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Una dupla que se complementa
La disciplina e intensidad de Ricardo Ferretti combinada con el estudio y la calma de Miguel Mejía Barón les ha permitido estar, en tres ocasiones diferentes al mando del Tri.
Raúl Gutiérrez se queda en silencio para recordar cómo eran los entrenamientos de la Selección Mexicana que se preparaba para el Mundial de Estados Unidos 94.
A Miguel Mejía Barón, quien era el entrenador, lo recuerda como una persona serena, analítica y que le gustaba practicar las jugadas a balón parado.
“En cambio, Ricardo Ferretti, su asistente, estaba a cargo de algunos entrenamientos, era sumamente exigente y se enojaba con facilidad. Sus personalidades eran muy diferentes, pero a la vez se complementaban como entrenadores”.
La relación del Tuca y Mejía Barón como parte de un mismo cuerpo técnico es tan exitosa que han conseguido ocho títulos: tres ligas, tres campeón de campeones, una Copa Oro y una Copa de la Concacaf. Los primeros seis diplomas los ganaron con Tigres y los últimos dos al mando de la Selección Mexicana. También consiguieron, con el Tri, el subcampeonato de la Copa América de Ecuador 93 y los octavos de final de la citada Copa de Mundo del 94.
Gutiérrez menciona que es común que en los cuerpos técnicos estén presentes este tipo de personalidades antagónicas y, que a su vez, sean exitosas, porque abarcan puntos de vista que el otro no ve por su personalidad.
“En los entrenamientos de Tigres todo el tiempo están en comunicación. Son muy cercanos. Aunque el Tuca siempre tiene la última palabra con los jugadores”, señala Jürgen Damm, mediocampista del cuadro regiomontano.
La primera vez que ambos coincidieron en un equipo fue en 1990. En ese entonces, Mejía Barón, quien era el entrenador de Pumas, le pidió al brasileño que retrasara un año su retiro como futbolista y que fichara con el cuadro universitario. Ferretti aceptó y, eventualmente, un gol suyo permitió que el club levantara el título de Liga ante el América.
La buena relación de ambos se mantuvo desde entonces. En el 93, cuando Mejía Barón fue nombrado técnico del Tri, integró a Ferretti como su auxiliar. Cuando concluyó el Mundial de Estados Unidos al año siguiente se separaron y pasaron casi una década sin trabajar juntos.
En el 2014, el Tuca se consolidó en el banquillo de Tigres y decidió devolverle el favor a Mejía Barón: le ofreció ser su auxiliar, pese a que tenía 12 años que no formaba parte de un equipo de Primera División. Su antiguo mentor aceptó el ofrecimiento y ayudó a que el cuadro regiomontano se convirtiera en el club más ganador en lo que va de esta década.
Ahora que Ferretti ha aceptado su segundo interinato con la Selección Mexicana en los últimos tres años, Mejía Barón se ha convertido además de su auxiliar, en su consejero, según dijo Marco Antonio Ruiz, entrenador de la Selección Sub-20 a El Economista, en una entrevista el mes pasado.
“Su amistad se remonta desde hace 20 años y eso los ha ayudado a mantenerse tan unidos en la dirección técnica en diferentes etapas de cada uno”, concluye Gutiérrez.