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Riesgo de segregación social y económica, la otra cara de la moneda del nearshoring
Especialistas afirman que los gobiernos locales deben fortalecerse en términos de presupuesto para convertirse en un actor económico activo que oriente los temas relevantes, como la vivienda asequible
Mucho se ha hablado de los beneficios que traerá consigo la llegada de inversión extranjera por la relocalización de empresas (nearshoring) en México; sin embargo, expertos afirman que también persisten ciertos riesgos al respecto, especialmente en el tema de crecimiento de las ciudades.
De acuerdo con un análisis elaborado por Banco Base, si se crearan las condiciones para aprovechar esta oportunidad, el PIB nacional podría crecer alrededor de 4% anual.
Además, habría mayor creación de empleo formal, la tasa de informalidad bajaría de 50% por primera vez en la historia del país y el consumo de las familias dependería menos de las remesas de sus familiares, así como de las transferencias que realiza el gobierno.
En este sentido, Edgar Mora, político y miembro de la facultad de la Universidad para la Cooperación Internacional en Costa Rica, reconoció que la Inversión Extranjera Directa (IED) es una oportunidad de gran magnitud para las economías de la región, pero subrayó que también conlleva un riesgo vinculado a “la eterna paradoja en América Latina: la facilidad política de generar segregación social”.
“Ese es un riesgo enorme, sucedió en Costa Rica, la IED generó con el tiempo una economía de dos velocidades, una que crece 12% anual y otra 2% anual. La claves para que la economía no se diversifique de ese modo tan negativo y perverso tienen que ver con la inversión pública en el acceso a infraestructura, educación y salud”, dijo durante el Foro “Urbanismo y calidad de vida: Las ciudades del Futuro” de Egis Latam.
Gobernanza y ordenamiento
Las ciudades con mayor impacto por el nearshoring, según Mora, deben fortalecerse en términos de presupuesto participativo, es decir que el gobierno local se convierta en un actor económico activo para orientar los temas relevantes, como la vivienda asequible.
El especialista indicó que uno de los fenómenos que se derivan del nearshoring, es el incremento de la plusvalía de los inmuebles, lo que complica el acceso a un hogar para la población.
“(Las nuevas generaciones) a pesar de estar mejor preparados y con mejores empleos, no pueden comprar una casa. Esto es grave, es una injusticia social que no cambiará si no se confronta y sólo se cubre bajo el velo del ideal de crecimiento y progreso, porque un factor, el de la inversión, cambió. Para eso debe servir toda la experiencia que tenemos de gobernanza y tecnología”, agregó Mora.
Al respecto, Diana Rivero, responsable de Desarrollo Comercial, Puertos y Grandes Estructuras de Egis, mencionó que el nearshoring es un reto en términos de ordenamiento para las ciudades, pues se estima que la urbe de Monterrey, por ejemplo, podría crecer 40% por la acelerada llegada de empresas.
“Debemos trabajar en crear las condiciones adecuadas en las zonas de actividad industrial, con el apoyo de la ingeniería y el diseño de las ciudades. Estamos en el momento preciso de hacer el ordenamiento urbano para que el nearshoring no repercuta en el futuro. Al final, la mejor carta de invitación para la inversión es también el cómo las ciudades están construidas y cómo se realiza la infraestructura para llevar a cabo las actividades económicas en el país”, apuntó.