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Pese a su arraigo entre la población, autoproducción de vivienda tiene poca atención financiera
Se estima que 44% de los bancos en el país ofrece un producto de autoconstrucción; seis de cada 10 hogares se construyen con este modelo
La autoconstrucción en México es una de las formas de acceder a una vivienda de mayor arraigo entre la población; sin embargo, existe poca atención financiera para este modelo por parte de los bancos y organismos públicos de vivienda, pese al gran potencial que tiene en el mercado.
Estimaciones de la Encuesta Nacional de Vivienda 2020 indican que seis de cada 10 viviendas en México fueron autoconstruidas, es decir, que los dueños se involucraron en el diseño y edificación, además de que cuentan con ayuda de un albañil o un arquitecto para desarrollar su propio espacio.
Para Marissa González, economista senior de BBVA México, pese al arraigo que tiene este modelo de vivienda entre la población mexicana, dentro del sistema financiero no se tiene la oferta suficiente para poder apoyar a las personas a autoconstruir su hogar, además de que hacen falta quitar algunas barreras para ampliar la oferta.
"Hemos visto que el estancamiento de la vivienda nueva y la vivienda usada ha sufrido cambios alrededor del tiempo y la autoconstrucción de vivienda propia, que se adapta a las necesidades de cada persona, cada vez ha sido más interesante e importante en la mentalidad de las personas que van a adquirir una solución de vivienda", detalló González.
En este escenario, la especialista destacó que todavía no hay una oferta suficiente para atender este modelo, pese a su gran potencial.
"Las soluciones de financiamiento para la autoconstrucción de vivienda de cualquier nivel, no es un producto que en general se haya impulsado", destacó González.
De acuerdo González, en el 2022 el crédito para la autoproducción otorgado tanto por la banca como organismos públicos de vivienda representó apenas 3.5% de la originación crediticia, medida por número de financiamientos, y de 3.9% en cuestión de monto.
Según la especialista, durante el año pasado el monto promedio de un producto de esta naturaleza rondaba los 733,000 pesos; sin embargo, esta cifra fue menor respecto a la del 2020, cuando alcanzó un promedio de 862,000 pesos.
"Lo del 2020 fue anormal, porque estuvimos encerrados, se revalorizó la vivienda ya no solo como un centro de vivienda sino como de desarrollo de actividades económicas y las necesidades de espacio aumentaron, entonces al aumentar esas necesidades se invirtió más en la construcción de vivienda propia o en la construcción en terrenos que ya tenían las personas para desarrollar", explicó González.
Situación por estados
Durante esta administración, el gobierno ha centrado la política de vivienda en soluciones de autoproducción y mejoramiento. Si bien, esto hace pensar que la mayor parte de las acciones se realizan en el sur del país, donde existe un mayor rezago habitacional, la realidad marca que la atención tanto de organismos públicos como de la banca se concentra en las grandes ciudades.
"Estamos observando que en realidad (la atención) se está concentrando donde se concentra la actividad económica, o sea, me refiero a Nuevo León, Jalisco y la Ciudad de México, que no son regiones que se caractericen por tener una alta población rural, son suelos netamente urbanos y es ahí donde se ha concentrado el otorgamiento de esos créditos", destacó la especialista.
Soluciones
Para la economista de BBVA México, es indispensable que los bancos encuentren soluciones a las barreras que enfrentan para tener mayor incidencia en este modelo, como pueden ser, los largos tiempos de construcción o el uso de la subcuenta de vivienda que sirva como garantía para dar este tipo de financiamientos.
"Cada vez los bancos están más interesados en este producto y los acreditados están interesados en adquirir un producto. Este producto de autoconstrucción o construcción de vivienda en terreno propio involucran una garantía hipotecaria, porque estos créditos funcionan igual que la adquisición de una vivienda", indicó González.
Se estima que el tiempo promedio de autoconstrucción de una vivienda es de entre cuatro y cinco años; sin embargo, si se accede a un crédito formal, el tiempo puede ser menor, destacó la economista de BBVA México.
"Cuando tenemos la oportunidad de tener un crédito, se acorta el tiempo de construcción y al acortarse el tiempo, el acreditado puede hacer uso de su vivienda y reducir sus gastos en un corto plazo".
Asimismo, indicó que es deseable que los bancos busquen soluciones para aquellas personas que no cuentan con una subcuenta de vivienda.