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Viven desencanto mutuo fondos y emprendedores
Gestores de fondos y jóvenes empresarios exponen los puntos que llevan a una relación de negocios fallida, dentro de un ecosistema mexicano en ciernes, el cual requiere de ambos para consolidarse.
Los inversionistas y emprendedores mexicanos hablan lenguajes diferentes y, como todo matrimonio vive sus diferencias que en algunos casos llega al divorcio. Mientras los fondos acusan a los noveles empresarios de carecer de pasión para impulsar sus negocios, los segundos señalan el desinterés y la discriminación de los dueños del capital privado.
“La calidad del emprendedor tiene que mejorar mucho en México”, sostiene Heberto Taracena, socio director de Capital Invent, el cual ha invertido en 12 startups, entre ellas la mexicana Gaia Desing, a la que inyectaron 2.5 millones de dólares. En el marco del 11° Summit de Capital Privado en México, el inversionista subraya: los emprendedores deben sacarla del parque, refiriéndose al esfuerzo que hacen los jugadores para conectar un home run.
En el panel organizado por la Amexcap (Asociación Mexicana de Capital Privado), Deborah Dana, socio director del fondo de venture capital, Soldier Field Angels (SFA) también compartió su visión:
“parece que el mexicano no quiere hacerlo y aunque necesita dinero para impulsar el proyecto, también se requiere entusiasmo para conseguirlo”.
La directora del fondo, mismo que ha invertido en IguanaFix, Cervecería Colima y Billpocket, expresa que la visión global que caracteriza a los emprendedores estadounidenses, no es precisamente una peculiaridad de sus pares mexicanos, ya que en los nacionales es complicado encontrar esa visión apasionada y con ganas de comerse al mundo que abunda en los norteamericanos.
No discriminar: emprendedores
En México existen 55 fondos de inversión de capital emprendedor, los cuales han acumulado 1,186 millones de dólares desde el 2000, según cifras de la Amexcap. Este monto, que representa el 4% del total de activos levantados –en los últimos 15 años–, por los fondos de capital privado, no es suficiente para atender a una economía de más de 1.2 trillones de dólares.
Y si a esto le agregamos que “un individuo puede pasarse la vida pidiendo dinero y no conseguirlo simplemente por el hecho de que su proyecto no es “viable” para los inversionistas”, la situación se vuelve aún más grave, alerta Luis Tejado, director general de Pro Organic Grower.
El emprendedor hace énfasis en la discriminación que se sufre por parte de los fondos de inversión: “cuando [los fondos] escuchan nuevas palabras corren, como si fuera veneno, ellos no invierten en proyectos no conocidos; pero tampoco lo hacen en los que realmente son una fuente de riqueza: México está recibiendo más dinero por exportación de frutas y legumbres que por petróleo, este es el sector en el que deberían estar apostando”.
En el último reporte de la Amexcap se muestra que del total de las inversiones hechas de capital emprendedor, sólo 0.35% se destinaron a los agronegocios. Situación que afecta a empresas como las de Luis Tejado: “al momento de acercarnos a un fondo para continuar con el desarrollo de Pro Organic Growers, la única respuesta que recibíamos era que ellos no invertían en agrobusiness”.
Si el discurso oficial de los fondos de inversión pone en primer lugar al emprendedor, “sin ellos simplemente no podríamos existir”, recitan los inversionistas, entonces –cuestiona Luis Tejado–, ¿dónde está la confianza y comprensión que deben otorgarle a un emprendedor?
Para Alejandro Maza, director general de OPI, plataforma de acceso y generación de información que trabaja con el gobierno federal, el que te rechacen un proyecto no es sinónimo de falta de interés, al contrario, “se agradece que desde la primera junta te digan que no les gusta tu modelo, que tu estrategia no funciona, que no tienes suficiente experiencia; esto te ahorra mucho tiempo y sufrimiento”.
Empero, Santiago Serrano, socio cofundador de Habvita, empresa dedicada a crear viviendas en comunidades rurales, comenta que el problema en el ecosistema no es si te rechazan o no un proyecto, sino que los fondos están buscando invertir sólo en unicornios (aquellas empresas que alcanzan el valor de 1,000 millones de dólares); “se olvidan que todas empezaron de cero y el valor está en apostar por las pequeñitas para darles la oportunidad de convertirse en uno de ellos”.
Así, el emprendedor recomienda buscar a “gente que te complemente, que cubra tus puntos débiles, que sea congruente con tu cultura y la razón de ser de tu empresa”, ya que el primer error que cometen sus colegas es solicitar apoyo de un fondo con el que no tienen empatía sólo por el hecho de conseguir financiamiento. Y es que éstos dan mucho más que dinero:
“Los emprendedores somos muy desordenados, tomamos muchas decisiones y necesitamos que alguien nos ayude a institucionalizarnos; el tener un fondo te ayuda a conformar un gobierno corporativo, a tomar buenas decisiones financieras y a formarnos una visión global”, enumera Santiago Serrano.
Inadem, actor controversial
El Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), presidido por Enrique Jacob Rocha, ayudó a la creación de 36 fondos de capital emprendedor, (dos menos de los estimado por la Amexcap) por un monto de 1,523 millones de pesos. En 2015, el Instituto en voz de Adriana Tortajada, directora general de Programas de Emprendedores y Financiamiento, anunció que a partir del siguiente año sólo invertirá en fondos especializados dentro de sectores con mayor demanda, para distribuir los recursos “correctamente”.
Eric Pérez Grovas, cofundador y socio de Jaguar Ventures, considera que el Inadem debería enfocarse en la transparencia del rendimiento de sus inversiones, es decir, que haga recortes de la rentabilidad de sus apuestas y se enfoque a proyectos más rentables.
Pide también que el Instituto ayude no sólo en etapas tempranas, sino que impulse en la conversión a grandes empresas; “México es un país de pymes pero éstas no son el futuro, lo que se necesita es construir compañías grandes como lo hizo Silicon Valley con Google y Facebook”, aconseja Pérez Grovas.
El inversionista expone que a muchos de los emprendedores que reciben recursos del Inadem se les dificulta obtener financiamiento de otros fondos, por lo que sugiere que por cada peso entregado a un proyecto, se resguarden dos o tres para crear un fondo especial que permita a las grandes empresas seguir teniendo acceso a capital.
Hay que entender el rol del Instituto, dice Federico Antoni, socio director de ALL VP, verlo sólo como un ente detonador que busca lanzar proyectos, porque “el gobierno no es muy bueno ni para identificar a las empresas exitosas ni a los mejores emprendedores”.
Camilo Kejner, socio director de Angel Ventures México, agrega que el Inadem distorsiona el mercado, ya que “están dando dinero a proyectos que nos son analizados con una metodología lo suficientemente seria o con todo el rigor que se merece, y esto va inflando los precios (…) La inflación se genera porque hay más dinero dando vueltas”.
Pero no todo es su obligación, según Federico Antonio, “no podemos pedirle al gobierno que fondee y se adjudique la responsabilidad de sacar a “winners”, esto es labor del emprendedor, ellos [gobierno] te dan una parte, pero tú tienes que hacer la labor de levantar dinero”, finaliza.