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De la publicidad al largometraje
Tras concluir su aceleramiento en TechBa, la empresa de alto impacto dentro del mercado de animación y efectos visuales busca alianzas y clientes en otros países.
Diez años después de haber iniciado operaciones, la empresa mexicana de animación, Clúster Studio, encara el reto de la internacionalización y el de reinventarse. Una de las vertientes de su plan de expansión es la búsqueda de alianzas con empresas de otros países; en cuanto a la incursión en otros mercados, la pyme apostará por crear su propio largometraje.
Clúster Studio es una empresa de alto impacto en el mercado internacional de animación y efectos visuales, y es reconocida por sus servicios de post-producción dentro de la industria de publicidad, televisión, videos musicales y cine en México.
Esta historia de emprendimiento inició con Enrique Sánchez, Luis Montemayor, Eduardo Mendoza y Armando Ricalde, quienes trabajaron juntos en estudios de animación durante un tiempo. Convencidos de que compartían el mismo interés y pasión se aventuraron a crear su propia empresa.
“En la primera etapa nos llevábamos de maravilla. Todos entendíamos el papel que nos tocaba, estábamos muy entrados en la creación y animación de imágenes. Iniciamos con recursos propios, sin ningún tipo de apoyo, sólo cuatro computadoras y los clientes que habíamos formado como freelancers, y poco a poco fuimos creciendo”, recuerda Armando Ricalde, director de Tecnología de Clúster Studio.
Con el tiempo crecieron los proyectos y las necesidades. Uno de ellos demandó mayor equipo, por lo que los emprendedores optaron por el arrendamiento. “Tuvimos que poner como aval la propiedad de unos familiares, nos costó caro ese arrendamiento por el porcentaje que nos pusieron, pero fue una oportunidad para construir un historial crediticio y eso nos abrió las puertas a la banca”, abunda.
En 2009, dos de los cuatro fundadores siguieron su propio camino, en tanto Clúster Studio se afianzaba en el mercado de la publicidad y, en menor medida en efectos visuales para cine y videoclips. Hace dos año entraron a TechBA, la aceleradora de la Fundación México-Estados Unidos para la Ciencia (Fumec), con lo que inició su proceso de internacionalización.
“Ya teníamos esa necesidad, la mayoría de nuestros clientes son locales. Tengo un equipo de desarrollo tecnológico, pero no contábamos con los contactos ni la estrategia para vendernos en el extranjero, además de tener otro tipo de negocio. TechBA nos ayudó con un consultor canadiense, eso fue hace dos años, la aceleración ya terminó”, explica.
Como resultado de esa aceleración, el equipo de Desarrollo de Clúster Studio creó un software que incorpora a su pipeline todas las herramientas que necesitan para crear efectos visuales y animaciones de alto nivel, por lo que fue reconocida con el Pipeline Hero Award.
MEJORAR PROCESOS
Armando Ricalde considera que, aunque ha habido grandes avances tecnológicos en México, aún hay una brecha que cerrar con respecto a otros países para competir con eficiencia en valor agregado, precios y costos. Uno de esos pendientes son los procesos en la industria de animación nacional.
“En México se tienda a saltar algunos procesos, comenzando por la organización misma del proyecto. Hacer animación es complicado, se requiere de muchas habilidades, gente trabajando simultáneamente, utilizando al mismo tiempo software diferentes. Si no tienes buenos pipeline el proyecto se vuelve un caos, lo que repercute en los tiempos de entrega y la calidad del producto”.
Captar al mejor talento y retenerlo es otro reto para la empresa, sobre todo el técnico. Armando Ricalde comenta que tratan de mantener el mejor ambiente dentro de la empresa y proyectos interesantes para sus 52 empleados, los cuales rondan los 25 o 26 años en promedio.
NUEVOS NICHOS
El director de Tecnología adelanta que continuarán trabajando con TechBA en la búsqueda de nuevos proyectos fuera de México, para enfrentar un panorama de menores presupuestos en publicidad, menor margen en los tiempos de entrega y la exigencia de mayor calidad.
“Buscamos alianzas con un publisher de contenido en Europa, se generarían allá pero adaptados para América Latina. También tenemos la vista puesta en Estados Unidos y Canadá… Estamos tratando también de movernos al cine, estamos en pláticas para nuestro primer largometraje”, agrega.
Este proyecto significaría un cambio en su línea de negocios. Ricalde revela finalmente que ya cuentan con una alianza con una casa productora mexicana que aportará el capital, y analizan la adquisición de derechos para la historia, que podría ser una adaptación o una creación propia.