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Los directivos dirigen al talento, pero… ¿quién guía a los líderes?
La alta dirección se encarga de las decisiones que encaminan a la organización al éxito. Pero para asegurarse de que está haciendo un buen trabajo ¿con quién debe de acudir?
La función de la alta dirección es tomar las decisiones más importantes para dirigir la organización; sin embargo, cuando los ejecutivos se encuentran en una situación en donde desconocen si su liderazgo es el correcto o necesitan un consejo, la situación se vuelve complicada, debido a la posición en la que están.
Para todos los integrantes de una organización es importante tener retroalimentación continua, sin importar el rol que ejercen. “Un líder debe fomentar la comunicación abierta, de manera que el ejercicio se dé y le preguntes cualquier cosa, que haya la confianza para que la persona se exprese abiertamente sobre el desempeño de su jefe”, comenta Carlos Jacks, consultor en liderazgo, estrategia y gestión de negocios.
Tres recomendaciones para tener retroalimentación
En la retroalimentación se espera que sea lo más sincera posible. Para la alta dirección es complicado porque nadie se atreve a mencionar los puntos negativos de los jefes por miedo a las represalias.
Cuando uno está en la silla más alta en una compañía, es una silla solitaria porque la gente te va a contar lo que te quiere decir, no lo que necesitas saber”, comenta Carlos Jacks.
Por lo tanto, es primordial establecer la confianza con todos los colaboradores a través de actividades que permitan abrir un canal de comunicación libre de prejuicios. El especialista comenta que hay tres maneras de obtener retroalimentación para la alta dirección:
La primera es con el equipo directo de la alta dirección, que es la retroalimentación más cercana que se puede obtener. No importa si el cargo es de un consejo de administración o si es el presidente del consejo, siempre habrá accionistas que al final tendrán la función de jefes.
La segunda recomendación es trabajar en conjunto con el área de Recursos Humanos para crear encuestas y para preguntarle a los colaboradores su opinión sobre la manera en que están siendo dirigidos, si tienen claridad en la estrategia, qué sugerencias o problemáticas tienen, etc. Estas encuestas no sólo ayudan a la alta dirección, también sirven para otros colaboradores que fungen como líderes dentro de la organización.
Otra alternativa para tener un punto de vista distinto es consultar a los clientes de manera directa. Esto consiste en preguntar si el trato fue bueno y qué sugerencias tiene para mejorar el servicio al cliente.
Dónde puede obtener inspiración la alta dirección
Para los altos directivos, el estilo para liderar se formó a base de experiencias que tuvieron con sus anteriores jefes y compañeros. Durante este proceso, se adquieren rasgos de los líderes con los que se ha tenido contacto, descarta actitudes que no van de acuerdo con sus principios y como resultado, se obtiene un liderazgo que será llevado a cabo en los puestos más altos de una organización.
El 92% de las empresas prioriza las habilidades cognitivas, como la resolución de problemas y aptitudes comunicativas al momento de contratar a un nuevo colaborador, de acuerdo con LinkedIn.
Carlos Jacks menciona que obtuvo capacitación cuando asumió un rol en la alta dirección. Se dio cuenta que lo técnico es fundamental, pero desarrollar habilidades blandas es en lo que más se enfocan las organizaciones para estos puestos. Para el consultor, estas habilidades las divide en dos:
La primera es la interacción. Para tratar con la organización y con los clientes, debe haber empatía, liderazgo, destreza en la negociación, comunicación efectiva, capacidad de síntesis, adaptabilidad y espíritu colaborativo.
La segunda es saber ejecutar acciones. En este sentido, la inteligencia emocional, la resiliencia, la recursividad, flexibilidad, la motivación, la persuasión, la tolerancia y la disciplina son habilidades que todo personal en la alta dirección debe tener.
El factor que no permite la retroalimentación
“Lo primero es entender que tienes un rol distinto al que tenías antes. Cuando empecé a trabajar, comencé desde el nivel más bajo, tuve crecimiento y distintos roles. Lo que no cambió fueron las motivaciones por las que voy a trabajar. Uno debe de entender que está ejerciendo un rol distinto pero sus motivaciones son iguales”, menciona Carlos Jacks.
Para la alta dirección, el ego no debe apoderarse. Esto se debe a que no permite ver la realidad y limita la retroalimentación por parte de sus colaboradores. “Hay que evitar creer que por estar en ese cargo es una persona superior. Uno es como cualquiera y la humildad es lo más importante” advierte el consultor.
Parte del crecimiento profesional es permitir la retroalimentación por parte de los colaboradores, sin importar su rol. En el caso de los altos directivos es primordial mantener la comunicación e involucrarse con la organización para conocer distintos puntos de vista, escuchar activamente y con ello obtener un mejor desempeño.