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México denuncia violación al derecho de seguridad alimentaria por parte de EU en consulta sobre maíz GMO

Víctor Suárez, subsecretario de Agricultura, aseguró que estas consultas están dirigidas a promover los intereses de los oligopolios de semillas y no se basan en un enfoque científico.

Foto EE: Archivo

Foto EE: Archivo

Las consultas solicitadas por Estados Unidos al plan para limitar el uso de maíz genéticamente modificado son una "violación inaceptable" al derecho de seguridad alimentaria de México y responden a intereses de "oligopolios" de semillas, dijo Víctor Suárez subsecretario de Agricultura

Estados Unidos, el principal socio comercial de México, solicitó las consultas a inicios de marzo dentro de un capítulo de seguridad alimentaria del tratado comercial de América del Norte, TMEC, que exige un enfoque basado en ciencia para las regulaciones nacionales.

El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha dicho que la política de México no se basa en ciencia, mientras que el mexicano asegura que es consistente con el TMEC.

"El emplazamiento de Estados Unidos a México responde a los intereses de los oligopolios de semillas, agroquímicos y otros insumos de procesadores y de comercializadores", explicó Suárez.

"De ninguna manera responde al interés de los productores de maíz de Estados Unidos", añadió en un discurso durante una conferencia en Ciudad de México transmitida por internet.

Suárez dijo que Bayer AG, Corteva Inc, Syngenta de ChemChina y el gigante químico alemán BASF son los que están "ganando" con las políticas agrícolas y comerciales de Estados Unidos y "encarando al gobierno de México", pero que no representan a los productores de ese país.

Las consultas fueron solicitadas por Washington pese a que el gobierno federal suavizara en febrero una postura inicial y eliminara la fecha fatal de enero del 2024 para iniciar con la veda general del maíz transgénico y, en cambio, abrió la posibilidad para destinar ese tipo de grano a consumo animal y para uso industrial de alimentos para personas.

Sin embargo, las modificaciones al plan inicial mantuvieron el veto para el grano destinado a la "alimentación humana", a la que se definió solo como el maíz utilizado para la elaboración de tortillas.

Las consultas técnicas son el paso previo hacia una solicitud de Estados Unidos de un panel en el TMEC que, en última instancia, podría conducir a aranceles de represalia contra México.

"La política de autosuficiencia alimentaria y el decreto presidencial no afectan de ninguna manera a los productores de maíz de Estados Unidos", destacó Suárez, contrario a lo que afirma Estados Unidos.

"El deterioro económico que sufren los productores de maíz de Estados Unidos deriva de las propias políticas agrícolas y comerciales de este país y del modelo de desarrollo agroalimentario que distorsiona precios y genera brechas entre los productores familiares de menor escala y las grandes transnacionales", subrayó.

Suárez dijo a Reuters en octubre, que México está estudiando la posibilidad de llegar a acuerdos con agricultores de Estados Unidos, Argentina y Brasil para asegurar importaciones de maíz amarillo -el que más compra la nación- no modificado genéticamente para alimento de ganado y compensar una brecha en su producción local de ese tipo de grano.

Y parece que México ha encontrado algunos aliados inesperados en esa encomienda.

Agricultores estadounidenses han afirmado últimamente que Estados Unidos debería aceptar vender a México maíz no transgénico, en lugar de profundizar una disputa comercial por la propuesta, y señalan que podrían ganar una prima por cultivar más maíz convencional. 

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