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Viviendas tienen que ser resilientes ante el cambio climático y para ello se necesita financiamiento: BID
En América Latina, 50% de las viviendas carecen de condiciones de habitabilidad óptimas y son vulnerables ante los efectos ambientales
El parque habitacional en América Latina debe de ser resiliente ante los efectos del cambio climático; sin embargo, para lograrlo se requiere que el financiamiento tenga objetivos sustentables principalmente para la edificación de la vivienda nueva o adaptación de la ya existente.
De acuerdo con un breve análisis del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), actualmente América Latina es la segunda región del mundo más expuesta a desastres naturales y a los efectos del cambio climático.
En este contexto, el análisis destaca que adaptarse a los efectos del cambio climático es una necesidad urgente para todos los habitantes de América Latina, especialmente para las ciudades, donde vive más de 80% de la población.
"Contar con la infraestructura urbana adecuada a los fenómenos naturales es una de las mejores maneras de conseguir esta adaptación", destaca el documento.
Este escenario se conjuga con el déficit de vivienda digna que existe en la región, donde cerca de 50% del parque habitacional carece de las condiciones adecuadas de habitabilidad, por lo que el BID pide un mayor involucramiento entre la iniciativa privada y sector público, para facilitar el financiamiento a la construcción de hogares resilientes en toda América Latina.
"Los impactos del cambio climático afectan especialmente a la población más vulnerable, las viviendas precarias y los asentamientos informales", refiere el análisis y añade que se estima que al menos 20% de la población urbana en América Latina vive en barrios informales, los cuales están ubicados en zonas de riesgo y sin infraestructura básica.
¿Pero qué se necesita?
Para los analistas del BID, una vivienda resiliente es aquella que tiene la capacidad de resistir, recuperarse y adaptarse ante condiciones adversas del cambio climático o desastres naturales.
"Los proyectos de vivienda deben estar ubicados de tal forma que minimicen la exposición a las posibles amenazas del entorno. Asimismo, deben ser planificados, diseñados, construidos, operados y mantenidos para reducir la vulnerabilidad frente a dichas amenazas", apunta el informe.
Sin embargo, para el BID es importante que para lograr viviendas resilientes se aterricen los siguientes puntos:
- Marcos regulatorios y arreglos institucionales.
- Diagnósticos y estudios.
- Diseño y construcción.
- Mantenimiento y monitoreo.
En este contexto, el BID urge a aumentar la producción de vivienda nueva resiliente y, además, adaptar las ya existentes al clima y entorno, lo cual requiere un elevado volumen de financiamiento.
"Por este motivo, los recursos financieros climáticos juegan un papel clave a la hora de hacer realidad los programas de mitigación y adaptación del sector vivienda", destaca.
El BID refiere que el financiamiento climático es aquel de origen local, nacional o transnacional, ya sea de fuentes públicas, privadas o alternativas, que busca apoyar acciones de mitigación y adaptación al cambio climático.
Bajo este escenario, el organismo ha sido muy activo al respecto, pues tan sólo en el 2021 el Grupo BID financió un máximo histórico de 6,000 millones de dólares en actividades relacionadas con el cambio climático con impacto en América Latina y tiene el compromiso de proporcionar 24,000 millones de dólares para financiamiento verde durante los próximos cuatro años.
Los próximos 29 y 30 de septiembre, el BID organizará el Foro de Vivienda 2022, donde se discutirán soluciones resilientes para la reducción del déficit habitacional en América Latina y el Caribe.