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Iniciar un negocio en el país cuando se es extranjero implica superar retos como las barreras culturales y el desconocimiento del sistema legal, jurídico y fiscal, exponen expertos.
Iniciar un negocio en el país cuando se es extranjero implica superar retos como las barreras culturales y el desconocimiento del sistema legal, jurídico y fiscal, exponen expertos.
Lourdes Pique pisó suelo mexicano en marzo del 2013 para abrir la oficina local de GPS Imagen, una compañía de relaciones públicas y comunicación. Proveniente de España, llegó a México para aprovechar la experiencia de la empresa con 25 años de vida, pero se encontró con un largo proceso para los papeles de residencia y otras trabas para abrir una cuenta bancaria. Con una adecuada asesoría logró superar esos escollos.
“Ciertamente hay algunas dificultades como la apertura de las cuentas bancarias que son sumamente burocráticas y los papeles de residencia, que es un proceso largo y costoso, pero lo más importante es rodearte de buenos consejeros en todos los aspectos que sepan del mercado local y sus variantes”, comenta sobre los retos que tuvo que sortear para el arranque de su proyecto.
De acuerdo con especialistas, los obstáculos que enfrentan los emprendedores extranjeros en México son los mismos que tienen los nacionales en otros países: las diferencias culturales, el dominio del idioma, el desconocimiento del sistema jurídico, legal, administrativo y hasta de incentivos.
México es un país atractivo para los emprendedores de otros países. Según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM), entre el 2010 y el 2012 la cifra de extranjeros residentes en México fue de un millón 783,327, de éstos cerca de 300,000 tienen residencia permanente.
Angela Cois, cofundadora de LastRoom, startup mexicana especializada en tecnología móvil para empresas y viajeros de negocios, libró sus propias batallas. De origen italiano, tuvo que abrirse paso en la industria de viajes y hotelería por cuenta propia, lo que significó superar la barrera cultural que existe entre mexicanos y europeos, dominar el español y conocer las reglas y convenciones que rigen las relaciones de negocios, comenta a El Empresario.
“La asesoría es muy preciosa si tus socios fundadores no son mexicanos, porque llegas a un país nuevo, te instalas y tienes que empezar a entender cómo funcionan las cosas aquí. La mentoría de alguien sobre todo en temas fiscales y legales puede ser muy valiosa”, expone la emprendedora cuyo compañero es mexicano, lo que, reconoce, facilitó el trámite migratorio y de la constitución de la nueva empresa.
Para Luis Antonio García García, socio y director legal de Denizen, agencia especializada en servicios profesionales para extranjeros, el choque cultural y el desconocimiento del sistema jurídico y legal mexicano es el primer trauma que enfrentan los extranjeros en el país.
“Vienen de gobiernos donde la eficiencia gubernamental es más alta que la nuestra, de Estados Unidos, Japón, Europa y al momento en que llegan a México entran en shock, lo que impacta en materia de negocios. No por ser extranjeros son sujetos a preferencias, tienen los mismos obstáculos que enfrenta cualquier emprendedor mexicano. No hay trato preferencial, pero sí el reto de superar la cultura”, agrega.
El primero paso a superar es la Ley de Migración. García García explica que un extranjero que llega como turista a México y quiere quedarse a trabajar o invertir tiene que salir del país y solicitar su ingreso a través de un consulado. Una vez autorizado el cambio de estatus puede realizar su nueva actividad. Hay excepciones para aquellos que tienen vínculos familiares con algún mexicano o con algún otro extranjero que radique en el país.
ASESORÍA, LA RECOMENDACIÓN
“Si hacemos a un lado al derecho, el derecho nos hará a un lado a nosotros”, sentencia Carlos Alberto Muñoz, representante de Muñoz&Asociados, quien exhorta a los aventureros empresariales a buscar asesoría para iniciar un negocio, trátese de extranjeros o nacionales.
Recomienda buscar un despacho de abogados que dé seguimiento a todo el trámite, lo que incluye estancia legal ante el INM –en el caso de extranjeros-, constitución de la sociedad ante un notario, registro ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT), registro de patentes, y la búsqueda de estímulos o incentivos que otorgan los gobiernos federal o estatales.
México tiene acuerdos para evitar la doble tributación. Conocer esas normas, afirma, ayudará a evitar a las nacientes empresas un descalabro económico. Es un tema “que no puede quedarse en el aire. Las pequeñas y medianas empresas deben tener en claro con qué países México tiene acuerdos para que puedan ser beneficiados con estas reglas”, insiste.
México tiene convenios de doble tributación con 35 países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Japón, Reino Unido, España y Suiza, con lo que busca también evitar la evasión fiscal.
OPORTUNIDAD EN PUERTA
El siguiente paso en el desarrollo del emprendimiento de negocios es revisar y cumplir la normativa, además de acercarse al INM y establecer su cambio de estatus migratorio, de acuerdo con Carlos Alberto Muñoz. Luego, habrá de conformar la nueva empresa, ya sea como persona física o moral y, posteriormente ir con Hacienda para comenzar a facturar.
Muñoz reconoce finalmente que no hay un acompañamiento legal para las pymes y los emprendedores por parte de los bufetes de abogados.
“Es importante que los abogados que están saliendo de las aulas, que tratan de crear su propia firma, vean este sector como potenciales clientes, que otorguen un servicio especializado y de acompañamiento en este tema”, concluye.