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El Empresario

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Un adiós (al desnudo)

Pues llegó el fin del año 2021 y con ello me imagino que también proyectos nuevos para tu empresa y proyectos que a lo mejor hay que dejar de lado. De mi parte, justamente es mi última colaboración ya que he decidido cerrar operaciones en mi empresa y justo te explico por qué.

Pues llegó el fin del año 2021 y con ello me imagino que también proyectos nuevos para tu empresa y proyectos que a lo mejor hay que dejar de lado. De mi parte, justamente es mi última colaboración ya que he decidido cerrar operaciones en mi empresa y justo te explico por qué.

Desde hace algunos meses, prácticamente desde que la Covid-19 comenzó, la empresa ha dejado de ser rentable. Gracias a todas las estrategias que implementé logré que, dentro de esa falta de rentabilidad, no tuviera que inyectarle yo dinero, y así fue. Digamos que la empresa se mantuvo a flote durante estos 21 meses pero al día de hoy, no veo para cuándo yo pueda volver a cobrar lo que solía antes de la pandemia y, cuando eso pasa, las empresas dejan de tener una razón de existir, porque la rentabilidad es el motor de las mismas.

Sé que algunos podrían pensar que las empresas también sirven para generar puestos de trabajo y, por supuesto que sí, es parte de su función, pero la principal es de generar una rentabilidad, por mínima que sea, y cuando eso no pasa y no se ve que vaya a pasar en el corto plazo, hay que tomar decisiones. La verdad es que he invertido mucho, mucho, mucho tiempo de mi parte intentando levantarla y continuando con el trabajo, pero a casi dos años de esto, la verdad es que he decidido invertir mi energía y tiempo (que hoy no son retribuidas económicamente) en otros proyectos que sí me aporten una rentabilidad y con los que pueda seguir generando fuentes de trabajo.

No es un adiós, porque lo más probable es que solo cambie de giro, pero por lo pronto la administración de redes sociales es algo que no continuaré dirigiendo y agradezco enormemente a ustedes como lectores por leerme, a mi equipo de trabajo que siempre me ayudó a sacar “la chamba”, a los clientes que confiaron en mí sus cuentas, a mis proveedores que ayudaron también al ensamble de una entrega de trabajo y, por supuesto, a mí mismo por el riesgo que corrí en esta aventura de 12 años.

Me voy satisfecho con ellos y conmigo mismo porque sigo siendo leal a mis principios, recomendándote siempre analizar lo que funciona, revisar lo que no y, con ello, hacer un balance y tomar decisiones (por muy duras que parezcan). La mía está tomada y estoy muy satisfecho de ello.

Espero poder volverte a escribir querido lector y, hasta volvernos a leer, te deseo un excelente y rentable año 2022.

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