en su país nuevo campeón del mundo de rallys WRC, es calificado por sus allegados como un piloto "impaciente, determinado y eternamente insatisfecho".
"'Seb' es el Señor, yo siempre quiero más", declaró el ingeniero jefe de Volkswagen, Franóois-Xavier Demaison, padre del Polo-R con el que Ogier se proclamó campeón, en la primera temporada de la marca alemana en el mundial de rallys.
"Nunca está satisfecho y siempre busca la perfección. No es fácil trabajar con un campeón así porque es tan exigente que supone un enorme inversión de todo el equipo. Pero al final, recompensa", explicó Demaison.
Los allegados de Ogier, sus padres, su copiloto, los mecánicos... Todos coinciden en la impaciencia del nuevo campeón del mundo.
"Lo quiere todo y al momento, quizá porque debutó en rallys relativamente tarde (con 22 años) y su carrera ha estado marcada por un contratiempo que vivió mal", recordó su copiloto de siempre Julien Ingrassia.
LA CARRERA
El francés se proclamó nuevo campeón del mundo de rallys WRC tras la primera especial del Rally de Francia, la 'power stage', en Estrasburgo.
El piloto belga Thierry Nueville, segundo en el campeonato, tenía que ganar la especial si quería mantener la lucha por el campeonato, pero la victoria parcial fue para el español Dani Sordo (Citroen DS3), facilitando la coronación de Ogier.
El español cubrió los 4,55 km de la 'power stage' con un tiempo de 3:20.8, seguido por Neuville, a siete décimas, y el propio Ogier, a ocho.
La 'power stage' (que reparte tres, dos y un punto para los tres primeros) fue la única especial disputada en la primera jornada del Rally de Francia.
rgs