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Grecia puede afectar nota de países del este de Europa: S&P
Standard and Poor's advirtió que bajaría la calificación crediticia de Bulgaria, Macedonia, Albania, Rumania y Serbia si los problemas de Grecia repercuten en los sistemas bancarios de esas naciones.
Standard and Poor's advirtió el miércoles que bajaría la calificación crediticia de Bulgaria, Macedonia, Albania, Rumania y Serbia si los problemas de Grecia repercuten en los sistemas bancarios de esas naciones.
Los bancos de Grecia tienen sedes "sistemáticamente importantes" en estos países de Europa del Este y la preocupación radica en que si Atenas queda fuera de la zona euro, sus prestamistas podrían quebrar y generar un efecto dominó en sus subsidiarias.
Si los gobiernos de esos países se ven forzados a rescatarlos, eso dañaría las finanzas nacionales y los pronósticos de crecimiento a largo plazo, dado que los bancos requerirían préstamos para mantenerse a flote.
"No descartamos la posibilidad de respaldo gubernamental (a los bancos)", dijo S&P en un informe. "Si ese respaldo debilita sustancialmente la métrica fiscal y de deuda de los gobiernos, esto podría pesar de manera negativa en nuestras calificaciones soberanas", agregó.
Alpha Bank de Grecia tiene la mayor expansión geográfica en toda la región, con sedes en Rumania, Bulgaria, Serbia, Albania y Macedonia. En tanto, Eurobank Ergasias y Piraeus Bank están presentes en Rumania y Bulgaria, y el último también en Serbia.
S&P dijo que bajo el escenario planteado, los bancos acudirían a los activos de las subsidiarias en su lucha por sobrevivir, y que los esfuerzos de los bancos centrales por contener esa situación no bastarán para detener las fugas de depósitos.
Actualmente, S&P califica a Bulgaria con nota "BB+" y pronóstico estable, a Rumania con "BBB-" y panorama estable, a Macedonia "BB-" con perspectiva estable, a Albania "B" con panorama positivo y a Serbia con "BB-" y perspectiva negativa.
La calificadora estima que las acciones de mercado de las subsidiarias de bancos griegos varían entre alrededor del 15% de los activos del sistema financiero total en Rumania y Serbia y más de 20% en Bulgaria y Macedonia.
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