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Un disparo antológico pone a Chile en la final de su Copa

Perú fue un hueso duro de roer, pero un tiro a 25 metros del arco rival de Vargas fue el que selló la clasificación de los chilenos.

A Eduardo Vargas le cambió el rostro de manera abrupta. Apenas la pelota que se animó a patear desde tres cuartos de cancha chocó con las redes, el delantero de Nápoli de Italia relajó sus músculos al mismo tiempo que gritaba el tanto que metió a Chile a la final de la Copa América, tras imponerse 2-1 a un equipo de Perú que significó una dura prueba para la escuadra local que se había visto alcanzada incluso con un hombre de más sobre la cancha.

El delantero andino, que se vistió de héroe tras marcar un doblete que valió la victoria, tenía razones de sobra para reaccionar de manera eufórica mientras sus compañeros lo abrazaban bruscamente y en las gradas comenzaba una fiesta con sabor a final. Y es que apenas unos instantes antes del tanto que consiguió, Perú los había alcanzado tras una gran acción de Luis Advíncula, quien mandó un servicio lleno de veneno que Gary Medel terminó por mandar a su propia portería.

Antes, en la primera etapa, ya con un hombre de más sobre el campo debido a la expulsión de Carlos Zambrano, quien lanzó una patada por la espalda a Charles Aránguiz, el mismo Vargas había puesto en ventaja a La Roja, en una acción que debió ser invalidada por un fuera de juego. Al 41, Alexis Sánchez mandó un disparo a segundo poste que se impactó en el metal y que el anotador mandó a las redes sin que nadie antes tocara la pelota, situación que no rompió la posición incorrecta.

Para el segundo tiempo todo parecía sencillo para Chile, equipo al que le anularon un gol por una posición adelantada inexistente, única acción de peligro que generó hasta antes de que Advíncula escapara y provocara el tanto que hizo soñar a los peruanos con llegar a la definición por penales.

Pero para mala fortuna del plantel dirigido por Ricardo Gareca, la ilusión duró apenas tres minutos y cuando parecía que los andinos podrían sufrir para regresar al juego, Eduardo Vargas dejó claro que era su noche y con un tremendo disparo desde tres cuartos de cancha, lleno de efecto y que provocó que el balón bajara de manera violenta, dejó mudo a todos sus rivales e hizo explotar a la afición chilena con su número 23, con la casaca roja en 48 duelos disputados.

Apenas recuperaron la ventaja, los locales encontraron muchos espacios en la cancha, mismos que no pudieron aprovechar al equivocarse a la hora de mandar el servicio al área, o bien, al momento de definir ante el guardameta, provocando que en las contadas ocasiones que Perú pudo hilvanar avances existiera sensación de peligro sobre la meta de Claudio Bravo.

Al final, el esfuerzo del cuadro de Gareca no fue suficiente y los chilenos, de la mano de Vargas, figura de la noche, y con la fortuna de una desatención del cuerpo arbitral, lograron imponerse y avanzar a la final del torneo que organizan, instancia en la que esperan a Argentina o a Paraguay. (Con información de Carlos Herrera)

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