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La ética en los negocios
Es necesario que las organizaciones comuniquen a todos sus integrantes cuáles son los comportamientos y actitudes permitidas y cuáles son inaceptables.
Las empresas y en general las organizaciones tienen como propósito principal cubrir una necesidad a la sociedad y de eso obtener un beneficio, excepto cuando se trata de organizaciones de beneficencia o pertenecientes al gobierno. En donde el objetivo es que el beneficio lo tenga la propia sociedad en su conjunto.
En cualquiera de las dos circunstancias anteriores, para lograr sus objetivos tienen que gozar de la confianza de sus clientes y en general de todos los interesados en el objetivo de dicha organización. Esta confianza solo se puede lograr sobre la base de que la percepción del público sea positiva respecto de la propia organización.
Esta percepción solo se logra cuando las acciones de todo el personal de la organización, así como de la propia organización en su conjunto, son coherentes con las expectativas que tiene la sociedad de las mismas.
Esa confianza se va construyendo durante el tiempo que las organizaciones tienen actividades y con coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Sin embargo, con una sola acción dicha confianza puede ser destruida. Por consiguiente “toma una vida construir la confianza y solo un momento para destruirla.” No es exagerado decir que la confianza es el principal activo de las empresas y que no está registrado ni se tiene un título sobre ella, pero sin duda es invaluable.
Para esto es necesario que las organizaciones comuniquen a todos sus integrantes y a aquellos que tienen relación con la misma, cuáles son los comportamientos y actitudes permitidas y cuáles son inaceptables y que la organización no permitirá y sancionará.
Para esto tienen que elaborar un código de conducta, y este a su vez tiene que estar sustentado con un código de ética de la organización.
El código de ética deberá contener todas las reglas que la organización necesita para llevar a cabo sus actividades, y deberá incluir los principios básicos sobre los cuales lo integrantes de la organización deberán basar sus intenciones, actitudes y comportamientos.
Normalmente los principios básicos deberán incluir conceptos como honestidad, claridad, fidelidad, objetividad y confidencialidad. Todo esto respaldado con atributos como dedicación y disciplina profesional.
El código de conducta deberá contener la lista de todas aquellos comportamientos y actitudes que no son aceptables por parte de la organización. Esta lista debe tener ejemplos y guías que permitan al individuo entender sin lugar a dudas como debe interpretar el código y la forma en la que las conductas se relacionan con los principios básicos del código de ética.
Además, deberá contener todas las afines y salvaguardas que tienen que ser implementadas para prevenir y corregir los riesgos que puedan incurrirse que pongan en riesgo a la organización.
El código tiene que ser conocido por todos los integrantes de la organización y conforme mayor sea el nivel y responsabilidad dentro de la organización, su cumplimiento deberá ser más exigente.
Las empresas no deben escatimar recursos y esfuerzos para asegurar que la organización y sus integrantes mantienen niveles máximos de ética y son demostrados con comportamientos coherentes con la misma.