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El Empresario

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Altas comisiones y problemas para cubrir pedidos, la realidad de los restaurantes que venden en delivery

Aunque el uso de aplicaciones ha permitido a los restaurantes ampliar su canal de comercialización y llegar a un mercado más grande, las ganancias no son las mejores por el alto porcentaje de comisiones que se deben cubrir y los problemas para garantizar la producción.

Ante la crisis de la pandemia, los restaurantes mexicanos tuvieron que cambiar su modelo de negocios a uno más digital, que permitiera la venta aun con los cierres y fuera de forma segura, para lo cual optaron por incorporarse a las aplicaciones móviles de reparto; sin embargo, aunque pueda parecer benéfico, también muestran desventajas por las altas comisiones, la alta demanda, entre otras situaciones.

De acuerdo con el estudio “Este futuro no applica”, elaborado por Oxfam México, aunque el uso de aplicaciones ha permitido a los restaurantes ampliar su canal de comercialización y llegar a un mercado más grande, las ganancias no son las mejores por el alto porcentaje de comisiones que se deben cubrir y los problemas para garantizar la producción. Tan solo de Uber Eats, los restaurantes deben ser capaces de cumplir con más de 100 pedidos al día.

Al analizar los requisitos que se deben cumplir para registrarse en alguna de las aplicaciones presentes en el mercado, se encontró que los costos que se deben cubrir, exceden los 1,000 pesos. Por ejemplo, en Uber Eats, después del primer pedido se cobra una comisión de 5,000 pesos que incluye la inscripción, una tableta y la creación del menú con una sesión de fotografía profesional.

En Didi Food, el costo de activación dependerá de la ciudad, que va de lo gratis como en Ciudad de México, hasta los 3,500 pesos. Al registrarse, se accede a la plataforma, se configura la cuenta entre otros procesos. El costo será deducido de ls ganancias de las ordenes.

En Rappi, solo se requiere comprar una tableta con un valor de 1,500 pesos que se deberá regresar en caso de que el negocio se dé de baja de la plataforma. Finalmente, Cornershop ofrece registro gratuito con un cobro de comisión por cada pedido.

De entrada al servicio, se percibe un alto costo para los restaurantes, dependiendo el servicio al que se quieran sumar, siendo Uber el de mayor monto aunque también es el que tiene mayor cobertura.

Al analizar las comisiones, destaca que la de Uber Eats dependerá si se quieren usar a los propios repartidores, en donde se pagará solo un 15% por pedido, o si los repartidores son socios de Uber, en donde se deberá pagar un 30% al igual que si se da la opción de recoger en establecimiento.

Didi Food ofrece una comisión de 18% por pedido con repartidores propios o 30% con repartidores de la app; Rappi tiene un monto del 20% al 25% por cada venta; mientras que Cornershop solo maneja un 15% por cada pedido.

“Durante la pandemia, las aplicaciones de comida jugaron un rol importante para mitigar las pérdidas económicas. Sin embargo, algunos dueños y dueñas de restaurantes han mencionado que las aplicaciones les han servido para mantenerse vigentes entre sus clientes durante el confinamiento, pero no han sido el salvavidas que esperaban, esto debido a las altas comisiones y el IVA que deben pagar”, revela el informe.

Lo bueno y lo malo

Al estudiar a los restaurantes con presencia en apps, se encontró que entre las mayores ventajas que obtiene es tener mayor visibilidad, ya que muchos clientes no habrían llegado al comercio de alguna otra forma, no tener que invertir en publicidad y pueden ofrecer horarios en los que otros restaurantes similares no operan, entre otros. En su mayoría, esto ocurre cuando el negocio es exclusivo para ventas a domicilio.

En cambio, cuando el comercio ofrece servicio en establecimiento y en apps, es más complicado integrar sus operaciones, por lo que pueden tardar más tiempo en realizar los pedidos o tener problemas en inventario al no tener un control general de lo que se vende en piso y lo que se envía a domicilio.

“Los restaurantes tienen mayor flexibilidad para adaptarse al trabajo con plataformas, incluso los pequeños negocios pueden tener diferentes precios para sus productos. El mayor problema que mencionaron haber enfrentado es que las personas repartidoras no marcan como iniciado el viaje y no entregan el producto”, resaltó el informe.

Sobre los repartidores, los restaurantes aun no encuentran una adecuada dinámica con ellos, ya que otra situación frecuente es que llegan a recoger con mucha anticipación, lo que hace ver al comercio que demora en entregar los pedidos.

“Da la impresión de que la aplicación no ha sabido integrar en su operación los tiempos de preparación de alimentos, que pueden ser muy variables incluso entre platillos y, más aún, entre restaurantes”, indica el informe.

Esta situación vivió Arturo, repartidor que en uno de sus últimos pedidos, llegó con antelación a un comercio de sushi donde consideró que tardaron en entregarle, a pesar de que seguía en el tiempo de entrega estimado que marcaba la app.

“Apenas fui a recoger un pedido y sí llegué antes, pero fui a otro lado y regresó y todavía no tenían el pedido, aunque eran solo dos cosas. Muchos llegaban después de mi y les entregaban y pues si me molestó porque no me atendían. Hasta contacté al cliente para explicarle la situación porque se supone que deben entregarlo cuando dice, pero la persona me decía que estaba en el tiempo vigente por eso no podía reclamar como tal”, relata a El Empresario.

Como esto, muchos restaurantes lidian con los tiempos de entrega, los cuales sienten la presión de que deben cumplir al momento cuando esto no siempre es posible, sobre todo para pequeños comercios donde son pocas las personas que operan y atienden a la par en piso.

Cómo sobrevivir

Si bien ofrece algunas desventajas el uso de apps para los restaurantes, tampoco significa que sea totalmente malo, ya que los restaurantes pueden seguir algunas estrategias para aprovechar su uso.

Una opción es trasladar el costo adicional que cobra la app directamente al consumidor, es decir, cobrar por adelantado las comisiones. Así, los únicos costos directos ocurren si el pedido se cae, cuando se cancela y el restaurante debe cubrir ese costo, aunque muchas veces, lo reparten entre todos los trabajadores.

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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