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Inteligencia emocional, la clave para ser un mejor líder
Los jefes que gestionan sus emociones crean equipos de trabajo más comprometidos y exitosos.
Los líderes tienen el potencial de impulsar a los colaboradores o detener su progreso, pues mientras que un jefe tóxico puede generar desapego y llevar a los trabajadores al burnout, un líder con inteligencia emocional (IE) crea armonía, seguridad, trabajo en equipo y talento exitoso.
La inteligencia emocional, de acuerdo con el psicólogo estadounidense Daniel Goleman, es la capacidad de reconocer y gestionar las emociones propias y ajenas, de manera efectivas, para ello se requieren habilidades como autoconocimiento, empatía y motivación.
De acuerdo con el especialista, la IE ayuda a alcanzar la excelencia personal y laboral todos los días, y en las organizaciones un líder con estas cualidades es clave para el crecimiento de los trabajadores y de la organización.
Por ejemplo, en el área de ventas, dotar de inteligencia emocional a los vendedores les ayuda a mantener la compostura al interactuar con clientes ansiosos, entender por qué se sienten así y crear un mensaje adecuado.
También permite crear equipos innovadores y colaboradores exitosos, porque “es posible trabajar de manera conjunta a pesar de tener ideas distintas sobre cómo hacer las cosas”, destaca Goleman.
Beneficios de la inteligencia emocional
Existen múltiples beneficios de la inteligencia emocional en los lugares de trabajo, como ser más productivo, crecer en la carrera profesional y ser considerado como alguien confiable.
El libro “Optimal, cómo alcanzar la excelencia personal y laboral todos los días”, escrito por Goleman y Cary Cherniss, profesor de psicología de la Universidad de Rutger señala que los empleados con menor inteligencia emocional son más propensos a renunciar, lo cual tiene un impacto negativo porque el costo de reemplazar al colaborador es alto y también se tiene pérdida de productividad.
En cambio, cuando una persona desarrolla inteligencia emocional se siente más satisfecha con su empleo y más involucrada y es menos propensa a renunciar.
“El manejo de las emociones propias también ayuda a las personas a cuidar ciertos aspectos para ser más sanas, como hacer ejercicio, comer de forma nutritiva y dormir bien. Por otra parte, la gente con habilidades de inteligencia emocional como empatía y capacidad de trabajar en equipo suelen tener redes de apoyo social más sólidas que les ayudan a progresar”, precisa Cary.
Las habilidades del líder
Los especialistas señalan que cuando los líderes de una organización son hábiles para manejar sus propias emociones y las de sus relaciones, todo el grupo se beneficia y el desempeño mejora en todos los sentidos.
Es decir, trabajar para un líder con inteligencia emocional puede ser liberador y, en resumen, la gente tiene más días buenos.
Goleman precisa en que existe un impacto entre la relación de los empleados con el jefe y el desempeño de estos, es decir; cuando los líderes son más inteligentes en el aspecto emocional, los colaboradores son más propensos a hacer un esfuerzo para ayudar a un colega.
De hecho, los grupos de empleados con gerentes empáticos tiene menos quejas somáticas, como dolores de cabeza y problemas estomacales.
Los sentimientos se contagian
Los sentimientos son contagiosos, y cuando el ánimo del líder es positivo también mejora el de los colaboradores, pero si el jefe está de mal humor, la negatividad se extenderá entre la gente, por lo tanto, el desempeño se verá afectado.
Por ello, los líderes deben ser empáticos y sensibles con la forma en que se comunican con los empleados, porque puede afectar la salud física y mental de los colaboradores.
Goleman precisa en que la labor emocional entre los líderes exige que sean conscientes de sus propias emociones para poder manejarlas mejor, y conectar con las emociones de quienes los rodean, a fin de ayudar al crecimiento de los colaboradores y la organización.