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Y todo por una fiesta

La pachanga de los seleccionados en Monterrey detonó la salida de Néstor de la Torre de la Dirección de Selecciones Nacionales, pero no fue la única causa: la relación pendía de un hilo desde los días previos al Mundial Sudáfrica 2010.

viernes 15 de octubre de 2010 - 22:09

Que la Selección se fue a Avándaro para practicar sin distracciones de cara a la Copa del Mundo: ¡mentira! Los tricolores fueron llevados al Estado de México para ponerlos en manos de los patrocinadores, a quienes poco o nada les importó que los dirigidos por Javier Vasco Aguirre tenían deberes en la cancha. Néstor de la Torre, ahora ex director de Selecciones Nacionales, había pactado un sinfín de compromisos con la imagen de los jugadores.

Si bien vimos a los jugadores que estuvieron en Sudáfrica aparecer en diversos comerciales con una sonrisa, la realidad es que la grabación fue el comienzo de un conflicto que explotó el 11 de octubre, con la renuncia de De la Torre que detonó una fiesta de seleccionados en Monterrey.

Hace cuatro meses el equipo parecía sin mística y pecaba de precavido, pero sus líderes insistían en que se haría historia. Quizá la afición cayó en el juego, pero los medios de comunicación jamás vieron a un equipo trabajado y se preguntaban por qué se desbordaba confianza.

Con De la Torre fuera, la situación toma algo de sentido. Los seleccionados fiesteros, esos que celebraron la victoria por 1-0 frente a Colombia, se atrevieron a hablar, a acusar al directivo de unilateral, inflexible, a denunciar que les tiraban línea para hacer declaraciones.

Gracias a Enrique Meza y Efraín Flores, se supo que desde los días previos al juego contra España la relación estaba a punto de explotar.

A unos días del debut del 11 de junio en Sudáfrica, Cuauhtémoc Blanco fue captado fumando en plena concentración y con un vaso en la mano que seguro no contenía agua bendita. Cuando se esperaba una sanción ejemplar, Néstor de la Torre salió a decir que se les permitió estar un rato juntos para esparcirse, luego de una ya larga concentración . Hoy ese argumento es totalmente incongruente respecto a su última decisión, cuando Néstor intentó sancionar a los fiesteros con severidad.

Durante el Mundial, previo al partido contra Argentina, Javier Aguirre se encargó de empeorar las cosas. El Vasco se plantó ante las cámaras ocultando su rostro con una gorra y respondió a las preguntas en tono de provocación, sin la categoría y el respeto al escudo que llevaba en la playera.

Javier se fue del Tri sin sanción de Néstor, quien se guardó su rigor para su última etapa como director de Selecciones Nacionales.

Con el tema de la fiesta, Néstor se quiso ir en grande: exhibió ante los medios los nombres de los fiesteros, cuando pudo sancionar y respetar la privacidad del futbolista al mismo tiempo.

La reacción fue inmediata y, aunque sea por una causa nada grata, de una vez por todas los futbolistas se unieron y echaron a Néstor.

Si bien es cierto que los resultados en Sudáfrica son los mismos que desde hace 16 años, la gran diferencia fue el escándalo con el que se cerró un proceso que encabezó un hombre hoy señalado como autoritario y que se quedó sin trabajo tras imponer sanciones.